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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/10/2025 12:30
Foto de archivo - Fachada del banco central de Dentro de la contabilidad de las reservas, un aspecto de particular atención son las llamadas “reservas internacionales netas” -RIN- (Foto: Reuters) Las reservas internacionales del Banco Central, uno de los puntos débiles de la actual política económica, son objeto de constante monitoreo por parte de inversores y analistas. Dentro de esa contabilidad reciben especial atención las llamadas “reservas internacionales netas” (RIN), cuya meta el gobierno y el FMI ya acordaron reducir, desde los USD 2.400 millones inicialmente estipulados a – USD 2.600 millones en la primera revisión del acuerdo firmado en abril. Esto es, el Fondo ya le “perdonó” a Economía un margen de USD 5.000 millones y hay consultoras, como Equilibra, que calculan que el gobierno está hoy entre USD 7.000 y 8.000 millones por debajo de la meta revisada. Un nuevo análisis, de la consultora PxQ, que encabeza Emanuel Álvarez Agis, quien fuera viceministro de Economía durante la gestión de Axel Kicillof al frente de la cartera, calculó además que si de las actuales reservas se restan los USD 14.000 millones que ya desembolsó el FMI, las reservas netas están en un nivel similar, e incluso levemente inferior, al de noviembre de 2023, en vísperas de la asunción presidencial de Javier Milei. Según PxQ, las reservas eran entonces negativas en USD 11.133 millones, y si se resta lo que el Fondo envió desde abril pasado, son ahora negativas en USD 11.482 millones. En virtud del acuerdo de abril, el Fondo hizo un desembolso inicial de USD 12.000 millones para “sanear” el pasivo del BCRA, que asumió el Tesoro, y otro de USD 2.000 millones. La deuda con el FMI es del Tesoro, no del BCRA, pero ante vencimientos en dólares, si no logra refinanciarlos, el Tesoro deberá pagar vendiendo pesos del superávit fiscal que acumuló y depositó en el Central, por cerca de USD 10.000 millones. Más allá de la equivalencia contable, los dólares de verdad los tiene el ente monetario. De allí el cálculo de PxQ y también la crítica de varios analistas al equipo económico por no haber comprado dólares “dentro de la banda cambiaria”, como sugería el acuerdo con el FMI, entre mediados de abril y junio, período de mayor liquidación agroexportadora, cuando la divisa cotizaba a entre $1.100 y 1.300 y el gobierno (incluido el presidente Milei) decidió que no compraría dólares a menos que el precio fuera al “piso” de la banda, inicialmente en $1.000 y cayendo al 1% mensual. Comprar o no comprar El domingo pasado, entrevistado por LN +, cuando le plantearon la cuestión, el ministro Caputo respondió: “este es el Gobierno que más dólares compró en la historia, en 20 meses compramos USD 29.000 millones (...) no pudimos conservar la mayor parte de esas reservas porque hemos tenido que cancelar deuda”. El Gobierno anterior –explicó- “hizo una reestructuración tal que la cuota de cancelación de capital no entraba en su gobierno sino en el nuestro”. La explicación diluyó en un período más amplio la praxis cuestionada: que el Gobierno se privó de comprar dólares cuando estaba entre $1.100 y 1.300 y luego compró mucho más caro, para impedir que el precio perfore el techo de la banda. Pagó incluso un alto precio fiscal al eliminar temporalmente retenciones para hacerse de dólares. Luego recibió la ayuda del Tesoro de EEUU, que compró pesos y vendió dólares a la vez que anunciaba un futuro “canje de monedas” por USD 20.000 millones, monto que luego el jefe del Tesoro, Scott Bessent, engordó a un potencial de USD 40.000 millones vía fuentes oficiales y privadas. El saldo de las últimas semanas PxQ muestra que desde el 1 de septiembre al 8 de octubre el gobierno realizó ventas netas de dólares por USD 1.873 millones. “El programa macro y sus diferentes fases ya agotaron los efectos positivos de dos salvatajes: el blanqueo y el del FMI. Y en poco tiempo, también se agotó el shock sobre las expectativas que generó la publicación de Bessent. Tras comprar US$ 2.000 millones producto de la liquidación extraordinaria del complejo oleaginoso-cerealero por la eliminación temporal de retenciones, el Tesoro vendió US$ 2.100 millones en las siguientes 7 ruedas para defender una paridad cambiaria en la zona de $1.425-1.430 (por dólar)“, dice al respecto. “Los depósitos del Tesoro se ubicaban el 9 de octubre en USD 342 millones; no le quedaba demasiado poder de fuego para evitar que el tipo de cambio oficial llegue al límite superior (…). En el techo de la banda el que vende es el BCRA, que ya tuvo sus intervenciones entre el 17 y el 19 se septiembre, cuando vendió US$ 1.100 millones”, recapitula el informe los avatares cambiarios del último mes y medio. Según el mismo análisis, el principal desafío de Economía en 2026 es cómo afrontar los vencimientos de deuda sin acceso al mercado. El informe precisa que los compromisos de capital con acreedores privados suman USD 5.700 millones y que luego del primer encuentro de Milei con Trump, Bessent dijo que “luego de la elección” del 26 de octubre se trabajará en ese tema, y que luego de la segunda reunión Milei-Trump anticipó que además del swap de monedas por US$ 20.000 millones se trabaja en una línea de crédito por otros USD 20.000millones. Sobre como podría ser esa ayuda si Milei gana la elección PxQ, esboza tres posibilidades: 1-El Tesoro de EEUU como garante. Para lo cual se debería llevar a cabo un canje de deuda. “Argentina ofrecería a los acreedores nuevos instrumentos cuyo pago estaría garantizado por títulos del Tesoro de EEUU”, hipotetiza, y compara esa potencial operación con el Plan Brady de fines de los 80s. 2-Préstamo para cubrir pagos. El BCRA concertaría un REPO con bancos con garantía del Tesoro de EEUU. “Luego el BCRA le vendería los dólares al Tesoro para que cubra los pagos a acreedores privados. Esta alternativa sería más fácil de implementar, dado que no requeriría un proceso de canje ni pasar por el Congreso para efectivizarse”, dice PxQ. 3-La promesa de Scott. Una tercera opción, tomando la frase de Bessent de hacer “todo lo que se necesite”, sería un programa de recompra de títulos argentinos en el mercado secundario por parte del Tesoro de EEUU, similar a lo que hizo el Banco Central Europeo (BCE) en 2012 para ayudar a países como Grecia, Portugal y defender el euro. En ese caso el anuncio del entonces titular del BCE, Mario Draghi, “fue de tal magnitud que ni siquiera se tuvo que efectivizar la intervención en el mercado secundario de títulos públicos”. Ese efecto de credibilidad no se logró hasta ahora, pese a las reiteradas promesas políticas del gobierno de Trump y las intervenciones concretas del Tesoro de EEUU. Acuerdos exitosos El informe de PxQ hace una analogía entre la intervención concertada de EEUU y sus socios del G7 en 1985, en el llamado “Acuerdo del Plaza” (por el Hotel en que tuvo lugar) para terminar con la sobrevaluación del entonces llamado “súper-dólar” e impulsar la apreciación del yen japonés y el marco alemán. Ahí hubo, dice la consultora, alineamiento de intereses y acciones concertadas: era la época en que EEUU temía que Japón “compre” Nueva York y personajes como el entonces CEO de Chrysler, Lee Iaccoca, advertían sobre la muerte de las automotrices norteamericanas a manos de las japonesas. “El acuerdo fue tan exitoso que derivó en una de las peores burbujas especulativas de la historia. Japón se expandió de la mano de la apreciación cambiaria entre 1986 y 1991, inflando los precios de sus activos, particularmente el del real estate (…) para el año 1990 los precios de las propiedades se habían multiplicado por cuatro”, dice PxQ. Otra intervención exitosa, a través del Fondo de Estabilización Cambiaria de EEUU, fue el “rescate” de México en 1995, durante el gobierno de Bill Clinton, analizada como contraste al caso argentino actual por Paul Krugman, hipercrítico de Donald Trump y del “auxilio” que está dando a la Argentina. Clinton y el presidente mexicano Ernesto Zedillo, que asumió en medio del "efecto Tequila" Aquella ayuda estaba justificada, porque México era el destino de 10% de las exportaciones norteamericanas y es un vecino cuya estabilidad es del interés de EEUU. No es, dice Krugman, el caso de la Argentina, que absorbe solo 0,5% de las ventas externas de EEUU y es geográficamente lejana. Del efecto Tequila al efecto Trump Con todo, lo más filoso de la crítica del Nobel de Economía 2008 es que aquella ayuda sirvió. porque México ya había devaluado y tenía un gobierno y una política económica “realista y responsable”. En cambio, sostiene, la Argentina tiene un peso sobrevaluado que en algún momento colapsará. Según Krugman, eso ocurriría más temprano que tarde porque –argumenta- al declarar que la ayuda se mantendrá solo si Milei gana las elecciones “Trump ha galvanizado la oposición, llevando a más fuga de capitales y tasas de interés por las nubes”. Y todo, concluye, para ayudar a un gobierno de derecha y a algunos millonarios que compraron bonos argentinos.
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