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» Sin Mordaza
Fecha: 18/10/2025 11:45
La tasa de interés para descubiertos en cuenta corriente empresarial trepó al 190% nominal anual, el registro más alto desde 2009, según datos del Banco Central. En apenas dos días pasó del 80% al 190%, encareciendo el financiamiento básico para pequeñas y medianas empresas que lo utilizan para cubrir gastos de corto plazo como salarios, impuestos o proveedores. La escalada, explican analistas, se originó tras la discontinuación de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFIs), que desorganizó la gestión de fondos del sistema financiero y generó una fuerte volatilidad. A diferencia de otros países de la región —como Brasil (12,25%) o México (11,25%)—, Argentina exhibe tasas desorbitantes e imprevisibles, reflejo de la política oficial de contracción monetaria para contener el dólar. Ante este escenario, las pymes priorizan la liquidez y reducen operaciones en la economía real. Las consecuencias son inmediatas: se postergan pagos a proveedores, se retrasan aportes e impuestos, se liquidan stocks y se frenan compras no esenciales. “Las empresas están dejando de usar esas líneas, salvo que sea necesario”, reconoció Marcelo Fernández, titular de la Confederación General Empresaria (CGERA), quien advirtió que en algunos bancos las tasas subieron 20 puntos en apenas dos días. Con tasas prohibitivas y sin acceso a crédito, la actividad productiva se contrae. Sectores como la construcción, la manufactura y la agroindustria son los más golpeados. Por su parte, el Ministerio de Economía enfrenta dificultades para renovar deuda en pesos y las empresas buscan alternativas como la venta de cheques, aunque con costos altos. El resultado es una economía cada vez más asfixiada por la escasez de crédito y el encarecimiento del dinero. Fuente: El Ciudadano
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