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Fecha: 17/10/2025 17:16
El cibercrimen se ha convertido en una de las problemáticas más complejas y desafiantes de la era digital. Desde el acoso en redes sociales hasta el robo de identidad y fraudes electrónicos, la falta de medidas legales eficaces para frenar estos delitos sigue siendo un tema preocupante y por eso mismo en el programa Digamos Todo abordamos esta problemática con Leonardo Gianzone, abogado y director de la Tecnicatura Universitaria en Ciberseguridad de la Universidad de Gran Rosario (UGR). El ciberacoso, en sus diversas formas, ha sido un tema central en la discusión sobre ciberseguridad, especialmente en el contexto de los ataques a figuras públicas. Gianzone destacó un caso reciente de acoso a la periodista Agustina Peñalosa, quien había sufrido hostigamiento tanto en redes sociales como en su vida personal. Este tipo de acoso digital no solo genera miedo y ansiedad, sino que también pone en evidencia la dificultad de las víctimas para encontrar justicia. El director de la Tecnicatura de la UGR explicó que, en Argentina, existen leyes que sancionan el acoso digital, pero a menudo la respuesta de la justicia es lenta. En este sentido, recomendó a las personas afectadas presentar denuncias formales para que las autoridades puedan tomar medidas. A pesar de la legislación vigente, aún persisten deficiencias en la implementación y respuesta de las autoridades judiciales ante estos delitos. Una de las mayores complicaciones en el combate al ciberacoso es el anonimato que permite la red. Gianzone destacó que, en el entorno digital, las personas se sienten más seguras para realizar acciones que, en la vida real, no se atreverían a llevar a cabo. El uso de perfiles falsos, la suplantación de identidad y la facilidad para comunicarse sin revelar su identidad real hace que el acoso digital sea aún más difícil de rastrear. En muchos casos, el agresor utiliza herramientas como WhatsApp o redes sociales para contactar a su víctima, muchas veces haciéndose pasar por una institución o persona de confianza. Este tipo de violencia digital no solo afecta a las víctimas psicológicamente, sino que también puede tener efectos devastadores en su reputación online, tal como lo destacó Gianzone al mencionar la ley mexicana de «Ley Olimpia», que sanciona la violencia de género digital. En relación al cibercrimen, el especialista dijo que a su criterio es actualmente la tercera economía más grande del mundo, superando a economías de países como Alemania, Estados Unidos y China. Este auge se debe, en parte, a la facilidad con la que los delincuentes pueden operar en el anonimato y a la complejidad de rastrear delitos cometidos en línea. El cibercrimen abarca desde fraudes electrónicos y estafas, hasta hackeos a empresas y ransomware. Sin embargo, uno de los mayores desafíos para las autoridades es la dificultad de rastrear a los delincuentes, quienes a menudo operan desde servidores fuera del país o utilizan técnicas que dificultan la identificación de su ubicación. Gianzone mencionó que, en el caso de un robo de dinero a través de una transferencia bancaria fraudulenta, por ejemplo, se pueden ver involucradas múltiples cuentas, lo que complica aún más la investigación y el rastreo de los culpables.
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