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  • Milhojas de vergüenza ajena

    Parana » AnalisisDigital

    Fecha: 16/10/2025 09:28

    No por repetidas menos humillantes. Las imágenes del útlimo tour de Javier Milei a los Estados Unidos son una confesión de sumisión consentida. El rostro del Presidente extasiado frente al patrón del imperio decadente desata un cóctel de desazón, angustia, bronca. Hierve la ira ante el patetismo de una banda freak que asumió el poder por el voto popular. En Los ingenieros del caos, el ensayista Giuliano Da Empoli describe el minucioso formateo de personajes marginales --outsiders, les dicen-- para entronizarlos en la cúspide del poder. En la Argentina, el exitoso experimento tuvo el plus de un casting inalcanzable, incluso, para los más avezados buscadores de talentos. Tras años de horadar el sentido común, con la contribución de la decepción provocada por políticos pusilámines, llegó el "especialista en crecimiento con y sin dinero". Al año y medio de gestión el derrape del fracaso de los mismos de siempre con los que se rodeó --Caputo, Sturzenegger, Bausili, Bullrich-- aceleró la velocidad del derrotero al precipicio. Los insultos y traiciones a los aliados imprescindibles hicieron estallar el pragmatismo de los acuerdos con los también acomodaticios de siempre. Los votos en el Congreso para sancionar la Ley Bases fueron el mojón sobre el que se asentó la motosierra para recortar los derechos de los más vulnerables. Las consecuencias de las feroces serruchadas distanciaron a los colaboracionistas y la maqueta libertaria empezó a desmoronarse. Parecía que se había naturalizado la feroz represión a los jubilados, el destrato a las personas con discapacidad, la demonización de los trabajadores del Garrahan, gracias a la aparente normalidad que implicaba la baja de la inflación. Saltaron las estafas con $Libra, las coimas en las compras de medicamentos, los despidos, la depreciación de los salarios para que las elecciones legislativas bonaerenses mostraran al rey desnudo. Ahora, apenas a doce días de los comicios nacionales de medio término, la debacle es tal que el efecto de los tuits del secretario del Tesoro y de Donald Trump alcanzaron solo para frenar una primera corrida hace dos semanas. El viernes pasado, Estados Unidos intervino directamente en el mercado bursátil argentino para contener al dólar y reiteró el swap de 20 mil millones. Una semana de Caputo y su equipo en Washington para perfeccionar la entrega antecedieron finalmente el encuentro de ayer. El bonus track fue la fallida candidatura de José Luis Espert, financiado por un narco, al que lograron bajar de la lista pero no de la foto. El spot de su sustituto Diego Santilli diciendo "acá había otra persona" al explicar que lo tienen que votar a él mientras marcan la imagen del calvo es too much. García Márquez vería opacada su imaginación ante la sola descripción del saldo de esa conversación bilateral. Los elogios hasta el paroxismo de Milei a Trump no fueron traducidos --el intérprete se distrajo, seguramente empalagado de solo mirarlo--, Trump habló todo el tiempo pensando en la renovación de mandato de su interlocutor y extorsionó: "Si no gana , no seremos generosos", de inmediato se desplomaron las acciones y trepó el riesgo país. Ahí empezó la comedia de enredos hasta lograr que el magnate posteara una especie de aclaración. Ya era tarde, toda aclaración parte en desventaja y si es Patricia Bullrich la encargada de explicar la filosofía... "Faltan ocho días para las elecciones", precisó Caputo dejando al descubierto que su calendario no es gregoriano sino bursátil. Un tiempo eterno en la Argentina de Milei. Llegar al 26 de octubre está llevándonos a tener que intoxicarnos, como dice la periodista Julieta Dussel, con "un milhojas de vergüenza ajena". Fuente: Página12

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