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» Elterritorio
Fecha: 16/10/2025 19:00
Brian Emir Chadra (33), Kevin Ismael Acosta (33) y Claudia Belén Andrade (22) están sospechados de planificar y llevar a cabo en octubre del año pasado el robo de 4 millones de pesos de la recaudación de una empresa de Puerto Rico. Uno de los acusados, sorprendió al chofer de la firma cuando se disponía a entregar el dinero y lo amenazó con un arma de fuego. jueves 16 de octubre de 2025 | 18:45hs. El Juzgado de Instrucción Uno de Puerto Rico resolvió recientemente la elevación a juicio del expediente que investiga las circunstancias del asalto que sufrió en octubre del año pasado un chofer de una empresa frigorífica de la mencionada localidad quien, tras ser amenazado con un arma de fuego, fue despojado de un maletín con 4 millones de pesos correspondientes a la recaudación del día. Por este caso, y luego del análisis de los elementos recolectados en la etapa de instrucción, el juez Manuel Balanda Gómez resolvió que tres hombres, en distintos grados de participación, respondan por el hecho en instancia de debate oral. Se trata de Brian Emir Chadra (33), Kevin Ismael Acosta (33) y Claudia Belén Andrade (22). El primero de ellos, quien era conocido en Puerto Rico con el apodo de Porteño por ser oriundo de La Plata, está sindicado como el autor material del atraco. Mientras que la pareja restante como participes secundarios del hecho ya que fueron quienes guardaron parte del botín y ayudaron a Chadra a escapar el día del ilícito. La resolución del caso se conoció a principios de semana y ya fue notificada tanto a los defensores oficiales de los acusados como al representante de la querella particular y que en el expediente intervino en representación de la firma damnificada: el frigorífico San Francisco. Ahora, de no mediar oposición a la elevación impuesta por el juez instructor, el expediente será remitido a la capital provincial para que uno de los dos Tribunales Penales de esa ciudad se encargue del proceso de enjuiciamiento. El robo Los hechos que se ventilarán en instancia de debate ocurrieron durante la siesta del 10 de octubre del año pasado frente al playón de ingreso a la oficina de administración de la firma afectada, ubicado en pleno centro de Puerto Rico. Los elementos de prueba que constan en el pedido de elevación a juicio del expediente especifican detalle a detalle los roles que tuvieron los tres encartados en el robo. En ese sentido, se reconstruyó que Chadra, horas antes del asalto, fue advertido pasando en varias oportunidades por las inmediaciones de la oficina de la administración del frigorífico, ubicado sobre calle Reconquista entre Paraguay y Belgrano. Aunque recién el atraco se consumó cerca de las 14 cuando la víctima, quien se desempeñaba como chofer de repartos de la mencionada empresa cárnica, caminaba por la vereda de la oficina del frigorífico, llevando consigo un maletín con la recaudación del día y que en esa oportunidad ascendía a la suma de 4 millones de pesos. Todo esto, apenas un puñado de segundos después de haber estacionado el camión de repartos con el que, junto a un compañero, habían hecho entrega de mercaderías en Montecarlo. Allí, tras encañonar con una escopeta de fabricación casera, calibre 20, Chadra habría obligado al empleado a entregar el maletín para luego escapar corriendo en dirección a la calle Belgrano. Mientras que un par de cuadras más adelante, tras esconderla en una bolsa, desechó el arma utilizada en un contenedor de basura y continuó su huida llevando el maletín oculto debajo de su remera. En tanto que los otros dos acusados también tuvieron un rol importante en el caso. Por el lado de Acosta, es quien escondió – con colaboración de su pareja - parte del dinero robado en su vivienda y el cual fue recuperado por los investigadores durante un allanamiento realizado en un inmueble de la calle 12 de octubre de la mencionada localidad. En ese despliegue policial, las pesquisas hallaron más de la mitad de la recaudación sustraída, en el interior de dos latas de leche en polvo y un bolso negro. Mientras que el caso de la joven Andrade, se pudo reconstruir que además de prestar su domicilio para esconder el dinero, fue quien el día del robo pidió un remis para que Chadra pudiera escapar tras el atraco. Entre los elementos de prueba más relevantes en el caso sobresale los registros de una cámara de seguridad de la oficina, en donde se advirtió como Chadra merodeó la zona, horas antes del ilícito. Y en pleno trabajo de inteligencia, espera y posterior seguimiento del empleado asaltado. También, el aporte testimonial de distintos vecinos de la localidad que, el día del hecho y en diferentes circunstancias, observaron el momento en que el autor material desechó el arma. Cabe recordar que, a partir de la rápida acción policial, mediante las averiguaciones y análisis de registros, se pudo identificar a Chadra, un puñado de horas posteriores al robo. Y quien fue detenido por la Policía cuando llegaba consigo 500 mil pesos y un pasaje de colectivo con destino a Buenos Aires para ese mismo día.
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