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Usuhahia » Diario Prensa
Fecha: 14/10/2025 23:05
El sobreseído juez Andrés Leonelli criticó con dureza a la magistrada que instruyó su caso, María Cristina Barrionuevo y anticipó que ya está preparando demandas contra quienes considera que dañaron su familia, honor y salud mental. El camarista señalado por Missing Children como tenedor de imágenes de abuso sexual infantil en su nube personal de Google, celebró la decisión de la Cámara de Apelaciones: «Es un fallo sin precedentes. No porque fuera hecho a medida de un juez, sino por el abuso que tuve que soportar como ciudadano”, afirmó. Andrés Leonelli, juez camarista, sobre su caso: «Esto ha afectado la autoridad del sistema de Justicia». El camarista Andrés Leonelli habló por primera vez tras haber sido sobreseído de manera definitiva en la causa iniciada por una denuncia de Missing Children, que lo vinculó con la tenencia de imágenes de abuso sexual infantil halladas en su nube de Google. En diálogo con Sur 54, medio que eligió para expresarse después de que Diario Prensa Libre diera a conocer el fallo, el magistrado consideró que la resolución “reivindica a la institución” y que pone fin a una investigación que, según sus palabras, fue “arbitraria, torpe y carente de pericia”. “En este contexto de medidas invasivas, innecesarias y de una instrucción llevada adelante con una arbitrariedad, falta de pericia y una torpeza pocas veces vista, este fallo reivindica a la institución”, sostuvo Leonelli. El camarista relató que el fallo judicial establece que “toda esta pérdida de tiempo y de dinero fue por imprudencia de la jueza instructora, quien debió cerrar el procedimiento con un temperamento que pusiera fin, con estado de cosa juzgada, a una investigación absolutamente injusta y que afectaba mi honor ya que yo era quien estaba siendo sometido a proceso”. Leonelli recordó que durante la investigación “se ejercieron todos los actos de defensa con respeto institucional” y que “se marcaron todas las incoherencias que se evidenciaron desde el comienzo de la instrucción”. El magistrado también hizo referencia al planteo de la jueza María Cristina Barrionuevo, quien había manifestado sentirse “amedrentada y amenazada” por él y su abogado defensor, Ariznabarreta. “Hemos advertido, en términos correctos y con visión jurídica, que la jueza estaba incurriendo en situaciones que implicaban un abuso funcional, pero pareciera que advertir estas cuestiones era un agravio. Ella dijo que se sentía amedrentada y amenazada por mí y mi abogado, pero la Cámara le dijo: ‘Señora, usted es jueza, no puede ofenderse porque las partes ejerzan el derecho a defensa’. Es un derecho constitucional. En tanto se haya mantenido el decoro, no puede intentar coartar el ejercicio de un derecho básico”, sostuvo. “Todo fue producto de una instrucción imprudente. Ahora correspondía que, por la invasividad de las medidas, las demoras y las irregularidades que marcó la Cámara, debía ser sobreseído”, resumió. Consultado sobre las razones que lo llevaron a pedir un sobreseimiento definitivo luego de haber la jueza Barrionuevo fallado afirmando que no existió delito de su parte, el entrevistado explicó: “La diferencia es que la causa podía volver a abrirse ante el capricho de la instructora. Un capricho sumamente esperable en los términos en los que se llevó adelante esta instrucción. Si la causa se cerraba sólo con el archivo, se podía volver a abrir ante cualquier eventualidad. Y tampoco se ponía el foco en la afectación al honor del imputado, o sea yo”. El magistrado consideró en otro tramo de la nota que “fui imputado de un delito deshonroso, como es la pornografía infantil. Lo correcto hubiera sido que se reconociera el error ante la evidencia clara. Afortunadamente me da alivio emocional saber que la institución en la que trabajo hace muchos años por vocación, no me defraudó. El sistema dio una respuesta, y eso alivia. No repara, pero alivia”. “Entiendo que el caso mereciera una investigación, pero no una abusiva, donde se tomaron medidas innecesarias, se afectaron derechos fundamentales, se demoraron pericias y se rechazó el acceso a la prueba básica. Acá hubo una jueza que fue imprudente, temeraria y abusiva y que puso en jaque el honor de un operador que resuelve justamente este tipo de casos.”, subrayó. Preguntado el entrevistado sobre cómo, a su criterio, se debió haber procedido ante la denuncia que lo tenía como protagonista, respondió que “con la mínima diligencia se hubiera evitado todo. Entiendo que ante un reporte automático pudo haber activado los mecanismos judiciales de comprobación. Ahora, esto se terminaba si mandaba un oficio a Google y preguntaba con qué otra cosa subí las fotos. Además, se subieron con el número de causa en la que debí actuar como juez en Río Grande, en 2016. Con la mínima diligencia se hubiera podido cerrar, sin margen de dudas y sin necesidad de efectuar medidas de máxima invasividad de derechos básicos. Desconozco cuáles fueron las motivaciones de la jueza Barrionuevo para llevar adelante esta investigación en la forma en que lo hizo. Esto yo no lo vi nunca, y soy juez de Apelaciones”. Con respecto al futuro, el camarista reflexionó: “La parte formal que era necesario aclarar quedó resuelta pero hay otra parte que morirá conmigo y mi familia. Sólo nosotros sabemos lo que hemos pasado. Ahora estoy organizando y estudiando acciones reparatorias que voy a ejercer contra varios actores que contribuyeron a esta operación que dañó mi honor, salud mental y la de mi familia. Es una cuestión de reivindicación más que de dinero. No me interesa que me indemnicen con un monto, sino que no le vuelva a ocurrir a nadie más. Voy a dedicar mi vida a que esto no vuelva a pasar. Voy a hacer todo lo que esté a mi alcance. Porque esto trasciende mi propio interés. Esto me trasciende como individuo, padre de familia, hijo o esposo. Acá no estuvo en juego solo el honor de un juez, sino el del Poder Judicial en su conjunto”.
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