13/10/2025 17:49
13/10/2025 17:48
13/10/2025 17:48
13/10/2025 17:48
13/10/2025 17:48
13/10/2025 17:48
13/10/2025 17:47
13/10/2025 17:47
13/10/2025 17:47
13/10/2025 17:47
» Derf
Fecha: 13/10/2025 15:36
Tener un lugar propio para desconectar no es un lujo, es una necesidad. Aunque vivas en un monoambiente o compartas ambientes, siempre se puede crear un rincón de descanso, por más chico que sea. Un espacio pensado para bajar un cambio, respirar hondo y cortar con el ritmo del día. No hace falta redecorar toda la casa: con algunos elementos clave, podés transformar una esquina olvidada en tu nuevo lugar favorito. Elegí un lugar que no uses demasiado Puede ser una esquina del living, un huequito cerca de una ventana o incluso una parte del dormitorio. Lo importante es que tenga cierta continuidad: que no sea una zona de paso o con mucho ruido. Usá iluminación tenue o cálida Una lámpara de luz amarilla, unas guirnaldas o una vela pueden hacer toda la diferencia. La luz suave ayuda a relajar la vista y marcar un cambio de ambiente. Sumá una manta, almohadón o puf cómodo Aunque no tengas sillón libre, un rincón en el piso con una alfombra mullida o un puf puede ser perfecto. Si te da contención física, mejor: ayuda a calmar el sistema nervioso. Incorporá algo que te conecte con el bienestar Puede ser un libro, un sahumerio, música suave, una planta o una infusión. No tiene que ser mucho: lo que funcione para vos. Definilo como tu espacio personal Aunque sea chico, que tenga una identidad propia. Podés usar un color, una textura o un objeto especial que lo diferencie del resto de la casa. Más allá del lugar: el ritual. El rincón es solo el medio. Lo importante es el hábito. Tomarte 10 o 15 minutos por día para estar ahí, sin pantallas, sin hacer nada productivo. Solo respirar, pensar, leer o estirarte. Ese pequeño corte puede mejorar tu concentración, tu sueño y tu estado de ánimo.
Ver noticia original