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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 13/10/2025 15:04
Descubren cómo factores propios de la obesidad pueden interferir en la química cerebral, acelerando procesos neurodegenerativos (Freepik) Un equipo de científicos de Houston Methodist identificó un mecanismo molecular que conecta la obesidad con un desarrollo más rápido de la enfermedad de Alzheimer, según un estudio publicado este año. El hallazgo revela que las vesículas extracelulares derivadas del tejido adiposo en personas con obesidad transportan lípidos específicos que intensifican la formación de placas amiloides en el cerebro, proceso central en la neurodegeneración característica del Alzheimer. Esta investigación ofrece una nueva perspectiva sobre el impacto de los trastornos metabólicos periféricos en la salud cerebral y plantea opciones para estrategias de prevención y tratamiento enfocados en la modulación de lípidos. El estudio, liderado por Li Yang, Michael Chan, Jianting Sheng y Stephen T.C. Wong, contó con el apoyo de Ohio State University y University of Texas Health Science Center. Los investigadores partieron de la hipótesis de que la obesidad constituye el principal factor de riesgo modificable para la demencia, incluido el Alzheimer, aunque hasta el momento no se conocía con precisión el vínculo molecular entre el metabolismo periférico alterado y la progresión de la enfermedad. “Nuestro estudio revela que los lípidos asociados a las vesículas extracelulares en la obesidad modulan la agregación de beta-amiloide, conectando el metabolismo adiposo con la patología del Alzheimer”, explicaron los autores en declaraciones recogidas por Houston Methodist. El daño cerebral asociado al Alzheimer está vinculado con la acumulación de placas proteicas que alteran la comunicación entre las neuronas (Freepik) Vesículas extracelulares y lípidos: una vía novedosa en la progresión del Alzheimer El mecanismo identificado se basa en la capacidad de las vesículas extracelulares liberadas por el tejido adiposo para atravesar la barrera hematoencefálica y modificar el entorno lipídico cerebral. Estas vesículas transportan una carga lipídica alterada en personas obesas, en especial especies de lisofosfatidilcolina (LPC) y esfingomielina (SM), que, según los experimentos, aceleran la agregación de la proteína beta-amiloide. La acumulación de esta proteína en forma de placas es uno de los aspectos más reconocidos de la enfermedad. El análisis detallado reveló que las vesículas extracelulares procedentes de personas obesas presentan perfiles lipidómicos diferentes respecto a las de individuos delgados. Se observó una elevación significativa de LPC y un cambio en los niveles de SM en las vesículas de origen adiposo. Los ensayos demostraron que tanto la identidad como la cantidad de estos lípidos determinan la velocidad y la intensidad de la agregación de beta-amiloide. En las concentraciones típicas de la obesidad, LPC y SM favorecen la formación de fibrillas amiloides, mientras que, con niveles más bajos, ciertos subtipos de esfingomielina pueden ejercer un efecto inhibidor sobre la agregación. Nuevas investigaciones revelan que las partículas liberadas por el tejido graso transportan moléculas capaces de modificar directamente la salud del cerebro (Imagen Ilustrativa Infobae) Metodología: análisis extensivo de lípidos y ensayos funcionales Para llegar a estas conclusiones, el equipo de Houston Methodist recolectó muestras de tejido adiposo subcutáneo y visceral de personas delgadas y obesas intervenidas quirúrgicamente en el Ohio State University Wexner Medical Center. Tras un riguroso proceso de aislamiento y control de calidad, extrajeron vesículas extracelulares de los adipocitos y realizaron un perfilado lipidómico con espectrometría de masas multidimensional. Los efectos de los lípidos extraídos se evaluaron en la agregación de péptidos beta-amiloide humanos en ensayos in vitro diseñados para simular condiciones fisiológicas y patológicas. Los resultados confirmaron que las vesículas extracelulares reflejan parte del perfil lipídico del tejido adiposo, pero muestran una selección específica de lípidos que facilita la comunicación entre el tejido graso y el cerebro. El análisis de correlaciones entre especies lipídicas puso en evidencia una reorganización en la obesidad, con módulos específicos enriquecidos en LPC y SM. Además, los ensayos de agregación indicaron que la presencia de estos lípidos, en las concentraciones observadas en personas obesas, acelera la formación de agregados de beta-amiloide, fenómeno clave en el Alzheimer. El uso de modernas técnicas de laboratorio permitió observar cómo ciertos lípidos influyen en la formación de los depósitos implicados en la enfermedad (Imagen Ilustrativa Infobae) Implicaciones clínicas y perspectiva epidemiológica Desde el punto de vista clínico, Houston Methodist destaca que el control de los lípidos transportados por vesículas extracelulares podría transformarse en una estrategia terapéutica para frenar o prevenir el daño cerebral asociado a enfermedades neurodegenerativas. El estudio subraya la importancia de preservar la homeostasis lipídica en el cerebro y advierte que alteraciones mínimas en la composición o cantidad de lípidos pueden modificar de modo relevante la dinámica de agregación amiloide. “Estos resultados respaldan el desarrollo de terapias dirigidas a los lípidos como una vía prometedora para tratar enfermedades neurodegenerativas”, concluyeron los autores. El aumento global de la obesidad afianza su papel como factor de riesgo modificable para la demencia y el Alzheimer. El cerebro, altamente rico en lípidos, demuestra su vulnerabilidad ante los desequilibrios metabólicos provocados por la obesidad, lo que convierte a la regulación lipídica en un objetivo clave de la investigación y la atención clínica. Houston Methodist remarcó que el entendimiento de estos mecanismos moleculares puede transformar el enfoque preventivo y terapéutico de las enfermedades neurodegenerativas en poblaciones con alto riesgo metabólico. El trabajo de Houston Methodist abre perspectivas innovadoras para diseñar intervenciones dirigidas a la regulación de lípidos, con la finalidad de proteger la función cerebral y reducir el impacto del Alzheimer en el futuro.
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