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  • Vientos de doctrinas

    » Data Chaco

    Fecha: 12/10/2025 05:11

    Juan Carlos Tuyaré. En cierta ocasión, un lector se interesó en saber cómo los escritores eligen los temas a desarrollar en sus mensajes, y contestamos que -en el caso particular nuestro- nos alimentamos de las expresiones y vivencias del común de la gente. Lo comparamos con lo que las Escrituras señalan como bueno, y en ese contexto, invitamos a corregir conductas para obtener mejores resultados en la vida diaria, y decidir un lugar para la eternidad. Seguir normas Siguiendo esa misma línea, en esta ocasión nos referiremos a la expresión de una persona que piensa o cree que es parte del cristianismo genuino. En un mensaje de texto por WhatsApp dio su veredicto sobre cómo debe manejarse un cristiano, señalando que: "un verdadero cristiano no se rige por normas, sino que debe seguir a Jesús". Ahora bien, es probable que esta persona se haya confundido en elegir la palabra "norma" para expresar lo que realmente quería decir. Tal vez se refería a la palabra "religiosidad", contra la cual Jesús se opuso; porque El llama religioso a quien dice conocer las enseñanzas de las Escrituras, pero no las pone en práctica en su vida diaria. Dicho de otro modo, es la persona que asiste a la iglesia los fines de semana pero de lunes a sábado vive como mejor le parece. El cristianismo posee normas A la palabra norma se la define como una regla a la que se deben ajustar conductas, tareas o actividades y es precisamente lo que el texto bíblico sugiere a todos aquellos que quieran ser cristianos. Efectivamente es así, el cristianismo tiene normas o reglas a cumplir. Las más importantes son dos: La primera, ama al Señor tú Dios con todo tu corazón, alma y fuerzas; y la segunda, ama a tu prójimo como a ti mismo, porque en estas dos normas se basa el cumplimiento de toda la Escritura. Dicho de otro modo, si un creyente cumple satisfactoriamente con estas dos normas, está cumpliendo con lo que Dios pide o pretende de sus hijos. No se puede pretender seguir a Jesús sin primero cumplir con ambas normas; a propósito de ello, el apóstol Pablo enseñó en distintas cartas dirigidas a las primeras iglesias, que los cristianos sepan que tienen deberes como cristianos; y en ellos incluyen amar a Dios y al prójimo, pero hacerlo sin fingimiento y por medio de una vida responsable y servicial; lo que implica no pagar mal por mal a nadie y –en cuanto dependa de cada creyente- vivir en paz con todos, no dejando de servir a otros, dándole un enfoque de humildad y amor fraternal a cada uno de nuestros actos; lo que incluye la obediencia a las normas o instrucciones bíblicas, buscando la guía de Dios en todas las áreas de nuestra vida. Vientos de doctrinas Pero cada vez son más los intentos de agregar o quitar enseñanzas que tienen su base en la palabra de Dios. A esa iniciativa -en el texto bíblico- se le llama vientos de doctrinas, y tienen que ver con el objetivo de insertar enseñanzas humanas equivocadas y astutas que pretenden alejar a los creyentes de la verdad. Para un cristiano sincero es absolutamente necesario repasar las Escrituras diariamente, ya que es la única manera de dejar de ser un niño espiritual, y convertirse en un cristiano maduro, que sabe reconocer cuando están intentando mentirle. Siempre repetimos que las enseñanzas equivocadas pueden ser a propósito, o sin malas intenciones, pero el efecto que producen es el mismo: alejar al creyente de Dios.

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