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  • El imperio del dónut en España: cuando una palabra se convirtió en marca registrada

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 10/10/2025 16:41

    El imperio del dónut en España: cuando una palabra se convirtió en marca registrada. (AdobeStock) Un círculo perfecto de masa, azúcar y memoria colectiva. La llegada de la multinacional estadounidense Krispy Kreme a Madrid, que eligió el centro comercial Westfield Parquesur para su primer local, generó largas colas y un entusiasmo comparable al de los lanzamientos tecnológicos más esperados. El icónico cartel de “Hot Now”, que anuncia la salida de rosquillas recién hechas, se ha convertido en un nuevo atractivo para los aficionados a este dulce. Pero detrás de ese brillo neón se esconde una larga historia empresarial y legal que empezó hace más de seis décadas. De los doughnuts americanos al dónut con tilde La historia del dónut español comienza en los años 50, cuando el empresario catalán Andrés Costafreda descubrió los doughnuts durante un viaje a Estados Unidos. Impresionado por su éxito, decidió traer la idea a España, adaptándola a los gustos locales y a las limitaciones del mercado de la época. En 1961 fundó la Donut Corporation Española, origen de Panrico, y un año después registró oficialmente la marca Donuts. Las restricciones de importación de harina estadounidense obligaron a Costafreda a desarrollar una fórmula propia, combinando diferentes tipos de harina locales para lograr la textura y sabor adecuados. El resultado fue un bollo más suave, con acento mediterráneo, que conquistó el paladar español. Rosquillas de San Isidro: las tontas, las listas y otras versiones innovadoras. Un éxito que se convirtió en monopolio El éxito del dónut fue inmediato. En pocos años se integró en la vida cotidiana de millones de españoles, convirtiéndose en el compañero inseparable del café matutino o la merienda. Con esa popularidad llegó también la necesidad de proteger la marca. Panrico registró “Donuts” en 1962 y defendió con firmeza su exclusividad. Desde entonces, la palabra dejó de ser un término genérico para convertirse en un sello registrado. La compañía libró numerosas batallas judiciales contra empresas que intentaron usar el nombre: Bimbo y Europastry perdieron pleitos, y solo algunas multinacionales encontraron fórmulas para sortear la restricción. Dunkin’ Donuts: una excepción con fecha de caducidad El caso más curioso fue el de Dunkin’ Donuts, que logró operar con ese nombre en España durante una década gracias a una coincidencia empresarial. En 1997, la británica Allied Domecq, propietaria de Dunkin’ y accionista de Panrico, permitió la apertura de locales bajo la marca Dunkin’ Donuts España mediante una joint venture (empresa conjunta). Sin embargo, el equilibrio se rompió en 2007, cuando Pernod Ricard adquirió Allied Domecq y se deshizo de la división de rosquillas. Dunkin tuvo que comprar su parte del negocio español y cambiar su nombre a Dunkin’ Coffee, una decisión forzada que marcó el final de aquella coexistencia entre ambas marcas. De Panrico a Bimbo: la herencia de una marca En 2016, tras la compra de Panrico, Bimbo España se convirtió en la propietaria exclusiva de la marca Donuts. Desde entonces, ninguna otra empresa puede usar el término en el país. Por eso, Dunkin’ Donuts opera bajo el nombre Dunkin’ Coffee, y Krispy Kreme evita mencionar “dónut” en su branding o comunicación comercial. Bimbo es la propietaria de Dónuts. (Imagen: Bimbo Web) Krispy Kreme y la segunda fiebre del agujero La reciente apertura del primer “Teatro” de Krispy Kreme en Leganés ha supuesto una inversión inicial de seis millones de euros, liderada por la familia Zamudio-Terrazas. El plan de expansión prevé alcanzar hasta 50 locales en cinco años, lo que consolida el regreso del dónut (o de su equivalente americano) al centro de la escena. La inauguración fue un auténtico fenómeno social: decenas de personas acamparon la noche anterior, provistas de mantas, sillas plegables e incluso juegos de mesa, para ser los primeros en probar las rosquillas recién hechas bajo el mítico neón rojo. Una palabra, una identidad El dónut, ese pastel dulce, circular, con agujero en el centro y base de harina, azúcar, huevos, levadura y leche, tiene raíces en la repostería europea, aunque su fama mundial nació en Estados Unidos. En España, su historia tomó un camino singular: una marca registrada transformó un producto común en símbolo nacional y en caso de estudio sobre la propiedad industrial. Más de seis décadas después de que Andrés Costafreda trajera la idea a España, el país vive una nueva etapa del dónut: con competencia internacional, peculiaridades legales y una legión de seguidores que, sin importar el nombre, siguen disfrutando del mismo placer redondo.

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