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Federal » El Federaense
Fecha: 10/10/2025 14:16
Investigación alerta sobre megaterremotos en Cascadia y San Andrés Investigación alerta sobre megaterremotos en Cascadia y San Andrés Un estudio revela que un megaterremoto en Cascadia podría desencadenar un sismo en la falla de San Andrés, creando un escenario de doble catástrofe. Se documentaron al menos 18 terremotos sincronizados en los últimos 3.000 años, con eventos ocurridos en minutos u horas de diferencia. Las recomendaciones incluyen la preparación de seguros contra terremotos y el refuerzo de infraestructuras para mitigar riesgos. Hallazgos previos sobre terremotos en Cascadia La zona de subducción de Cascadia, ubicada frente a las costas de Canadá y Estados Unidos, ha sido objeto de estudio durante décadas debido a su potencial para generar megaterremotos. La investigación más reciente, publicada en la revista Geosphere, aporta evidencia sólida sobre la interacción entre Cascadia y la falla de San Andrés. Al analizar núcleos de sedimentos marinos, los investigadores descubrieron patrones de sincronización sísmica que sugieren que un terremoto en Cascadia podría provocar un evento subsiguiente en San Andrés. Los sedimentos analizados, conocidos como turbiditas, son depósitos generados por deslizamientos de tierra durante terremotos. En los núcleos extraídos, se identificaron configuraciones inusuales de sedimentos que indican una relación directa entre los eventos sísmicos de ambas fallas. Este análisis abarca un período de 3.000 años y documenta al menos 18 terremotos sincronizados, lo que plantea serias preocupaciones sobre la posibilidad de desastres simultáneos en la costa oeste de Estados Unidos. Investigadores y sus posturas sobre el estudio El estudio fue liderado por el geólogo marino Chris Goldfinger de la Universidad Estatal de Oregón, quien destacó la importancia de estos hallazgos. Goldfinger enfatizó que la posibilidad de que un megaterremoto en Cascadia desencadene un sismo en San Andrés redefine el concepto de peligro sísmico en la región. Otros expertos, como Jason R. Patton del Servicio Geológico de California, apoyaron la relevancia de la investigación, aunque señalaron que es difícil determinar el intervalo exacto entre los eventos. Amanda Thomas, geofísica de la Universidad de California en Davis, también comentó sobre la investigación, describiéndola como según declaraciones públicas previas. Sin embargo, advirtió que los métodos utilizados para datar los eventos podrían no ser precisos y que otros factores podrían influir en los patrones sedimentarios observados. Datos sobre terremotos sincronizados en la región Los hallazgos del estudio revelan que en los últimos 3.000 años, al menos 18 terremotos han ocurrido en sincronía entre las fallas de Cascadia y San Andrés. Un evento notable fue el megaterremoto de magnitud 9 en Cascadia en 1700, que generó un tsunami que afectó incluso a Japón. Este evento se correlaciona con un sismo de magnitud 7,9 en la porción norte de San Andrés, lo que sugiere que la actividad en una falla puede influir en la otra. El análisis de los núcleos de sedimentos mostró patrones de según declaraciones públicas previas, donde los sedimentos finos de un terremoto en Cascadia son cubiertos rápidamente por sedimentos gruesos de un evento en San Andrés. Esta dinámica indica que la ruptura en Cascadia podría comprimir y estirar la corteza terrestre, aumentando la tensión en la falla de San Andrés. Cronología de eventos sísmicos significativos Históricamente, la actividad sísmica en la región ha sido recurrente. La zona de subducción de Cascadia produce terremotos significativos cada 220 años, mientras que la falla norte de San Andrés lo hace aproximadamente cada 200 años. El último gran evento en Cascadia ocurrió en 1700, mientras que en San Andrés, el último gran terremoto registrado fue en 1906. Estos datos indican que ambas fallas están atrasadas para rupturas significativas, lo que aumenta el riesgo de un desastre en el futuro cercano. Los relatos de comunidades indígenas, como los Cowichan en la Isla de Vancouver, respaldan la evidencia arqueológica de los efectos devastadores del evento de 1700, con descripciones de tsunamis y subsidencia costera. Esta información histórica es crucial para comprender el potencial destructivo de futuros eventos sísmicos en la región. Consecuencias de un desastre sísmico simultáneo Las proyecciones sobre las consecuencias de un megaterremoto en Cascadia, combinado con un sismo en San Andrés, son alarmantes. Un terremoto de magnitud 9 en Cascadia podría generar tsunamis con olas de hasta 24 metros, afectando más de 140.000 millas cuadradas y causando miles de muertes y daños económicos que superarían los 70.000 millones de dólares. Por otro lado, un evento en San Andrés de magnitud 7,8 podría resultar en más de 1.800 fallecidos y pérdidas económicas de 200.000 millones de dólares. La simultaneidad de estos eventos podría abrumar los recursos de emergencia, complicando la respuesta a desastres en ciudades densamente pobladas como San Francisco, Portland, Seattle y Vancouver. La infraestructura crítica, como puentes y carreteras, podría sufrir daños severos, exacerbando la crisis humanitaria. Recomendaciones para mitigar riesgos sísmicos Ante el creciente riesgo de desastres sísmicos interconectados, los expertos recomiendan una serie de medidas para mitigar los impactos. Estas incluyen la adquisición de seguros contra terremotos, el refuerzo de estructuras antiguas y el conocimiento de protocolos de respuesta ante emergencias, como según declaraciones públicas previas. Además, se sugiere fomentar una según declaraciones públicas previas que integre la preparación ante desastres en la planificación urbana y comunitaria. A pesar de la incertidumbre sobre cuándo ocurrirá el próximo gran evento sísmico, con una probabilidad del 37% de un gran terremoto en Cascadia en los próximos 50 años, es imperativo que las autoridades revisen los modelos de riesgo sísmico. La investigación reciente subraya la necesidad de una planificación más integral que contemple la interconexión entre las fallas, preparando así a la población para lo que podría ser uno de los desastres sísmicos más graves en la historia moderna de la costa oeste.
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