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  • La Policía detecta un "preocupante aumento" del consumo de la droga alfa en citas sexuales que acaban en robos, agresiones y extorsiones

    » Diario Cordoba

    Fecha: 09/10/2025 10:11

    Cada vez más frecuente y cada vez más episodios de alto riesgo. La Policía Nacional ha advertido un creciente aumento de los incidentes graves por consumo de la droga conocida como alfa PVP -o flakka- en un mismo entorno: el de las citas sexuales a ciegas, pagadas o no, usualmente entre hombres. Ha habido denuncias (y detenciones) en los últimos meses porque esos encuentros trufados de consumo abusivo de flakka, la droga consumida por el joven que murió tras caer de un piso 14 en Campanar, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV, han acabado en robos, agresiones, violaciones o extorsiones. Y, en el mejor de los casos, en simples escándalos nocturnos que acaban con la Policía Local movilizada por los avisos del vecindario. Es una realidad que este martes saltó a la palestra tras la trágica muerte de un joven de 23 años, de origen colombiano, pero asentado con su familia desde hace años en un municipio de la provincia de Valencia, que cayó al vacío desde más de 40 metros de altura en pleno delirio alucinatorio causado por la ingesta masiva de alfa PVP, según apunta el hombre que estaba con él y que le había invitado a ir a su casa para mantener relaciones sexuales y consumir estupefacientes. ¿Pero cuánto tomó? Los médicos forenses que le han practicado la autopsia este miércoles en el Instituto de Medicina Legal de Valencia ya han tomado muestras de fluidos y tejidos que serán enviadas a la sede barcelonesa del Instituto Nacional de Toxicología para determinar qué drogas y en qué cantidad había consumido el joven, que iba indocumentado aunque la familia ya ha identificado el cuerpo. De momento, la Policía continúa investigando este hecho, aunque se trata de un accidente, como queda acreditado con los vídeos grabados por varios vecinos del complejo residencial de Campanar del que forma parte el edificio ubicado en el 107 de Maestro Aguilar. En algunos, el joven fue captado caminando por el saliente exterior de la terraza -es un dúplex que ocupa los pisos 14 y 15 del inmueble-, una superficie de apenas 15 centímetros de ancho. La situación se prolongó por espacio de más de dos horas. Las llamadas a Emergencias activaron a la Policía y también a los Bomberos de Valencia, que desplegaron la lona de salvamento a pie de suelo y trataron de hacerle entrar en razón hablando con él después de que el dueño del piso les franquease la entrada. En un momento determinado, perdió el equilibrio, pero todo quedó en un susto, ya que logró descolgarse hasta quedarse de pie sobre el alféizar de la ventana del piso 14. El último movimiento en falso Sin embargo, su estado de profunda agitación y su descontrol cognitivo, provocado según todos los indicios por la inhalación de alfa PVP -ambos habían estado fumando en una pipa de cristal-, le llevaron a tratar de encaramarse a la pared lateral al ver que uno de los bomberos sorteaba el cerramiento de la terraza para acercarse a él desde arriba. El joven adoptó una posición imposible, y cuando su cuerpo estaba prácticamente horizontal, apoyado únicamente con su mano derecha sobre la pared lateral, avanzó un paso en el aire con su pierna izquierda en un movimiento inviable porque no había nada bajo su pie -todo apunta a una pérdida del sentido de la realidad espacio-temporal en plena paranoia- y cayó irremediablemente al vacío. El infortunio hizo que, además, chocase contra un saliente del edificio, lo que varió la trayectoria de la caída, por lo que el impacto se produjo fuera del colchón de salvamento. Además de las muestras tomadas durante la autopsia, el juez de Instrucción 21 de Valencia contará con otro dato importante: el análisis de una papelina con supuestamente alfa que aún conservaba entre sus ropas, y que puede aportar información muy valiosa, como lo es la composición exacta del tóxico. Estado de extrema agitación y agresividad De momento, con lo que se cuenta es con el testimonio del dueño del piso, quien había concertado el encuentro sexual a través de una 'app' de citas y que ha declarado que habían acordado consumir alfa aunque cada uno tenía su propia droga. Afirma que, tras un encuentro completamente normal, el joven se puso muy agresivo, por lo que trató, en vano, de aplacarlo. Al ver que no podía hacerse con él ni convencerle para que se tranquilizase, optó, según aseguró en un primer momento a los policías, por cerrarle la puerta de la terraza mientras esperaba ayuda, momento en que el chico rompió parte del mobiliario exterior. Y fue después cuando se encaramó primero a la barandilla de cristal y luego al saliente exterior. El caso de este joven, que se ganaba la vida como albañil, ayudando a su padre, es el más grave ocurrido en Valencia, pero no es el único. En los últimos meses, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil han intervenido alfa y tusi, la mal llamada cocaína rosa, en distintos 'supermercados' de la droga, donde, además de las tradicionales cocaína, marihuana o éxtasis, han detectado tóxicos de diseño como las dos citadas. Narcopisos y puteros En uno de los casos, a finales de julio del año pasado, la Guardia Civil recuperó 200 gramos de alfa en dos narcopisos de la ciudad de Valencia. Además de flakka, que en ese caso procedía de Países Bajos, encontraron anfetaminas y marihuana. Hubo cuatro detenidos. Meses más tarde, en febrero de este año, la Policía Nacional confiscaba un arsenal de tusi, alfa PVP, MDMA (cristal) y popper, entre otras drogas, en un club muy próximo al Ayuntamiento de Valencia. Hubo 140 identificados, 38 actas levantadas y once detenidos, cinco de ellos por tráfico de drogas. Y no solo eso, en los últimos meses ha habido casi una decena de detenciones por distintas denuncias de encuentros sexuales, en esa ocasión, pagadas, en las que los puteros fueron víctimas de robos -en uno de los casos, el prostituto le robó el coche mientras era atendido en el hospital tras sufrir un cuadro grave por consumo abusivo de varias drogas- o extorsiones -otro putero perdió 44.000 euros después de que el prostituto le estuviera coaccionando, amenazando y chantajeando durante dos meses, tras robarle una tarjeta de crédito y cambiarle el PIN-. En ambos casos, las citas, pactadas como 'chemsex' (consumo de drogas con fines sexuales para alargar las sesiones) habían sido a través de plataformas de prostitución homosexual.

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