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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 09/10/2025 04:37
El 6,8% de los adultos porteños presenta malestar psicológico severo y el 13,9% leve, según el estudio de 6.000 casos sobre salud emocional y riesgos Un relevamiento realizado por el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires junto con el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA) señala que el 28,5% de los porteños de 18 a 75 años presenta síntomas de ansiedad y depresión. Se trata de un documento integral sobre el malestar psicológico de la población adulta en la capital del país. El estudio, sustentado en una muestra representativa de 6.000 casos en las 15 comunas, detectó que estos síntomas afectan de manera desigual según el género, el nivel socioeconómico, la zona de residencia, la situación laboral y ciertas prácticas de riesgo, como el consumo intensivo de sustancias, las apuestas en línea o el uso del celular. El informe, titulado “Malestar psicológico y estado de salud percibido en la población adulta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, permite trazar un primer mapa estadístico y sociodemográfico del bienestar emocional porteño. En uno de sus puntos centrales, advierte que el malestar psicológico es más frecuente en mujeres, personas con menor nivel educativo, quienes conviven con inseguridad alimentaria o integran hogares monomarentales/monoparentales con niños y adolescentes. “Nos anticipamos a los problemas del futuro: a lo que está pasando en las casas, lo que hablan las familias. Así como lo hicimos con el problema de las apuestas online, hoy ponemos sobre la mesa como Gobierno que no podemos mirar para otro lado cuando hablamos de salud mental”, indicó Gabriel Mraida, ministro de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad. Porcentajes de malestar psicológico leve, moderado y severo en la población adulta de la Ciudad de Buenos Aires, según el informe EPRA 2024 En el informe definen al malestar psicológico evaluado como “un estado de sufrimiento emocional caracterizado principalmente por síntomas ansiosos y depresivos, tales como cansancio, inquietud, agitación, nerviosismo, falta de interés o desmotivación, tristeza, desesperanza y sentimientos de inutilidad”. La Encuesta de Prácticas de Riesgo Adictivo (EPRA) se efectuó entre octubre y diciembre de 2024 y combinó un relevamiento probabilístico, presencial y domiciliario. Cubrió distintos factores considerados de riesgo y variables sociodemográficas. Los resultados surgen del análisis de la Escala de Malestar Psicológico de Kessler (K10), herramienta internacionalmente validada y adaptada localmente para captar síntomas como inquietud en los 30 días previos al relevamiento. De acuerdo con los autores del informe, el 13,9% de la muestra presentó malestar psicológico leve, el 7,9% moderado y el 6,8% severo. La medición agrega una capa de profundidad al asociar estos resultados con factores sociodemográficos, consumos y condiciones de vida. El 28,5% de los porteños adultos presenta síntomas de ansiedad y depresión, según relevó el Ministerio de Desarrollo Humano y ODSA-UCA, en 2024 (Imagen Ilustrativa Infobae) El informe subraya: “La producción de esta información resulta esencial para dimensionar la magnitud y la distribución del malestar psicológico y de las conductas de riesgo en la población, identificar los grupos más afectados y comprender cómo distintas vulnerabilidades sociales y económicas inciden en el bienestar emocional y físico“. Factores de riesgo y conductas asociadas Entre los principales hallazgos, el informe destaca el vínculo entre el malestar psicológico y prácticas de riesgo adictivo. Describe que el malestar psicológico severo se triplica entre quienes presentan consumo problemático de alcohol, marihuana o cocaína en comparación con quienes no lo hacen. El trabajo señala que el 74,5% de los adultos consultados declaró haber consumido alcohol en el último año. En este grupo, quienes presentan un consumo de alcohol catalogado como de alto riesgo muestran una prevalencia de malestar psicológico severo tres veces mayor en comparación con quienes no tienen ese perfil. Apuestas online, consumo intensivo de sustancias y uso problemático del celular figuran entre las prácticas asociadas al aumento del malestar psicológico (Imagen Ilustrativa Infobae) Un patrón similar se observa en el caso de la marihuana: el 16,5% de la población reportó su uso en los últimos doce meses y, entre quienes registran riesgo alto, casi la mitad experimenta malestar severo. Para la cocaína, aunque la prevalencia de consumo es mucho menor (1,7%), la totalidad de las personas clasificadas en el nivel de mayor riesgo manifestaron síntomas de malestar psicológico. También las apuestas online y el uso intensivo del celular configuran un eje importante. De acuerdo con la EPRA, entre quienes presentan un nivel alto en apuestas, el malestar severo crece al 30,2%. En jóvenes de 18 a 29 años que utilizan el celular más de seis horas al día, el 33,7% muestra síntomas de malestar, y ese número escala al 35,2% al observar solo el grupo con uso problemático. Género y edad: los grupos más afectados El diagnóstico revela pronunciadas diferencias entre ambos géneros. El 33,1% de las mujeres adultas manifestó síntomas de malestar psicológico frente al 23,1% de los hombres. Esta disparidad persiste en todos los niveles de intensidad del malestar, y se agrava en la desocupación: el 58% de las mujeres desocupadas presenta síntomas, frente al 45% de los hombres. Distribución de síntomas de malestar psicológico en adultos porteños: según el relevamiento, cansancio, agitación y nerviosismo son los más reportados El informe incorpora el análisis de brechas estructurales: “Sobre las mujeres recae una mayor carga de trabajo producto de las tareas de crianza y cuidado, así como los mandatos de maternidad y fenómenos como el ‘techo de cristal’ que producen limitaciones en el desarrollo profesional y en el bienestar económico, una más alta presión social por la imagen física, entre otras inequidades”. La edad incide de modo importante. Las personas de 45 a 59 años y los adultos mayores superan el 7% de malestar severo, mientras que el 74,7% de los jóvenes de 18 a 30 años se declara libres de síntomas. Estos datos se vinculan con el debilitamiento de las redes sociales, riesgos de aislamiento y condiciones económicas precarias que suelen afectar a las personas de mayor edad. El nivel educativo también aparece como un factor relevante: el 59,9% de quienes no terminaron la secundaria no reporta síntomas, mientras ese porcentaje se eleva al 77,5% entre quienes completaron estudios universitarios. En términos socioeconómicos, quienes integran el segmento más bajo duplican la presencia de malestar frente al segmento alto (40,6% vs. 19,7%, respectivamente). El territorio y el hogar como factores de vulnerabilidad El 33,1% de las mujeres y el 23,1% de los hombres adultos porteños presenta síntomas de malestar psicológico, en todos los niveles de intensidad (imagen ilustrativa infobae) El estudio evidencia la marcada presencia de la configuración territorial como aspecto de importancia. La zona sur de la Ciudad de Buenos Aires presenta el 35,7% de personas adultas con síntomas de malestar psicológico, más de 14 puntos por encima de la zona norte. Esta brecha se explica por las condiciones socioeconómicas, acceso desigual a servicios urbanos, educación y trabajo registrados en el sur porteño. El tipo de hogar también aparece como determinante: el 40,9% de las personas que viven en hogares monoparentales o monomarentales con niños y adolescentes declara síntomas de malestar, mientras el porcentaje se reduce al 26,8% en hogares de lo que el informe define como “núcleo completo”. La relación con la inseguridad alimentaria es notoria: el 53% de quienes padecen este déficit muestran malestar psicológico, cifra que baja al 22% en hogares donde la nutrición está garantizada. Salud percibida y situación laboral El informe asocia prevalencias elevadas de malestar psicológico con enfermedades crónicas, brecha territorial, nivel educativo y desocupación laboral (Imagen ilustrativa Infobae) La encuesta revela que el 26,3% de los adultos declara algún problema de salud y, dentro de este grupo, un 8,7% identifica afecciones crónicas o graves. Las mujeres, las personas mayores y quienes integran sectores socioeconómicos bajos registran tasas más altas de enfermedad autopercibida. El informe muestra, además, que el malestar psicológico alcanza al 61,1% entre quienes conviven con enfermedades graves, en contraste con el 21,6% entre quienes no refieren problemas de salud. En cuanto al trabajo, el 84,7% de las personas en condiciones de trabajar está ocupada, el 4,1% desocupada y el 11,2% inactiva. La desocupación potencia las tasas de malestar: el 18,3% de los desocupados experimenta malestar severo, que triplica la incidencia entre la población ocupada (5,9%). Los autores del informe remarcan que la información recabada ofrece “una base sólida para diseñar, implementar y evaluar políticas públicas basadas en evidencia, orientadas a reducir las desigualdades y mejorar la calidad de vida de la población”.
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