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» El siglo web
Fecha: 08/10/2025 21:42
El fútbol argentino despide a Miguel Ángel Russo, uno de sus entrenadores más queridos y respetados. El técnico de Boca Juniors, de 69 años, falleció este lunes en su casa, donde se encontraba bajo internación domiciliaria luego de sufrir una recaída en su cuadro de salud. Russo había regresado al Xeneize a mediados de este año para iniciar su tercera etapa al frente del club, pero en las últimas semanas su estado se complicó, lo que obligó a sucesivas hospitalizaciones. El lunes 6 de octubre, Boca había informado oficialmente que su director técnico se encontraba con “pronóstico reservado”. Una vida marcada por la lucha y la pasión En 2017, mientras dirigía a Millonarios de Colombia, a Russo le diagnosticaron cáncer de vejiga y, durante su cirugía, se detectó además un tumor en la próstata. Pese a las complicaciones médicas, el técnico enfrentó la enfermedad con valentía y logró conducir al club colombiano a la conquista del Torneo Finalización 2017 y la Superliga 2018. Su capacidad para mantener la calma ante la adversidad lo convirtió en un símbolo de fortaleza dentro del fútbol sudamericano. “El fútbol es mi vida”, había declarado en más de una ocasión, dejando en claro que su vocación y su espíritu competitivo nunca se apagaron. Sus últimos meses en Boca Juniors A comienzos de septiembre, durante su regreso al Xeneize, Russo fue internado por una infección urinaria derivada de una baja en sus defensas. Aunque se recuperó, las complicaciones persistieron. En su último partido al frente del equipo, el 21 de septiembre, dirigió el empate 2-2 ante Central Córdoba en la Bombonera. Horas después, fue nuevamente hospitalizado y, desde entonces, no pudo regresar a los entrenamientos. En sus últimas apariciones públicas se lo vio débil, pero con el compromiso intacto. En redes sociales, Boca compartió una imagen suya junto a Juan Román Riquelme, recordando la histórica Copa Libertadores 2007, donde el binomio jugador-entrenador llevó al club a su última consagración continental. El legado de un técnico querido Russo dirigió a equipos como Estudiantes, Rosario Central, San Lorenzo, Vélez, Racing, Lanús, Colón, Millonarios y Boca Juniors, donde fue campeón del Clausura 2007 y de la Copa Libertadores del mismo año. Su figura trasciende los colores: fue reconocido por su perfil bajo, su ética de trabajo y su cercanía humana. En una de sus últimas entrevistas, expresó: “Lo primero es la familia. Después, el fútbol, que me dio todo”. El mundo del fútbol despide hoy a Miguel Ángel Russo, un hombre que dejó huella dentro y fuera de la cancha, ejemplo de humildad, liderazgo y coraje.
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