08/10/2025 12:42
08/10/2025 12:42
08/10/2025 12:41
08/10/2025 12:41
08/10/2025 12:41
08/10/2025 12:41
08/10/2025 12:40
08/10/2025 12:40
08/10/2025 12:39
08/10/2025 12:38
Concordia » Hora Digital
Fecha: 08/10/2025 08:45
Údine será el escenario del partido entre Italia e Israel, programado como clasificatorio para la Copa del Mundo y previsto para mediados de octubre en el Bluenergy Stadium. En los últimos días las protestas propalestinas que han recorrido varias ciudadesitalianas han vuelto a poner el foco sobre el encuentro que se jugará en una ciudad en la que ya se registraron movilizaciones similares el año pasado. Grupos y comités en favor de Palestina han organizado concentraciones y llamados a desconvocar o boicotear el partdo. El malestar se ha ampliado a raíz de una huelga general y de la polémica por una operación naval contra un convoy humanitario, que desató manifestaciones masivas en varias ciudades italianas y concentraciones frente a sedes deportivas e incluso centros de entrenamiento. En días recientes los manifestantes se acercaron incluso a las instalaciones de Coverciano, el centro técnico de la selección italiana, para exigir la cancelación de este choque. Fuentes de la prensa local y agrupaciones convocantes de Údine han llamado explícitamente a vaciar las gradas y a celebrar marchas en las horas previas al partido. Las plataformas organizadoras insisten en que la presión popular debe servir para que organismos internacionales reconsideren la disputa en el terreno deportivo ante una crisis humanitaria. Las autoridades italianas han diseñado un operativo de seguridad reforzado: anillos concéntricos de control alrededor del estadio, controles antiterroristas con accesos, registros manuales, perros y apoyo de unidades especializadas. Los hoteles que alojarán a las delegaciones fueron declarados “zona rossa” y recibirán vigilancia reforzada desde jornadas antes del partido. Los medios locales inciden en que se activarán medidas habituales en escenarios de alto riesgo y que habrá dispositivos de segridad a gran escala enla ciudad. Diversas crónicas locales y de ámbito deortivo como La Gazzetta dello Sport, señalan que la delegación israelí contará con vigilancia adicional de los servicios de inteligencia de su país, el Mossad. Algunos medios recuerdan que en citas previas, como encuentros disputados por Israel en escenarios neutrales, hubo presencia de equipos de protección y personal de seguridad internacional. En cualquier caso, las autoridades italianas han dejado claro que la coordinación recae principalmente en las fuerzas de orden nacionales. El antecedente inmediato que preocupa a organizadores y fuerzas de seguridad ocurrió en la ida en Hungría, donde un grupo de aficionados mostró su protesta durante el himno israelí y varias muestras de rechazo en la grada empañaron el ambiente antes del partido. Ese recuerdo alimenta la cautela de Údine y la justificación de medidas extraordinarias. A pesar de la trascendencia deportiva, la expectación en las taquillas es menor de la habitual en encuentros internacionales. En citas recientes entre los mismos combinados hubo aforos claramente reducidos y medios internacionales registraron ventas por debajo del 50% en un partido similar jugado en Údine el año anterior. Para esta ocasión, la combinación de llamamientos al boicot, el clima político y las estrictas medidas de acceso han generado dudas sobre el llenazo y el carácter festivo del evento. La FIGC y organismos deportivoshan intentado separar el plano político del deportivo, incluso se han planteado fórmulas como destinar parte de la recaudación a fines humanitarios, mientras que la FIFA ha reiterado su posición de mantener la competición aunque reconoció que no puede resolver conflictos geopolíticos por sí misma. Las autoridades locales insisten en que se respetará el derecho a la protesta pacífica, pero advierten que no tolerarán acciones que pongan en riesgo la integridad de jugadores, periodistas o espectadores. Con el recuerdo de episodios anteriores y la presión de movilizaciones recientes, el Italia-Israel en Údine se ha convertido en una prueba de equilibrio entre seguridad, libertad de expresión y la voluntad de que el deporte no quede anegado por la política.
Ver noticia original