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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 07/10/2025 23:43
Además, el consumo de bebidas light se asoció con un mayor riesgo de mortalidad hepática, algo que no se observó con las bebidas azucaradas tradicionales. Ambas categorías, sin embargo, se vincularon con un aumento en la acumulación de grasa en el hígado. Enfermedad hepática grasa: qué es La enfermedad hepática grasa metabólica (MASLD), antes llamada enfermedad hepática grasa no alcohólica, consiste en la acumulación de grasa en el hígado. Esta condición puede causar inflamación, dolor, fatiga y pérdida de apetito. MASLD se ha convertido en la enfermedad hepática crónica más frecuente a nivel global y afecta a más del 30% de la población mundial. Su prevalencia y su papel como causa creciente de muertes relacionadas con el hígado la han situado en el centro de la preocupación sanitaria internacional. Lihe Liu, autora principal del estudio, explicó a través de un comunicado que las gaseosas azucaradas han sido objeto de escrutinio durante años, mientras que sus alternativas light suelen considerarse opciones más saludables. Sin embargo, ambas se consumen ampliamente y sus efectos sobre la salud hepática no se comprendían del todo. Liu detalló que el alto contenido de azúcar de las gaseosas tradicionales puede provocar picos rápidos de glucosa e insulina en la sangre. También puede favorecer el aumento de peso y elevar los niveles de ácido úrico, factores que contribuyen a la acumulación de grasa en el hígado. En el caso de las bebidas light, el estudio sugiere que podrían alterar la microbiota intestinal. Eso no es todo. El consumo de las bebidas light podría interferir con la sensación de saciedad, estimular el deseo de consumir dulces y hasta inducir la secreción de insulina, que son mecanismos que también pueden dañar el hígado. El equipo de investigación recomendó entonces limitar tanto las gaseosas azucaradas como las light. Esos consejos deben darse como parte de una estrategia integral de prevención, no solo para proteger el hígado sino también la salud metabólica y cardiovascular. Los datos indican que sustituir cualquiera de estas bebidas por agua reduce el riesgo de MASLD: un 12,8% menos para quienes dejan las gaseosas azucaradas y un 15,2% menos para quienes abandonan las versiones light. En cambio, reemplazar una por la otra no ofrece ningún beneficio en términos de riesgo hepático. En cambio, el agua representa la opción más segura para cuidar el hígado y mantener una hidratación adecuada, ya que no añade carga metabólica ni favorece la acumulación de grasa en este órgano.
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