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Parana » Informe Digital
Fecha: 07/10/2025 18:50
Hace algunos meses, cuando el dólar aún permanecía calmo y los rescates financieros desde el Norte no parecían necesarios, Javier Milei fantaseaba con “arrasar” en las elecciones. Eran tiempos en los que los audios de Diego Spagnuolo sobre las coimas y los posibles vínculos de José Luis Espert con un tal “Fred” Machado todavía no habían irrumpido en la opinión pública, y todo daba la impresión de estar bajo control. Pero la política es imprevisible, sobre todo cuando la economía no acompaña. En los últimos días, la campaña de los libertarios sufrió una sucesión de reveses. El sábado 4, el Presidente y su comitiva llegaron a Santa Fe para una caminata proselitista y debieron ser evacuados ante los huevazos e incidentes que recibieron a la comitiva. Unos días antes, en Tierra del Fuego, la bienvenida a Milei fue igual de hostil y también obligó a suspender sus actividades. En el acto en el que el libertario presentó el nuevo Código Penal junto a su ministra Patricia Bullrich, desde la cárcel de Ezeiza hicieron que José Luis Espert se resguardara en la tercera fila pese a que entonces seguía siendo cabeza de lista en la Provincia; además, cuidaron que las cámaras no lo enfocaran. Pero, horas más tarde, y aunque Milei lo sostuvo contra viento y marea, terminó bajándolo de la lista y desestimando su presencia en el bizarro show que el Presidente protagonizó ayer en el Movistar Arena. Con episodios así, ganar una elección se vuelve muy difícil. Para colmo, el traspié del Gobierno en las elecciones bonaerenses alteró al establishment y despertó al dólar; por más que Donald Trump y el Tesoro norteamericano ofrecieran ayuda, y que Milei intentara transmitir tranquilidad hablando de “blindaje”, la nave sigue moviéndose en medio de la tormenta. Además, se tomaron decisiones que desafían todos los manuales de comunicación política. Una de ellas fue convertir a Karina Milei en la cara de la campaña en los actos en los que no participa el Presidente. No sólo porque su oratoria es, en el mejor de los casos, bastante rústica, sino porque su imagen pública quedó muy dañada tras el escándalo por las coimas del 3 por ciento en Discapacidad. Aun con ese antecedente, a su hermano no se le ocurrió otra cosa que abrazarla en el acto final de su campaña en la Provincia, antes del mazazo de los 14 puntos de diferencia. Y así como este domingo, acorralado por su mesa chica, intentó sostener hasta último momento a Espert: son caprichos insólitos. El peor enemigo de Milei no es la oposición, ni el dólar, ni los candidatos que selecciona. Su peor enemigo es él mismo. Galería de imágenes En esta Nota
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