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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 07/10/2025 18:31
Un nuevo estudio en cerdos reveló que la gripe altera profundamente la microbiota pulmonar y facilita infecciones respiratorias secundarias. Eso también se traslada a los seres humanos (Freepik) Un equipo internacional de investigadores, coordinado desde España por la Universidad CEU San Pablo y con la participación de instituciones de referencia como el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), planteó que la infección por virus de la influenza A en cerdos provoca alteraciones profundas en la microbiota pulmonar. El estudio no solo describe un cambio en la composición bacteriana, sino que señala un aumento de la carga de microorganismos potencialmente patógenos y de la diversidad bacteriana, lo que abre un nuevo campo para comprender por qué las infecciones gripales derivan en neumonías y otras complicaciones. El trabajo, publicado en la revista Frontiers in Cellular and Infection Microbiology, destaca que los pulmones de los cerdos infectados presentaron un perfil bacteriano distinto al de los animales sanos. La investigación utilizó 92 muestras de necropsias recogidas en distintas regiones españolas, comparando 53 pulmones infectados con influenza y 39 de animales no infectados. Investigadores de España y el ISCIII comprobaron que pulmones infectados con influenza presentan más bacterias oportunistas y patógenas (CERN( Para el análisis se aplicaron técnicas de secuenciación de nueva generación basadas en la tecnología Oxford Nanopore (ONT), que permiten identificar a gran escala la composición bacteriana y su abundancia relativa. Según los autores, los cerdos desarrollan una enfermedad gripal muy similar a la humana. Los pulmones infectados por influenza mostraron un incremento notable de bacterias oportunistas, con géneros como Glaesserella —detectada en cerca del 60% de las muestras y muchas veces como dominante—, además de Pasteurella, Staphylococcus, Mycoplasma y Fusobacterium. La investigación publicada en Frontiers analizó 92 muestras y comparó pulmones de cerdos con gripe frente a animales sanos sin infección (Freepik) Estos microorganismos se asociaron de forma específica con la infección viral y configuraron perfiles microbianos que separaron con nitidez a los animales infectados de los no infectados. Los investigadores describen estas “firmas bacterianas” como posibles marcadores para predecir el estado de infección y anticipar complicaciones. El estudio no se limitó a identificar microorganismos, sino que también calculó la carga bacteriana relativa en cada muestra. Los animales infectados con influenza exhibieron una abundancia bacteriana mucho mayor que los sanos, con diferencias significativas en la proporción de genes bacterianos frente a los del propio tejido pulmonar. En términos estadísticos, la mediana de la relación entre ADN bacteriano y del huésped fue más de 20 veces superior en pulmones infectados. Esa diferencia sugiere que la gripe no solo abre la puerta a la presencia de patógenos oportunistas, sino que crea un ambiente propicio para su proliferación. La importancia de exponerse al contacto maternal y de entornos al aire libre “La primera exposición microbiana es durante el nacimiento, a través del canal de parto o con el contacto de la piel materna durante una cesárea. Ahí se adquiere lo que se llama microbioma en la vía aérea neonatal. Muchas veces la cesárea, el uso de antibióticos y el uso de fórmulas alimentarias generan que haya cambios en ese microbioma. El microbioma es muy dinámico durante los primeros años de vida y es ahí donde uno tiene una ventana de oportunidad para evitar los inconvenientes de salud a futuro”, explicó a Infobae el doctor Sergio Zunino, neumonólogo y director en el Consejo Medicina Respiratoria de la Sociedad Argentina de Medicina. El modelo porcino es clave porque desarrolla una gripe muy similar a la humana y funcionó como reservorio del virus H1N1 en la pandemia 2009 (Imagen Ilustrativa Infobae) El experto que trabaja en el Hospital Italiano, aclaró que hoy la mayoría de los estudios que hay se focalizan en virus respiratorios como el reinovirus y el virus sincicial respiratorio, que son los que se encuentran en los niños pequeños con bronquiolitis e infecciones del tracto respiratorio inferior. “Antes se creía que el aparato respiratorio era estéril, pero actualmente se sabe que nosotros convivimos con un montón de bacterias que se encuentran allí viviendo con nosotros. Entonces, ese microbioma de la persona sana está en continuo recambio con las bacterias que hay entre el tracto respiratorio superior e inferior y son removidas por los sistemas, de clearance o limpieza del pulmón”, sostuvo Zunino de la Sección Inmunología y enfermedades Obstructivas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR). “Los factores que protegen fundamentalmente la respuesta inmunológica son la lactancia, una microbiota saludable, una dieta equilibrada y la exposición al entorno de granja, es decir, los niños que crecen en un entorno con aire libre, que están en exposición a todo el medio ambiente, tienen un sistema inmunológico más robusto que aquellos que crecen en un departamento, en una ciudad, con polución ambiental, que nunca salen a jugar a una plaza y que en definitiva son los que hacen las infecciones respiratorias frecuentes”, concluyó Zunino. Alejandro Videla, médico neumonólogo y expresidente de la AAMR explicó a Infobae que se trata de un trabajo de investigación en un animal que son buenos modelos de estudio para infecciones respiratorias, porque son un huésped en donde los virus de la influenza se reproducen y modifican su DNA. Incluso, su aparato respiratorio es fácil de investigar, por eso hay mucho trabajo de investigación de modelo de cerdos para reproducir neumonía e infección respiratoria. Los perfiles bacterianos hallados actúan como firmas que permiten separar con claridad a pulmones infectados de los no infectados “Se observó que los puercos infectados tienen un aumento y una variación del tipo de su microbiota pulmonar, lugar donde conviven gérmenes y que no son patógenos. El problema es cuando, por ejemplo, la infección respiratoria diezma o modifica la capacidad del aparato respiratorio, diezma a la microbiota normal y permite que crezca otra microbiota distinta”, sostuvo Videla. Y agregó: “En el estudio se vio que efectivamente la influenza se asociaba a un aumento de aparición de gérmenes patógenos y por otro lado que aparecían gérmenes patógenos que antes no estaban. Esto no es tan novedoso desde el punto de vista de la medicina respiratoria humana porque hace mucho tiempo que sabemos que después de la influenza viene la infección bacteriana en concreto, el estafilococo por ejemplo, que es uno de los gérmenes que más habitualmente se asocian con infección viral. Pero puede haber otros gérmenes que también se asocian, sobre todo con influenza. Así que es interesante. Me parece que los detalles que tiene novedosos pasan por la metodología, que no se hace en laboratorio, sino con cerdos que provienen del mundo real, lo cual es más difícil que los que se tienen disponibles en laboratorios”. Una nueva mirada sobre el vínculo entre gripe y neumonía Desde hace décadas se sabe que la gripe, más allá de los síntomas propios de la infección viral, puede dejar un terreno fértil para la aparición de neumonías bacterianas. Sin embargo, hasta ahora la explicación clásica se limitaba a señalar que el virus dañaba el tejido respiratorio y debilitaba las defensas, lo que facilitaba la invasión de bacterias externas. Los resultados de este trabajo ofrecen una visión más compleja y matizada: la comunidad microbiana que ya habita en los pulmones juega un papel clave en el agravamiento de la enfermedad. Javier Arranz-Herrero, primer autor del estudio desde el Instituto de Salud Carlos III y la Universidad CEU San Pablo, remarcó: “Nuestro trabajo ayuda a comprender la complejidad de la microbiota en la evolución de las infecciones respiratorias asociadas a la gripe. En la actualidad, el diagnóstico microbiológico y el tratamiento de las infecciones se centra en encontrar el virus causante de la infección gripal y en caso de una neumonía bacteriana posterior, la bacteria responsable de la complicación”. Esta afirmación revela la necesidad de un cambio de enfoque. Ya no alcanza con buscar un único patógeno: el ecosistema microbiano completo influye en la evolución clínica y en la respuesta a los tratamientos. La gripe no solo debilita defensas también modifica el ecosistema pulmonar generando disbiosis y mayor riesgo de neumonía bacteriana (CDC/NIAID vía AP, Archivo) La investigación también recuerda que los pulmones, lejos de ser órganos estériles, están colonizados por múltiples bacterias que conviven en equilibrio con el sistema inmunitario. Como explicó la coautora Sara Izpura de Luis: “Nuestro sistema respiratorio está colonizado por multitud de bacterias que conviven con nosotros. Algunas de ellas se aprovechan de la infección gripal para replicarse y complican el cuadro clínico de la infección”. El trabajo no solo confirmó la presencia de bacterias “oportunistas” ya conocidas, sino que describió una diversidad microbiana más amplia que acompaña a las especies clásicamente diagnosticadas. El rol de esa diversidad aún no está del todo claro, pero podría determinar por qué algunos pacientes desarrollan complicaciones graves y otros logran superar la gripe sin secuelas mayores. El concepto de microbiota y microbioma cobra aquí una relevancia central. Mientras que la microbiota hace referencia al conjunto de microorganismos vivos en un entorno específico, el microbioma incluye no solo a esos organismos, sino también su material genético, los metabolitos que producen y el ecosistema en el que interactúan. Es decir, no se trata únicamente de identificar qué bacterias están presentes, sino de comprender cómo interactúan entre sí y con el organismo infectado. En este sentido, el trabajo marca un punto de inflexión porque permite visualizar cómo la gripe altera de manera integral ese ecosistema, generando un desbalance que favorece la disbiosis y, en consecuencia, las infecciones secundarias. Técnicas de secuenciación Oxford Nanopore permitieron describir en cerdos la diversidad microbiana con un detalle imposible en métodos tradicionales (AFP) El investigador Estanislao Nistal Villán, coautor del estudio, explicó: “En estos momentos, no se conoce el papel de esta diversidad bacteriana, así como cómo puede determinar el desarrollo de la enfermedad tanto en infecciones virales donde no llegue a desarrollarse una neumonía bacteriana posterior, como en aquellas donde sí se produce y el tratamiento antibiótico no termina de solucionar el problema”.
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