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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/10/2025 18:37
La situación de los campos en la provincia de Buenos Aires continúa en estado crítico después de las intensas lluvias que afectaron a toda la zona desde principio de año. En ese marco, los productores agropecuarios volvieron a reclamar por medidas urgentes y realizaron un “tractorazo” en la localidad de Carlos Casares, en el corazón bonaerense. Los manifestantes se reunieron este lunes en la puerta de la Municipalidad, acompañados por los vehículos que se pudieron ver desde el ingreso de la Ruta Nacional 5 hasta la Plaza San Martín, enfrente del edificio administrativo. Las imágenes difundidas por las asociaciones rurales muestran parcelas enteras cubiertas por agua y maquinaria agrícola inmovilizada en el barro. El deterioro del suelo y la intransitabilidad de los caminos rurales ha dejado a gran parte de la producción local paralizada. Según los organizadores, la movilización respondió al “desamparo total” experimentado por los habitantes del distrito, quienes enfrentan no solo la pérdida de cosechas, sino, en muchos casos, la imposibilidad de acceder a insumos básicos o transportar la mercadería fuera de sus establecimientos. En coincidencia con el Día del Camino, fecha que en Argentina homenajea a los profesionales encargados de diseñar la red vial, los productores de Carlos Casares remarcan que la precariedad de los accesos agrava la emergencia. Decenas de familias han quedado aisladas, sin posibilidades de realizar actividades esenciales ni de recibir asistencia de manera rápida. Según datos aportados por entidades agrarias, más de 110.000 hectáreas del partido permanecen afectadas, generando una situación de extrema urgencia tanto para agricultores como para ganaderos. El reclamo de los productores frente a la Municipalidad de Carlos Casares (@bichodecampo) El reclamo de los autoconvocados tuvo como punto central la entrega de una carta dirigida al intendente Daniel Stadnik, cercano al gobernador Axel Kicillof. En el documento que reunió más de 500 firmas digitales, además de adhesiones en papel, y que fue presentada durante la caravana en la puerta del municipio se denuncia “abandono estatal” y se exige la puesta en marcha de un plan organizado y transparente para atender la emergencia hídrica y fortalecer la infraestructura rural. Entre los principales reclamos, se encuentran la “activación inmediata de Defensa Civil y conformación de un Comité de Crisis con protocolo público”, de modo que se asista de manera efectiva a los damnificados y se garantice la seguridad de quienes permanecen aislados. Además, solicitan que se avancen las obras hidráulicas con criterios técnicos y auditoría, como la limpieza y mantenimiento de canales, cuestiones consideradas urgentes ante la proximidad de la siembra. Exigen también “diálogo real y transparente” por parte de las autoridades municipales y coordinación con los gobiernos provincial y nacional. El reclamo por más caminos rurales en los campos del centro de la provincia de Buenos Aires (@bichodecampo) Según Delfina Figueroa, productora de la zona, “lo único que hemos recibido hasta ahora son palabras vacías o propuestas a largo plazo, pero no soluciones concretas para lo que vivimos día a día”. En diálogo con Bichos de Campo, Figueroa mencionó que durante una reunión realizada en mayo, el intendente sugirió “rezar para que deje de llover”, declaración que los productores consideraron inaceptable ante la magnitud del problema. De esta manera, es el segundo reclamo en menos de una semana, después de que en la localidad vecina de 9 de julio, también un grupo de productores agropecuarios pidieron explicaciones a la intendencia. En un video quedó grabada la palabra de Pedro Marra, un productor de Carlos María Naón, una localidad perteneciente al partido del distrito mencionado anteriormente, quien encabezó el reclamo principalmente por el estado de los caminos rurales y los anegamientos para el trabajo con la maquinaria para la cosecha y la explotación de los campos. El fuerte descargo rápidamente se hizo viral en las redes sociales y se puede ver con el tono agresivo que el agropecuario increpa al funcionario. “¡Vamos con todos los huevos sobre la mesa! ¡Basta, carajo! ¡No jueguen con los seres humanos! ¡Vos no podés estar donde estás, hijo de Dios!“. Por otro lado, en las últimas horas, se viralizó el video de un padre que acompañaba a sus dos hijos a la escuela a caballo a través de una laguna que creció e inundó el campo. También, se replicaron imágenes de un productor que no podía cruzar un camino que se transformó en parte de la correntada de un río. La advertencia por las inundaciones y el efecto en la producción Desde marzo y abril, el epicentro de las inundaciones se localiza en los partidos de Bolívar, 25 de Mayo, Carlos Casares, 9 de Julio y una parte de Hipólito Yrigoyen. De hecho, actualmente, se estiman casi 1,5 millones de hectáreas afectadas solamente en el centro bonaerense y, al sumar la totalidad de la cuenca del río Salado, la cifra supera los 2 millones de hectáreas con graves dificultades por anegamientos o inundaciones. El informe viene a partir de un relevamiento que realizó Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP). En el documento, se muestra que el área afectada por las inundaciones en el partido de 9 de julio alcanza a las 162.474 hectáreas, mientras que en Carlos Casares llega a 114.589 hectáreas. A este panorama se agrega una superficie adicional donde, si bien las parcelas no registran aún agua en la superficie, los suelos permanecen colapsados y resulta imposible operar maquinaria, con lo cual la extensión bajo riesgo para la producción traspasa los 3 millones de hectáreas según el relevamiento mencionado anteriormente. Así se ve la humedad del suelo en el centro de la provincia de Buenos Aires El informe expone que el desastre ya no se reduce a hectáreas sumergidas, sino que involucra múltiples dimensiones críticas: familias rurales que quedaron aisladas, niños sin poder asistir a la escuela, tambos bloqueados para sacar la leche, caminos convertidos en barriales y productores que observan, impotentes, la pérdida de todo un año de esfuerzo, mientras la falta de medidas eficaces alimenta la preocupación y la sensación de soledad. Asimismo, la organización rural expresó que cada lluvia extraordinaria potencia la crisis y transforma lo que debería ser un fenómeno meteorológico manejable en una amenaza repetida para el futuro de las comunidades locales. Además, se señaló que detrás de cada campo arruinado hay familias enteras esperando respuestas concretas, la posibilidad de volver a clases o trabajar y, sobre todo, el deseo de sostener raíces y proyectos en el ámbito rural bonaerense.
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