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Parana » Paginajudicial
Fecha: 06/10/2025 14:40
Jade Isabela Callau Barriga, la joven de nacionalidad boliviana que viajaba en una avioneta cargada con cocaína que debió aterrizar de emergencia en un campo del sur entrerriano, fue condenada a una pena de prisión condicional, el pago de una multa millonaria, fue expulsada del país y no podrá reingresar a la Argentina. La trama narco detrás de una importante banda internacional. De la Redacción de Página Judicial La jueza Mariela Emilce Rojas, del Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay, condenó en un juicio abreviado a Jade Isabela Callau Barriga, la joven de nacionalidad boliviana, de 22 años, ex reina de belleza que terminó en una avioneta que debió hacer un aterrizaje de emergencia en Holt Ibicuy con casi 350 kilos de cocaína. La magistrada le impuso una pena de tres años de prisión condicional y una multa de 2.743.371 pesos; ordenó su expulsión del país y le prohibió el reingreso permanente a la joven de 22 años, que ya se encuentra en Bolivia: viajó en un vuelo de Aerolíneas Argentinas que partió este viernes desde el Aeroparque Jorge Newbery. La Chabe o Chabelita, como le dicen a Jade, tiene 22 años; nacida en San Borja, un pueblo de 40 mil habitantes en el centro-norte boliviano que le debe su nombre al sacerdote jesuita que lo fundó en el siglo XVII. La familia de la joven ha reconocido una relación de parentesco con el poderoso narco Jorge Adalid Granier Ruiz, también conocido como Nono y condenado por liderar una organización dedicada al tráfico aéreo de cocaína, aunque aclaran que no tienen vínculo. Jade, en tanto, vivía con una hermana en Trinidad y estudiaba Psicología. El 22 de enero viajaba junto a su pareja, el brasileño Leonardo Monte Alto Gusmão, treinta años mayor, quien piloteaba la aeronave que tocó tierra en un campo de la localidad de Holt Ibicuy. Un vecino alertó el aterrizaje irregular a las autoridades. Al requisar la avioneta, la Policía halló diez bultos con 342 paquetes envueltos en nylon amarillo, además de cinco pequeñas cápsulas con droga y un cigarrillo de marihuana. El peso del cargamento arrojó 358,923 kilos de cocaína y las pericias posteriores confirmaron que la droga presentaba una pureza superior al 85 por ciento. El cargamento había sido valuado en aproximadamente 14 millones de euros en el mercado europeo y 2,2 millones de dólares en el país. Los sospechosos quedaron detenidos desde ese momento. Luego, los trasladaron hasta el penal de Ezeiza. Mientras tanto, el proceso judicial avanzó hasta llegar, en el caso de la joven, a un juicio abreviado. La fiscal Josefina Minatta, la defensora pública María José Bonifacino y la propia Chabelita aceptaron la calificación de partícipe secundaria del delito de transporte de estupefacientes, “por resultar no esencial, reemplazable y de escasa trascendencia”; y se le impuso una pena de tres años de prisión condicional (no efectiva). Se ponderó su corta edad, el contexto de desigualdad con el piloto, la ausencia de antecedentes penales y el hecho de haber sufrido violencia de género, de acuerdo a lo que consta en la resolución judicial. De acuerdo con la investigación, Jade había ingresado a la Argentina por vía aérea como “mera acompañante” del piloto; en su declaración dijo que se había enterado de la verdadera motivación del viaje una vez en vuelo y que se había subido al avión con intenciones de “conocer otro país”. La jueza Rojas consideró que el aporte de la joven fue secundario, ya que no realizó tareas esenciales ni manejó la logística del traslado de la droga, según surge de la pericia sobre los teléfonos celulares; incluso resaltó que tenía un vínculo sentimental con Leonardo Monte Alto Gusmão, el piloto, que había entre ellos una relación asimétrica, en un contexto de violencia de género y que ella estaba en una situación de vulnerabilidad económica, social y de fragilidad emocional. La jueza Rojas homologó el acuerdo de juicio abreviado, le impuso una condena de prisión condicional y el pago de una multa a Chabelita, al tiempo que también dispuso su expulsión del país dado que la Dirección Nacional de Migraciones había declarado irregular su permanencia y ordenó su salida del país sin posibilidad de reingreso. Así, la joven fue trasladada por una delegación de la Policía Federal Argentina y abordó un vuelo con destino al Aeropuerto Internacional Viru Viru, en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Quedó en libertad una vez que ingresó a la aeronave. Por su parte, el proceso contra Leonardo Monte Alto Gusmão, el piloto, sigue adelante. Taxi áereo Aquel 22 de enero, alrededor de las ocho, todavía de tarde, una avioneta aterrizó de emergencia en un sembradío de soja. El único testigo fue un trabajador del Campo Grande, que enseguida avisó a los dueños. Padre e hijo llegaron a los pocos minutos y se encontraron con dos personas, un hombre y una mujer más joven que dijo estar embarazada. Estaban mojados porque la avioneta había quedado incrustada en un bañado y les pidieron ayuda para llegar al pueblo. Los estancieros accedieron, no sin temor; y a eso de las diez de la noche los dejaron en el monumento a la cruz de madera, en el centro de Holt Ibicuy. Pero, apenas bajaron de la camioneta, avisaron a la Policía. Lo verdaderamente impactante ocurrió de vuelta en el campo, cuando los policías detectaron que dentro del avión había diez bolsas negras que contenían 342 ladrillos de cocaína envueltos en papel de nylon tipo film o cinta. Eran paquetes termosellados. Cada uno tenía un logo grabado en bajo relieve: la manzanita de Apple, como marca del proveedor. Mientas eso pasaba, la pareja buscaba una salida. La joven intentó conseguir dinero diciéndole a una kiosquera que había tenido un accidente en una avioneta y le ofreció hacerle una transferencia a cambio de que le entregara efectivo. Ella se negó. La pareja fue detenida deambulando por donde los habían dejado los estancieros. Intentaron resistirse; en realidad les ofrecieron 60 mil dólares a los policías a cambio de que los dejaran irse. El hombre tenía un documento que lo identificaba como Carlos Costa Días, brasileño, de 52 años, pero en realidad se llamaba Leonardo Monte Alto Gusmão. Pese a la logística empleada para imposibilitar la individualización de la avioneta, los investigadores pudieron determinar que debajo de la pegatina tenía pintado el dominio boliviano CP-3806 y supieron que su verdadera identificación era LV-GQA. Aunque el fuselaje había sido pintado de blanco y azul, y se le habían colocado distintas matrículas, se supo que, a partir de la llave que poseía y, a pesar del camuflaje, en el tablero se podía observar claramente la matrícula de fábrica N210U. Además, por debajo de la pintura que se le había puesto, persistían los colores auténticos, tal como se puede observar en las aberturas. En la búsqueda dieron con una foto de la aeronave original, blanca, con vivos rojos y amarillos. Este hallazgo permitió determinar quiénes eran sus dueños. Se trata de los hermanos peruanos Saúl Ángel y Steven Alessandro Villanueva Tomas y el padre de ambos, Saúl Ángel Villanueva Echevarría, quienes compraron el Cessna a Transportes El Nacional, en junio de 2023, a un valor declarado de 13 mil dólares. Por otro lado, se había asentado como residencia de la aeronave el Aeródromo de General Rodríguez; aunque, según los registros, jamás pasó por allí. Saúl Villanueva Tomas aportó un domicilio inexistente como residencia y otro en el que ya no vivía. La investigación a cargo de la fiscal Josefina Minatta pudo reconstruir que reside en Barcelona, desde 2024, y tiene un pedido de captura. En tanto, Steven Villanueva Tomas, su hermano, quien registra una licencia aeronáutica como piloto privado de avión, fue detenido a fines de junio tras un importante operativo en el que se incautó, entre otros elementos, un simulador de vuelos. Los sospechosos están vinculados, entre otros domicilios, al local bailable Rumba Latina, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fue allí donde Gendarmería encontró el simulador de vuelo completo compuesto por tablero, palancas, pedales y partes de avioneta. También hallaron manuales de vuelo: los detectives creen que podrían ser para entrenar a los pilotos que integran la organización criminal. Jade – TOF Uruguay by Página Judicial
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