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» La Capital
Fecha: 06/10/2025 07:31
El Canalla arrancó perdiendo, pero lo dio vuelta frente a un rival directo como River al que le sacó cuatro puntos en la acumulada. Enorme Ángel Di María TRIUNFAZO. Sí, con mayúsculas hay que poner lo que logró Central en el Gigante, frente a un River que le venía pisando los talones en la tabla anual. Un partido de más de tres puntos que el equipo de Holan sacó adelante de manera brillante y con un enorme Ángel Di María . Con entereza, con ganas, con algo de fútbol, pero con un convencimiento encomiable, después de estar en desventaja e equipo de Holan se repuso y cuando se quedó con uno más fue a buscarlo con decisión. Otro partido descomunal de Angelito Di María, pero lo que quedó en la noche victoriosa en el Gigante fue esa muestra de carácter que el equipo tiró sobre la mesa. Porque lo perdía y se convenció de que podía; porque le faltó el respeto a River; porque nunca se conformó y siempre fue por más; porque pudo haber logrado una mayor diferencia. Pero el triunfo es lo que cuenta y contra eso no hay nada que decir. El Canalla le sacó cuatro puntos de diferencia a River (ahora tiene a tres a Boca) y sabe que tiene 45 minutos pendientes. Una noche redonda. >>Leer más: La Copa Libertadores y la final por una estrella, a la puerta de las ilusiones de Central Mucha tensión y expectativa para tan poco fútbol, al menos en ese primer tiempo en el que se peleó más de los que se jugó y en el que se perdió demasiado tiempo. Igual Central terminó haciendo un buen negocio en lo que pintaba un partido a contramano. Cuando todavía se medían, el Millonario combinó de manera magistral entre Juanfer y Borja frente al estatismo del fondo. Zapatazo del colombiano y a cobrar. Un inicio que no estaba en los planes. A Central le costaba manejar la pelota, lo de Di María eran arrestos individuales, Campaz con intermitencias y alguna que otra corrida al vacío de Duarte. No mucho más. En ese contexto, con un mínimo de prolijidad (sólo eso) a River le alcanzaba. Apareció el primer gol de Ibarra Y este Central al que desde el juego le costaba horrores volvió a meterse en partido con ese zurdazo goleador de Ibarra (su primer gol en el fútbol argentino), luego de un despeje con los puños de Armani. Después de eso, el Canalla hizo el intento de mejorar, pero le costó. Y bastó que River apretara el acelerador para llegar al segundo, que estuvo bien anulado. En medio de esa fricción, pelea permanente y pérdida de tiempo Central marcó la diferencia. Por intermedio de Di María, ¿quién si no? En cuatro minutos le hizo ver dos amarillas a Portillo, quien a los 37’ dejó la cancha. >>Leer más: Central le ganó un partido clave a River y es el puntero de la tabla general Ahí se inició otro partido, claramente favorable al Canalla, que lo tuvo en la cabeza de Veliz después de un sinfín de enganches de Fideo sobre el Huevo Acuña. El descanso llegó con la motivación en alza y la sensación de que el escenario quedaba a pedir del Canalla. El 10 metió su zurdazo ganador A ese escenario Central le corrió el telón a los pocos minutos del complemento. Otra vez Di María por derecha, centro, el despeje de Montiel y la aparición implacable de Malcorra. Se llenó el empeine zurdo de pelota. Y de gol. Por primera vez en el torneo, partido claramente favorablemente al Canalla. De ahí en más, el convencimiento y el no conformarse. Es que con la inteligencia fortalecida Central fue decididamente por más. A Copetti se la sacaron al córner, Enzo Giménez estrelló un cabezazo en el palo, Veliz no pudo en tres que tuvo frente al arco (algunas muy exigidas), a Campaz también le taparon una. Fue enorme el susto en el final, con esa pelota en el palo derecho de Broun, pero hubiese sido injusto que a Central se le escapara este partido. No era un partido más, era el que Central podía sacar una luz de ventaja en la anual, agigantar su ánimo y demostrar que la pelea no lo asusta. Y el haberlo arrancado abajo y darlo vuelta le dio más épica. Un triunfo gigante, o monumental, como quieran llamarlo.
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