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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 05/10/2025 22:25
El comedor y merendero Los Troperitos cumple seis años de trabajo comunitario. Fundado por Emilce Jara y sostenido por su familia y vecinos, el espacio se convirtió en un punto de encuentro, contención y memoria barrial, donde se brindan comidas, talleres y apoyo escolar. Domingo, 5 de Octubre de 2025, 18:00 Por Sandra Insaurralde El 19 de octubre, que coincide con el Día de la Madre, “Los Troperitios” celebran un año más de trabajo solidario. “A días de cumplir los seis años, el domingo será un día muy especial ya que un Día de la Madre arranqué con este sueño de ayudar a los demás y no solamente con un plato de comida. Los Troperitos nunca dejaron de funcionar y eso nos enorgullece”, afirmó Emilce Jara a EL ARGENTINO. En el corazón del barrio Pueblo Nuevo, donde la historia obrera del ex frigorífico aún resuena en las calles, Emilce Jara decidió hace seis años transformar su experiencia en merenderos y clubes en un proyecto propio, genuino y sostenido por el esfuerzo familiar y la solidaridad vecinal. Así nació el comedor y merendero Los Troperitos, un espacio que no solo alimenta cuerpos, sino también vínculos, sueños y resistencias. “Después de diez años participando en diferentes lugares, haciendo la leche en clubes y otros merenderos que ya no están, sentí que era momento de tener algo real, que funcione y sea de contención para los vecinos, gurises, jóvenes y adultos mayores”, contó Emilce a EL ARGENTINO, referente incansable que no se limita a coordinar: cocina, organiza talleres, gestiona redes y participa activamente en cada actividad. Circo: actividad realiza con apoyo el Sindicato Luz y Fuerza De la casa al barrio: una red que crece El proyecto comenzó en octubre de 2019, justo antes de la pandemia. “Arrancamos mis tres hijos, el padre y yo. Era solo familiar. De a poco se fueron sumando vecinos, y hoy hasta tenemos el grupo de vecinos de la calle Los Troperos”, relató con orgullo. El nombre del espacio no es casual: Los Troperitos honra a los trabajadores del ex frigorífico, recuperando la memoria barrial y resignificando el territorio desde el afecto y la acción concreta. Durante la pandemia, el comedor se convirtió en un refugio y afronta los desafíos de la ausencia del Estado. “Supimos cómo manejar las diferentes problemáticas y trabajar en conjunto con la gente que colabora con nosotros. Aunque hace dos años recibimos apenas migajas de ayuda municipal, seguimos funcionando”, afirmó Emilce, dejando en claro que la voluntad comunitaria supera cualquier obstáculo institucional. Más que comida: talleres, apoyo escolar y fiestas Aunque la comida se sigue brindando los fines de semana, como al comienzo, el espacio se ha ampliado. Hoy se dictan talleres de modista a cargo de Yanina Ghiglione, y hay apoyo escolar con Eduardo Farabello. “No es solo ser referente, acá hago las cosas también. Soy parte de todas las actividades”, dijo Emilce, que además organiza fiestitas, gestiona donaciones y pone de su bolsillo cuando hace falta. La rotación de colaboradores es parte del proceso. “Se han sumado y también han dejado de venir. La gente se cansa de ayudar y a veces, al no recibir nada, piensa que es tiempo perdido. Nosotros con nuestros hijos lo hacemos igual, siempre ponemos plata para las comidas o meriendas”, explicó sin resentimiento, pero con la claridad de quien conoce el valor del compromiso sostenido. Curso de Modisto con la capacitadora Yanina Ghiglione El sueño de un espacio propio Uno de los grandes desafíos es dejar de funcionar en su casa y contar con un lugar adecuado. “Queremos ser un espacio comunitario donde haya diferentes actividades de domingo a domingo”, dijo Emilce a EL ARGENTINO imaginando un centro barrial abierto, con talleres, juegos, capacitaciones y encuentros intergeneracionales. Ese sueño no es sólo suyo. Lo comparte con quienes pasan por Los Troperitos, con los vecinos que se organizan, con los gurises que encuentran allí un plato de comida y una palabra amable, con las mujeres que aprenden un oficio, con los adultos mayores que se sienten acompañados. Un espacio que honra la historia y construye futuro Los Troperitos es mucho más que un comedor. Es una trinchera de afecto, una red de contención, un homenaje a los trabajadores del barrio y una apuesta por la transformación social desde abajo. En tiempos de crisis, Emilce y su familia sostienen lo esencial: la comida, la escucha, la memoria, la esperanza.
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