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» El Ciudadano
Fecha: 05/10/2025 12:56
El nombre de Flavia Padín todavía remite en muchos rosarinos a sus años frente a las cámaras de Telefe Rosario, donde supo conducir programas que marcaron la vida cotidiana de la ciudad. Comunicadora social de formación, madre y docente universitaria, Padín pegó un salto de la televisión a la política, sin abandonar nunca el sello de su oficio: escuchar y transmitir. Hoy integra el equipo de la Secretaría General de la Municipalidad de Rosario, acompañando la gestión de Miguel Tessandori, con quien comparte la responsabilidad de articular proyectos sociales, educativos y deportivos en distintos barrios. La propia Padín lo define como un proceso: “La comunicación y la política son primas hermanas”, asegura. Para ella, la experiencia como periodista no fue sólo un entrenamiento en el uso de la palabra, sino también en la escucha activa, ese ida y vuelta que hoy intenta volcar a políticas públicas. “Cuando uno puede escuchar lo que pasa en la calle, lo que vive la gente, es más fácil traducirlo en programas y ordenanzas que tengan impacto real”, resume. Una comunicadora que se transformó en funcionaria Su desembarco en la política no fue casual. Luego de años de trabajo en los medios y en la docencia, asumió la Secretaría de Deportes de la provincia de Santa Fe, un cargo que la llevó a recorrer cada rincón del territorio. La experiencia le permitió conocer de primera mano las realidades diversas que conviven en el mapa santafesino: clubes de barrio, pueblos del interior, federaciones deportivas. También la obligó a enfrentar dilemas personales: “Fue un gran desafío, pero también un tiempo en el que tuve que priorizar la salud y la familia. No quería perder mi salud, ni deshumanizar lo que estaba haciendo”, reconoce. Ese aprendizaje la devolvió a Rosario con más ganas de trabajar en lo local. “Soy rosarina de pura cepa, quiero a mi ciudad y me siento plena acá”, asegura. El reencuentro con su espacio político la ubicó en la Secretaría General del municipio, donde articula programas junto a Miguel Tessandori. Educación, oficios y deporte En la Municipalidad, Padín coordina distintos proyectos que combinan inclusión social, educación y deporte. Uno de los más reconocidos son las Estaciones de Alfabetización, un programa que nació como piloto y terminó consolidándose como una herramienta clave de apoyo escolar en barrios vulnerables. A eso se suma el trabajo de “Aprender a Ganar”, una iniciativa orientada a quienes ya se capacitaron en un oficio, pero no logran dar el salto hacia la inserción laboral. “Muchos hacen cursos de peluquería, electricidad, carpintería o gastronomía, pero después no encuentran cómo empezar a trabajar de eso. Lo que queremos es brindarles herramientas para armar un presupuesto, abrir una cuenta, facturar o presentar un proyecto. Es decir, que puedan transformar la capacitación en un ingreso real”, explica Padín. El programa, todavía en etapa de diagnóstico, apunta a funcionar en clubes, vecinales y centros barriales. “La idea es que la capacitación llegue al barrio, para evitar que la gente tenga que trasladarse y también para que se apropien del espacio que ya sienten como propio”, señala. En paralelo, la gestión municipal trabaja junto al gobierno provincial en iniciativas deportivas, con la mira puesta en los Juegos Suramericanos del próximo año. “El deporte es un vehículo de inclusión y de integración social que Rosario siempre supo potenciar. Ahora buscamos dar un salto de calidad con obras y programas que acompañen a los clubes”, agrega. Entre la gestión y la vida personal Padín reconoce que no es fácil equilibrar los roles de madre, docente y funcionaria. “Cualquier convivencia es complicada, pero la clave es el compromiso que le pongas a cada cosa. Yo me tomo con la misma seriedad la gestión pública, la docencia en la Universidad Católica Argentina o la relación con mis hijas. En todos los casos intento dar lo mejor de mí”, confiesa. La cercanía, dice, es uno de los valores que intenta no perder. “Uno siempre tiene enfrente a otra persona. Si te deshumanizás en la gestión, perdés el vínculo con la gente. Y eso, en política, es un error grave”, reflexiona. Un perfil que crece Con un estilo llano y sin estridencias, Padín fue encontrando un lugar en la política local. Su vínculo con Tessandori —con quien comparte espacio político desde hace algunos años— le abrió la posibilidad de trabajar en proyectos que combinan comunicación, gestión y territorio. “No puedo dejar de ser comunicadora, lo llevo conmigo. Creo que esa mirada me ayuda a pensar la política desde otro lugar”, dice. Hoy, sus días se dividen entre las oficinas de la Intendencia, las recorridas por barrios y las aulas universitarias. “Formar a los futuros comunicadores es una de mis mayores responsabilidades. Los jóvenes llegan con poco compromiso político y con una gran desconfianza hacia las instituciones. Mi desafío es mostrarles que se puede incidir en la realidad desde la comunicación, y también desde la gestión pública”, plantea. La felicidad como horizonte Al cierre, Padín resume con sencillez lo que la mueve: “Mi felicidad es irme a dormir con la cabeza tranquila y el corazón en paz. Saber que di lo mejor, que estuve presente donde tenía que estar y que aporté lo que pude desde mi lugar”. De la televisión al territorio, de la conducción a la gestión, Flavia Padín encarna un recorrido poco común en la política rosarina. Su desafío hoy es consolidar una agenda social y educativa que deje huella más allá de su rol en la Municipalidad. Consciente de que las oportunidades no son infinitas, apuesta a aprovechar cada tramo del camino con la misma impronta que la llevó, años atrás, a ganarse la confianza del público frente a las cámaras.
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