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» El Ciudadano
Fecha: 04/10/2025 21:23
Un insólito y grave blooper de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, reveló su seguimiento personal y directo sobre el caso del presunto narcotraficante Federico Machado, que salpica de lleno al candidato libertario José Luis Espert. La ministra intentó comunicarse con el fiscal antinarcóticos que investiga el caso, Diego Iglesias, pero se equivocó de número y llamó al periodista homónimo, a quien le preguntó sin preámbulos por el estado de la extradición. En los últimos días, voceros y funcionarios del oficialismo repitieron como de manual «dejemos que actúe la justicia» ante consultas sobre el escándalo que amenaza colonizar lo que queda de la campaña para las elecciones del 26 de octubre. La ministra dejó expuesto que no es tan así. Al menos, que la preocupación en las filas libertarias es mayúscula. El propio periodista, Diego Iglesias, relató la insólita secuencia que además de exponer intromisión del Ejecutivo en otro poder desnuda la impericia del oficialismo. El periodista contó la anécdota en su programa de radio. Relató que el jueves último, a las 8.15 de la mañana, recibió una llamada de un número que tenía agendado como «Patricia Ulrich». Al atender, pensando que se trataba de la ministra, la escuchó ir directamente al grano. «Atiendo, le digo ¿Qué tal, Patricia? ¿Cómo te va? Y directamente me dice Ah, ¿qué haces? ¿Cómo andas? Escuchame. ¿Cómo viene el tema éste de la extradición de Machado?», repasó Iglesias al aire. Agregó que, sorprendido, le repreguntó y Bullrich insistió: «Sí, sí, ¿cómo viene el tema de la extradición de Machado?». En ese momento, Iglesias se dio cuenta del grave error. «Le digo Patricia, me da la impresión de que vos querés hablar con mi homónimo, que es el fiscal de la Procuraduría, el fiscal que investiga delitos narcos que se llama Diego Iglesias», continuó el conductor. Darse cuenta Según el relato del periodista, la reacción de la ministra al darse cuenta de su error fue de alto nerviosismo. «Se pone muy nerviosa (…) me dice Uy, no, no. Y escucho que se ríe. Disculpá, disculpame, disculpame, me dice, así como varias veces», contó Iglesias. El cornista, incluso, tentado, lamentó no haberle «seguido el juego» a la ministra para averiguar qué más quería saber. «Se la tenía que haber seguido, porque si se la seguía averiguaba un poco más qué quería saber exactamente», se arrepintió. La llamada terminó abruptamente con un «beso, beso, chao» de Bullrich. El blooper, además de la anécdota, deja al descubierto el interés personal de la titular de la cartera de Seguridad en una causa que complica a un aliado clave de su gobierno y que está en el centro de la escena política.
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