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  • Excel de escritorio o los pies en el territorio – MisionesOpina

    » Misionesopina

    Fecha: 04/10/2025 20:20

    Por Luis Huls* Este 26 de octubre los misioneros vamos a votar. La pregunta de fondo es simple, aunque algunos intenten enredarla: ¿de qué tenemos que hablar en Misiones? ¿De la macroeconomía nacional —el dólar, el endeudamiento, los ATN, la bolsa y los bonos— como repite Diego Hartfield todos los días en X? ¿O de lo que nos cambia la vida todos los días —trabajo, ingresos, salud, rutas, consumo, educación y vivienda— como sostienen Oscar Herrera Ahuad y “Cacho” Bárbaro, entre otros? El eje no admite rodeos: si la discusión es estratosférica, termina en una mesa chica de cincuenta jugadores. Si la discusión es terrenal, involucra a un millón cuatrocientos mil misioneros. La macro pega, claro. Se siente en el bolsillo, encarece el crédito, condiciona a la provincia. Pero desde Misiones no movemos la tasa ni el tipo de cambio. Lo que sí podemos mover —y mucho— es la micro: el hospital que funciona, el camino que llega a la chacra, la ambulancia que traslada a tiempo, la escuela que abre sus puertas, el crédito que sostiene la producción, la obra pública que genera trabajo y deja infraestructura. Eso es política cuando sirve. El modelo libertario que gobierna la Nación invierte la ecuación: prioriza que “cierren los números” y gobierna desde un Excel en la Capital. Aire acondicionado, oficina, computadora y planilla. Así se toman decisiones que, con una frialdad quirúrgica, tachan renglones sin medir consecuencias. Se recorta en medicamentos, se congela el salario de jubilados que sobreviven con trescientos mil pesos, se recortan pensiones a discapacitados, se paralizan hospitales, escuelas, comisarías, viviendas. Miles de obreros quedan a la intemperie porque la celda de la planilla dice “ajuste”. Es la motosierra sin sensibilidad, la tijera sin empatía. Del otro lado está el modelo que se arremanga. El que escucha, camina, conversa, diagnostica y después actúa. Seguramente más costoso en tiempo y esfuerzo, pero infinitamente más humano y eficaz. Resolver la micro exige estar en el territorio, conocer causas y buscar soluciones concretas. No promete milagros financieros; garantiza respuestas cotidianas. Es el modelo que pone la prioridad donde debe estar: en la gente. Y conviene decirlo con todas las letras: Misiones no va a cambiar la macro con tres diputados nacionales. Pero sí puede elegir representantes que defiendan la micro: que estén en el hospital, en la chacra, en la PyME, en el barrio. Que no se escondan detrás de un hashtag o una pantalla, sino que den la cara en la mesa grande de los problemas reales. Porque cuando hablamos de macro, hablamos de un club exclusivo: cincuenta, cien, doscientos jugadores que se disputan miles de millones en retenciones, en deuda, en timba financiera. En esa mesa entran pocos, y casi nunca somos nosotros. Pero cuando hablamos de micro, la mesa se agranda. Ahí se sienta el productor, el docente, el comerciante, el albañil, el estudiante, el enfermero. Ahí entramos todos los misioneros y cada uno puede meter un bocado, cambiar el auto, comprar la motito, comprar el terreno, comprar ladrillos, irse de vacaciones. Claro que las retenciones, el dólar o los ATN importan. Pero si el hospital no tiene insumos, si la ambulancia no llega, si la ruta se corta con la primera lluvia, si el productor no consigue precio ni flete, si la PyME no accede a crédito, entonces la macro se vuelve excusa. La política se mide en lo que resuelve cada día, no en lo que declama desde un Excel. Ese es el debate que explotó incluso en redes sociales entre Hartfield, Marcelo Pérez y Pastori: macro de escritorio o micro de territorio. Y esa es la decisión que enfrentamos al votar. Porque si la política no resuelve lo cotidiano, pierde sentido. El termómetro es sencillo: ¿quién garantiza que mañana la ambulancia llegue, que el aula esté abierta, que el camino no se corte, que el crédito aparezca, que mi título avance, que mi trabajo valga? La respuesta no está en la timba financiera ni en un tuit con la cotización del día. Está en la gestión de todos los días. Misiones no puede mover la macro; sí puede —y debe— dominar su micro. Cuando la micro funciona, la macro deja de ser condena y se convierte en contexto. Esa es la política útil: la que se arremanga y resuelve, desde el hospital hasta la chacra, desde la PyME hasta la escuela, desde el aula hasta la vivienda. Este 26 de octubre, la disyuntiva es clara: Excel de escritorio o pies en el territorio. *Director de Misiones Opina

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