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Parana » Informe Digital
Fecha: 03/10/2025 22:09
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó este viernes que Hamas dispone hasta el próximo domingo, a las 18:00 hora de Washington (22:00 GMT), para aceptar el plan de paz que el republicano propuso para la Franja de Gaza, o de lo contrario “se desatará un infierno como nunca antes se ha visto” contra el grupo islamista palestino. “Hamas ha sido una amenaza despiadada y violenta durante muchos años en Medio Oriente. Han asesinado (y hecho vidas insoportablemente miserables), culminando con la MASACRE del 7 de octubre en Israel, a bebés, mujeres, niños, ancianos y muchos jóvenes, hombres y mujeres, niños y niñas, preparándose para celebrar su futura vida juntos. Como represalia por el ataque del 7 de octubre a la civilización, más de 25.000 ‘soldados’ de Hamas ya han sido asesinados. La mayoría de los demás están rodeados y ATRAPADOS MILITARMENTE, esperando a que yo dé la orden de ‘FUERA’ para que sus vidas sean rápidamente extinguidas. En cuanto a los demás, sabemos dónde están y quiénes son, y serán perseguidos y asesinados”, comenzó su texto Trump en su plataforma Truth Social. Y siguió: “Pido que todos los palestinos inocentes abandonen inmediatamente esta zona de potencial muerte futura hacia zonas más seguras de Gaza. Todos serán bien atendidos por quienes esperan ayudar. Afortunadamente para Hamas, sin embargo, ¡tendrán una última oportunidad! Las grandes, poderosas y ricas naciones de Medio Oriente y sus alrededores, junto con Estados Unidos, han acordado, con la firma de Israel, la paz en Medio Oriente, después de 3.000 años. ¡ESTE ACUERDO TAMBIÉN PERDONA LA VIDA DE TODOS LOS COMBATIENTES RESTANTES DE HAMAS! Los detalles del documento son conocidos por todo el mundo, ¡y es un gran acuerdo para TODOS! De una forma u otra, tendremos paz en Medio Oriente”. Y concluyó: “La violencia y el derramamiento de sangre cesarán. ¡LIBEREN A TODOS LOS REHENES, INCLUYENDO LOS CUERPOS DE LOS MUERTOS, YA! Se debe llegar a un acuerdo con Hamas antes del domingo a las seis (6) p. m., hora de Washington, D. C. ¡Todos los países han firmado! Si no se alcanza este acuerdo de ÚLTIMA OPORTUNIDAD, se desatará un infierno como nunca antes se ha visto contra Hamas. HABRÁ PAZ EN ORIENTE MEDIO, DE UNA FORMA U OTRA”. El miércoles pasado, Trump presentó un plan de 20 puntos para poner fin a la guerra en Gaza y aseguró que, si las partes lo aceptan, la contienda “terminará inmediatamente”. El anuncio incluyó la confirmación de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, había dado su visto bueno. El documento plantea un alto el fuego inmediato, la devolución de rehenes, la liberación de prisioneros palestinos, el desarme de Hamas y una reconstrucción integral del enclave bajo una autoridad internacional liderada por el propio Trump. El mandatario republicano calificó el plan como “uno de los días más importantes de la historia de la civilización”. Netanyahu, a su lado, agradeció el esfuerzo y advirtió que, si Hamas lo rechaza, Israel contará con el respaldo total de Washington para proseguir la ofensiva. Difundido en Washington, el plan combina componentes militares, humanitarios y políticos. Propone que Gaza se transforme en una “zona desradicalizada y libre de terrorismo”, que sea reconstruida en beneficio de su población y quede bajo un gobierno de transición tecnocrático. Para ello, fija un calendario preciso: devolución de rehenes en 72 horas, liberación simultánea de prisioneros palestinos y despliegue de una fuerza internacional que asuma el control de la seguridad. El texto también ofrece incentivos económicos, la creación de una zona especial de desarrollo y un horizonte hacia la autodeterminación palestina una vez que la Autoridad Nacional Palestina complete reformas internas. Todo ello bajo la premisa, en palabras de Trump, de que “no solo se trata de Gaza, sino de mucho más allá de Gaza. Se llama paz en Oriente Medio”. El primer punto del plan establece que Gaza debe convertirse en “una zona desradicalizada y libre de terrorismo que no represente una amenaza para sus vecinos”. La segunda cláusula añade que el enclave “será reconstruido para beneficio de su población, que ha sufrido más que suficiente”. En el tercer apartado se condiciona que, si ambas partes aceptan, “la guerra terminará inmediatamente”. Israel deberá retirarse a la línea acordada para preparar la liberación de los cautivos, mientras se congelan las operaciones militares. El cuarto punto fija un plazo estricto: “Dentro de las 72 horas de que Israel acepte públicamente este acuerdo, todos los rehenes, vivos y muertos, serán devueltos”. El quinto incorpora el componente recíproco: tras la devolución de los rehenes, Israel liberará a “250 prisioneros condenados a cadena perpetua, además de 1.700 gazatíes detenidos después del 7 de octubre de 2023, incluidas todas las mujeres y niños”. También se establece que, por cada rehén fallecido que sea devuelto, Israel entregará “los restos de 15 gazatíes”. El sexto aborda el destino de los combatientes de Hamas. Quienes se comprometan a “la coexistencia pacífica y a entregar sus armas” recibirán amnistía, y quienes deseen abandonar Gaza dispondrán de un pasaje seguro hacia otros países. El séptimo compromiso abre la puerta a la asistencia humanitaria: “Al aceptarse este acuerdo, la ayuda ingresará inmediatamente en Gaza”, con volúmenes mínimos iguales a los pactados en el acuerdo del 19 de enero de 2025, incluyendo reparación de infraestructuras, hospitales y panaderías. El octavo punto precisa que la distribución de esa ayuda estará a cargo de la ONU, la Media Luna Roja y otras instituciones neutrales. El cruce de Rafah se abrirá en ambos sentidos bajo el mismo mecanismo del acuerdo de enero. El noveno prevé la creación de un gobierno provisional: Gaza quedará administrada por un “comité tecnocrático palestino, apolítico, con supervisión internacional del ‘Board of Peace’, encabezado por Donald Trump y con figuras como Tony Blair”. Ese órgano gestionará la financiación de la reconstrucción hasta que la Autoridad Palestina pueda asumir el control. El décimo punto propone un “plan económico de Trump para reconstruir y revitalizar Gaza”, diseñado por expertos que participaron en el desarrollo de ciudades modernas en Medio Oriente. El undécimo añade la creación de una “zona económica especial con tarifas preferenciales y acceso negociado con países participantes”. En el duodécimo apartado se garantiza que “nadie será forzado a salir de Gaza”, aunque quienes quieran emigrar podrán hacerlo con derecho a regresar. El punto trece excluye a Hamas de la vida política del enclave: “Hamas y otras facciones acuerdan no tener ningún papel en el gobierno de Gaza, directa o indirectamente”. Además, todo el arsenal militar será destruido bajo supervisión internacional, con un programa de compra de armas y reintegración financiado por donantes. El decimocuarto refuerza las garantías con actores regionales que fiscalizarán el cumplimiento de las obligaciones, asegurando que “la nueva Gaza no represente una amenaza para sus vecinos ni para su población”. El decimoquinto propone la creación de una Fuerza Internacional de Estabilización, que “se desplegará de inmediato en Gaza” para capacitar a policías palestinos y cooperar con Egipto e Israel en el control fronterizo. El punto dieciséis compromete a Israel a no ocupar ni anexionar el territorio. Las Fuerzas de Defensa israelíes se retirarían de forma progresiva “según estándares y plazos vinculados a la desmilitarización”, hasta quedar únicamente con un perímetro de seguridad transitorio. El apartado diecisiete contempla un escenario de rechazo: si Hamas dilata o rechaza el plan, las medidas de ayuda y reconstrucción seguirán adelante en las zonas “libres de terrorismo” controladas por la fuerza internacional. El punto dieciocho introduce un componente simbólico: se pondrá en marcha “un proceso de diálogo interreligioso basado en los valores de tolerancia y coexistencia pacífica”. El decimonoveno habilita el horizonte político: “Mientras avance la reconstrucción y se cumpla el programa de reforma de la Autoridad Palestina, podrán existir condiciones para un camino creíble hacia la autodeterminación y el Estado palestino”. El vigésimo y último apartado establece que Estados Unidos “abrirá un diálogo entre Israel y los palestinos para acordar un horizonte político de coexistencia pacífica y próspera”.
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