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» Misioneslider
Fecha: 03/10/2025 20:43
Construyendo una arquitectura de datos sólida para la inteligencia artificial El camino hacia el éxito con la inteligencia artificial (IA) está plagado de trampas: muchas iniciativas alrededor de ella no generan valor o son un mal trago para las organizaciones. Esto es causado por la falta de una arquitectura de datos robusta y que se sustente en un equilibrio estratégico, cultural y tecnológico. Sin embargo, existen ciertos principios fundamentales y acciones concretas que permiten construir una arquitectura de datos que no solo soporte, sino que impulse el verdadero valor de la inteligencia artificial. Para evitar que las visiones cortoplacistas, la mera adopción de modas tecnológicas o los intereses departamentales particulares desvíen el rumbo de la arquitectura de datos de una organización, lo ideal es adoptar un enfoque de evaluación basado en principios claros y fundamentales. Condiciones para tener una arquitectura de datos robusta Por lo tanto, es crucial primero considerar la idoneidad de la solución. Existe una trampa común en la que las empresas aplican IA por moda o sin un análisis claro de costo/beneficio. Para evitarla, se recomienda llevar a cabo un análisis de viabilidad y pertinencia de la IA, preguntándose si el problema a resolver es realmente uno de optimización, predicción o generación, o si acaso existe una solución más simple, eficiente y con un costo-beneficio más favorable que no requiera inteligencia artificial. En segundo lugar, la objetividad es un principio clave, ya que la trampa aquí es elegir tecnología solo por su popularidad. Para ello, es recomendable la implementación de prácticas que permitan evaluar las opciones tecnológicas, considerando factores como el costo, la escalabilidad, la seguridad y el riesgo ético, más allá de la mera tendencia. En tercer lugar, la transparencia en la gobernanza es vital, combatiendo la opacidad a través de los canales que se adapten a la cultura pero que, por sobre todo, debe incluir a representantes de todas las áreas (negocio, tecnología, legal, ética), fomentando la toma de decisiones colegiada, con una visión integral y entendiendo que la responsabilidad sobre los datos es transversal y descansa en cada individuo de la organización. Finalmente, tan indispensable como adoptar esta visión holística de la arquitectura de datos, es la de evaluar el impacto de cualquier iniciativa en cuatro dimensiones clave: Negocio (ROI, crecimiento). (ROI, crecimiento). Técnico (rendimiento, seguridad). (rendimiento, seguridad). Ético (equidad, privacidad). Cultural (adopción, capacitación). Así se garantizará que las decisiones no solo busquen la eficiencia sino también la sostenibilidad y la responsabilidad. La clave del diagnóstico La disrupción provocada por la inteligencia artificial no es un fenómeno que espere por nadie. Las empresas que logren construir y mantener arquitecturas de datos verdaderamente «multidimensionales», donde estrategia, tecnología y cultura coexisten y se refuerzan mutuamente, son las que, según proyecciones de la consultora McKinsey, capturarán el 80% del valor emergente en los próximos cinco años. Por lo tanto, esto sugiere un imperativo para la acción, más que para la mera observación. En este contexto, se vuelve fundamental que las organizaciones observen iniciativas de diagnóstico exhaustivo para determinar: Si la gobernanza de sus datos cuenta con dueños comprometidos. Si sus metadatos se encuentran actualizados y accesibles. Si sus equipos colaboran eficazmente más allá de los silos departamentales. Además, una estrategia efectiva implica seleccionar un caso de uso acotado que permita ejercitar y probar los tres pilares del triángulo de manera simultánea, facilitando un aprendizaje rápido y con un riesgo controlado. A la vez, es imprescindible que se institucionalicen revisiones éticas y de seguridad, para que ningún modelo de inteligencia artificial sea desplegado sin una evaluación rigurosa y previa de sus posibles sesgos técnicos y culturales, o sin verificar su estricta alineación con los valores y principios de la empresa. La IA no reemplazará a las empresas con buenas arquitecturas de datos; reemplazará a aquellas que ignoran que la tecnología, por sí sola, representa apenas el 30% del éxito. El 70% restante se cimienta en una estrategia clara y en el compromiso de las personas. En este momento decisivo, cada organización tiene una elección crucial: ser un espectador pasivo en medio del caos y la obsolescencia, o posicionarse como el protagonista y beneficiario de una ventaja competitiva sostenible en la era de la inteligencia artificial. La revolución de los datos, sin duda, no perdona la inacción. (*) Arquitecto empresarial y de datos en Ingenia. Resumiendo, la construcción de una arquitectura de datos robusta para la inteligencia artificial requiere de una evaluación cuidadosa de la idoneidad de la solución, la objetividad en la elección tecnológica, la transparencia en la gobernanza y la evaluación del impacto en todas las dimensiones clave. Además, es crucial realizar diagnósticos exhaustivos y establecer procedimientos éticos y de seguridad para garantizar el éxito a largo plazo en la implementación de la IA en las organizaciones. La importancia de la educación en la sociedad actual La educación es un pilar fundamental en el desarrollo de una sociedad. A través de la educación, las personas adquieren conocimientos, habilidades y valores que les permiten desenvolverse de manera adecuada en el mundo actual. Es por ello que la educación es considerada como un derecho fundamental de todo individuo y como un factor clave para el progreso de una nación. En la sociedad actual, caracterizada por constantes cambios y avances tecnológicos, la educación cobra una relevancia aún mayor. Vivimos en una era en la que la información fluye de manera rápida y constante, por lo que es fundamental contar con una formación sólida que nos permita discernir entre la verdad y la mentira, entre lo útil y lo superfluo. La educación no solo nos brinda conocimientos académicos, sino que también nos enseña a ser críticos, a analizar la realidad que nos rodea y a tomar decisiones informadas. En un mundo en el que la desinformación y las noticias falsas abundan, la educación se convierte en una herramienta poderosa para combatir la manipulación y la ignorancia. Además, la educación es un factor determinante en la movilidad social. Un individuo bien educado tiene mayores oportunidades de acceder a un empleo digno y bien remunerado, lo que a su vez le permitirá mejorar su calidad de vida y la de su familia. Por el contrario, aquellos que carecen de una formación académica adecuada suelen estar condenados a trabajos precarios y mal remunerados, perpetuando así un ciclo de pobreza y desigualdad. En este sentido, la educación juega un papel crucial en la reducción de la brecha social. Brindar una educación de calidad a todos los miembros de la sociedad, sin importar su origen social o económico, es fundamental para construir una sociedad más justa y equitativa. La educación no solo nos permite desarrollar nuestro potencial individual, sino que también nos enseña a convivir en armonía con los demás, a respetar las diferencias y a trabajar juntos por un bien común. Por otro lado, la educación también es clave en la construcción de una ciudadanía activa y comprometida. Una sociedad educada es una sociedad crítica, capaz de cuestionar el statu quo y de exigir cambios para mejorar las condiciones de vida de todos sus miembros. La educación nos enseña a ser responsables, a respetar las leyes y los derechos de los demás, y a participar de manera activa en la vida democrática de nuestro país. En este sentido, es responsabilidad de los gobiernos y de la sociedad en su conjunto garantizar el acceso a una educación de calidad para todos. Es necesario invertir en la formación de docentes, en la mejora de las infraestructuras educativas y en la implementación de programas que fomenten la inclusión y la igualdad de oportunidades. Solo de esta manera podremos construir una sociedad más justa, igualitaria y próspera para todos. En conclusión, la educación es un derecho fundamental de todo individuo y un pilar fundamental en el desarrollo de una sociedad. En la sociedad actual, caracterizada por constantes cambios y avances tecnológicos, la educación cobra una relevancia aún mayor. Nos brinda conocimientos, habilidades y valores que nos permiten desenvolvernos de manera adecuada en el mundo actual, nos ayuda a discernir entre la verdad y la mentira, y nos enseña a ser críticos y analíticos. Además, la educación es clave en la reducción de la brecha social, en la construcción de una ciudadanía activa y comprometida, y en la mejora de la calidad de vida de todos los miembros de la sociedad. Es responsabilidad de los gobiernos y de la sociedad en su conjunto garantizar el acceso a una educación de calidad para todos, para construir una sociedad más justa, igualitaria y próspera para todos.
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