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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 03/10/2025 15:30
Dolor, tristeza y un sentimiento de injusticia que inunda su alma. Así se siente Gladys La Bomba Tucumana a poco más de cuatro meses de la muerte de su pareja, Luciano Ojeda. Ya sea por los lugares que visita, o los recuerdos que reaparecen en su memoria, la cantante sigue teniendo presente el amor de su novio. Con ese sentimiento a flor de piel, la artista recordó en una charla con Ángel de Brito en LAM (América) el amor que sintió en su relación y relató la angustia que siente al afrontar el duelo por su pérdida. “Yo pensaba que iba a volver a casa con él”, comenzó diciendo la artista al referirse a la última etapa de la enfermedad de su pareja, quien había sido diagnosticado con un tumor en la zona abdominal. Luego, la artista continuó relatando su sensación sobre aquellos días: “Es más, me acuerdo de algo que me resuena y me duele en el alma, porque cuando estábamos yendo y ya llegando al Fleming, él me dice: “Te pido una última cosa. ¿Me podés comprar unas papitas y una gaseosa?”. Porque le bajaba la presión muchísimo. Y yo le digo: “Ay, amor, dejá de decir así, por favor”. Y las tengo a las papitas guardadas. Las papitas que habrá comido dos, porque ni bien llegamos, lo internaron, tenía creo que cinco o seis de presión. Ya se estaba muriendo. Yo llamé rápido a mi hijo, a mi hermano, que vengan porque tenía mucho miedo, ahora entendí que ya no íbamos a volver a casa. Hay tantas cosas que ahora veo que él sí sabía, pero que yo no me daba cuenta”. “Gladys, descubriste el amor a esta altura de tu vida. ¿Qué cosas tenía este hombre, distintas a las que ya habías vivido? ¿Qué fue lo que impactó tanto en vos?”, le consultó De Brito. Tras unos segundos, La Bomba Tucumana respondió: “Yo nunca presenté un novio. Que me hayan puesto novia, que hayan dicho, montones. Pero real, de mi corazón, nunca presenté a un hombre como novio. Por eso fue una noticia cuando empecé a salir con él. ¿Qué tenía de distinto? Absolutamente todo. Era honesto, era desinteresado, me daba todo lo poco que tenía, era para mí, para compartirlo conmigo, me cuidaba, era mi compañero. Él era un tipo divertido, era alegre, desinteresado. Si él podía, iba y sacaba un pasaje y me daba la sorpresa. Me decía: “Mamita, nos vamos a Bariloche por si me muero, quiero conocer Bariloche”. Porque yo fui a Bariloche a cantar, pero nunca fui de egresado tampoco”. Durante la charla, luego de quebrarse en llanto en más de una oportunidad, Gladys recalcó lo joven que era su pareja al momento de morir: “Tenía 38 años y faltaban dos meses para que cumpla 39 años. Fue un gran amor, una cosa tan hermosa que de verdad fue una película todo lo que nosotros vivimos. Desde el momento en que nos conocimos, el primer abrazo que yo le di a Luciano, él ya estaba operado, los amigos lo habían llevado a distraerse en Carlos Paz. Yo no sabía que el chico estaba operado y nos dimos un abrazo inmenso en un lugar que después nos tatuamos los dos. Nos tatuamos las coordenadas del Puente Negro, que queda en Carlos Paz. Ahí estuvimos abrazados una hora, sin conocernos, y él me decía: “¿Quién sos vos?” Y yo le decía: “A mí me mandaron a cuidarte””. Así las cosas, De Brito le consultó en qué o quiénes se apoyaba la artista para transitar el duelo. “Me ayuda, mi familia, mi hijo, mi hermano. Mi madre no, porque ella está en Tucumán y ella está enferma hace mucho. Pero en esta oportunidad, mi hijo, mi hermano, el público, la gente cada vez que me ve en la calle deja todo, viene corriendo a abrazarme, a darme un beso. Mi hijo y mi hermano son los que todos los días me dan un abrazo porque yo, la verdad, no tengo consuelo. Nunca pensé que un amor tan hermoso se iba a terminar tan rápido. A veces siento que fue injusto, porque justo cuando él también ama de verdad, se enamora de verdad... Dicho por él, no dicho por mí. Y está todo registrado en su Instagram, en todas las cosas que me dejó escritas, en todo lo que vivimos. Él también era la primera vez que conocía a una mujer que lo amara y que le fuera fiel. Hasta el último día de su vida lo amé. Hasta su último suspiro lo amé y estuve diciéndole que lo amaba y él diciéndome que me amaba”, relató con tristeza la intérprete de “La pollera amarilla”. Y concluyó con un recuerdo de los últimos días: “Fue durísimo. Yo pensaba que él iba a volver a casa, fue durísimo cuando él dijo: “Ya está, mamita, perdoname, ya está”. Cuando yo tuve que decirle: “Amor, ¿y qué hago? ¿Cómo sigo? ¿Qué hago con él, con su cuerpito?”. Fue durísimo cuando tuve que preguntarle. Y él, un varón, un hombre tan hermoso, tan guerrero, tan divino, me dijo: “Tierra”. Era horrible ese momento. Me dijo: “Poneme lo que quieras, poneme la ropa que me puse para tus sesenta, que fuimos a Córdoba. Poneme la alianza”. Ahora, abrazo a toda la gente que está pasando por un duelo. Digan que aman, porque la vida es tan efímera, no existe, la vida es una mie... para mí, porque no entiendo por qué tuvo que pasarme esto, yo nunca fui una persona mala. Luciano no tuvo tiempo de ser malo, no tuvo tiempo en esta vida, tuvo apenas treinta y ocho años. Hicimos un juramento de que, en esta y en todas las vidas que pueda haber, vamos a estar juntos de nuevo. Él es mi amor, él está en todo”.
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