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» La voz
Fecha: 03/10/2025 05:49
Cuando los médicos entraron corriendo a la terapia infantil, alertados por la alarma de un aparato, no pudieron creer lo que vieron. El joven padre tenía los dedos de una mano muy cerca de la boca de la beba. Tras hacerlo a un lado, los profesionales comenzaron a atender a la criatura y lograron salvarla. Posteriormente, el jefe de piso llamó a la Policía y a la Justicia. El dramático episodio ocurrió el 4 de marzo de 2024 en una clínica privada de barrio Parque Vélez Sársfield, en la zona sur de la ciudad de Córdoba. Un año y medio después, llegó el turno de la Justicia: el joven padre comenzará a ser juzgado este viernes en la Cámara 9ª del Crimen de Córdoba. Será con jurados populares. G. A. (su identidad no se divulga para resguardar a la beba) responderá como supuesto autor de tentativa de homicidio calificado por el vínculo. El muchacho niega todo. Jura y asegura ser inocente. Insiste que no quiso matar a su primogénita, sino que en realidad le estaba “limpiando” la boca por reflujos y vómitos. No le creen. No le creyó la fiscal Natalia Aguirre que lo mandó a juicio. Y tampoco la fiscalía de Cámara a cargo de Mercedes Balestrini. Su abogado defensor, Nicolás Díaz, insiste que debe ser absuelto y quedar libre. Hay una prueba central en toda la causa: las filmaciones de las cámaras de seguridad. El análisis de los peritos de la Policía Judicial logró determinar que ese mismo 4 de marzo, el joven habría efectuado la misma maniobra al menos tres veces. La última fue la más violenta. Incluso, se lo vería mirando para todos lados antes de cometer la presunta agresión, como cerciorándose de que estaba solo. Su pareja y madre de la beba dijo que él tiene un consumo problemático de cocaína y de alcohol. Él contratacó y señaló que tenía que cuidar todo el tiempo de la nena porque ella “es depresiva”. El juicio será complejo y demandará debate. Si llega a ser condenado, puede recibir hasta 15 años de cárcel. Gravísima acusación Hija de una pareja de jóvenes domiciliados en una población vecina a la Capital, la pequeña nació un 6 de enero de 2024. A poco de nacer, tuvo problemas de salud. A mediados de febrero, fue internada en la clínica privada por presentar una afección respiratoria aguda baja grave. Por directiva médica quedó en la terapia intensiva infantil. Los primeros días quedó conectada a un respirador artificial. Luego, le sería retirado. Como comenzó a evolucionar, pasó a otra habitación donde ya sí pudo estar acompañada de manera alternada por su mamá, su papá y una tía. Los médicos dejaron registrado que, desde que ingresó la pequeña, se detectaron presuntos malos tratos. Por caso, una llamativa fractura en un brazo. Por caso, problemas respiratorios presuntamente compatibles con malos tratos. ¿Intento de homicidio? El episodio central bajo discusión sucedió el 4 de marzo siguiente. La criatura no tenía ni dos meses de vida. Faltaba poco para las 22. La terapia estaba a media luz. A través del sistema de monitoreo central, el jefe médico de guardia detectó un “abrupto descenso de la frecuencia cardíaca y la saturación” de la pequeña. Salió corriendo y, junto a unas enfermeras, entró a la habitación. El padre de la criatura tenía las manos cerca de la boca de la pequeña quien, a todo esto, tenía secreción de saliva y estaba pálida. Lograron salvarla con maniobras de reanimación. A simple vista, la cámara no llegaría a captar por completo qué hizo el padre. De todos modos, la sospecha médica, por el cuadro de la criatura, fue que le introdujo dos dedos. Cinco días después, otra vez, se activó el sistema de monitoreo y los médicos entraron a la habitación. La criatura otra vez estaba mal, pálida y su padre estaba al lado con una gasa sobre su rostro. El muchacho diría y reiteraría que le había estado limpiando la boca. Tras estabilizar a la beba, por protocolo, el cuerpo médico alertó a la Unidad Judicial que abrió una investigación. Pocos días después, el joven sería detenido. La pesquisa fiscal, basada en testimonios médicos, análisis de pruebas y otros estudios lo cercaron. Intentos de asfixia La acusación fiscal se centra en ese 4 de marzo de 2024. Según la fiscalía, con la clara intención de causarle la muerte a su única hija, el joven de 32 años se acercó y le habría introducido dos dedos de una mano durante unos minutos. La situación se frustró porque entró, según la acusación, el personal de salud alertado por el sistema de monitoreo de pacientes. En la acusación se señalan también otros episodios sospechosos contra ese padre y compatibles como presuntos malos tratos. Se mencionan, por caso, una fractura de un brazo mientras estaba internada y otro presunto intento de ahogo el 9 de marzo siguiente. Video clave: un padre mirando para todos lados En el marco de la pesquisa, peritos de la Policía Judicial analizaron filmaciones de cámaras de seguridad de la terapia. Según la causa, los técnicos lograron aclarar una de las imágenes: así se apreciaría al padre introduciendo al menos un dedo de la mano izquierda en la boca de la beba, luego de mirar para todos lados y comprobar que estaba solo. En otro tramo de la filmación se lo vería haciendo lo mismo y ya con dos dedos. Acto seguido, entra el personal médico corriendo. Esos registros, sumados a los testimonios recabados, entre médicos y otros profesionales, configuran la piedra angular de la causa. El acusado jura e insiste que él no hizo nada.
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