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» Elterritorio
Fecha: 03/10/2025 05:32
Se investigaba la posible complicidad de un adulto en el asesinato en contexto de robo de Pedro González Ávalos (73), lo que hubiera modificado la sede penal para investigar el caso que, hasta la fecha, tiene a dos menores de edad involucrados y alojados en el Cemoas de Puerto Rico. jueves 02 de octubre de 2025 | 15:00hs. Avanzan las pericias telefónicas a los equipos que secuestraron a una pareja de adolescentes, ambos de 15 años, sospechosos de robar y matar en ese forcejeo a Pedro González Ávalos (73), vecino de Jardín América que fue atacado entre el 7 y 9 de septiembre. Un amigo suyo, frecuente visita en la casa de Ávalos para charlar y conocer sobre las actividades del jubilado, fue quien advirtió de su ausencia después de dos días sin respuestas. Al hombre lo encontraron con severas puñaladas en el abdomen y el alboroto en el domicilio habría revelado la violencia detrás de su muerte. A los dos días de conocido el crimen -en la tarde del martes 9 de septiembre- la Policía de Misiones demoró a dos menores de edad, a quienes se les secuestró un televisor de 43 pulgadas que se denunció robado de la casa de la víctima. La investigación tomó otro rumbo desde entonces y el caso pasó al Juzgado Correccional y de Menores de Puerto Rico. Mientras ambos permanecen alojados en el Cemoas de esa localidad, la Justicia interviniente tomó conocimiento de una posible participación o colaboración en el crimen de parte de un adulto mayor. De inmediato, las pesquisas y diligencias apuntaron a ubicar a ese sujeto y esclarecer si los adolescentes habrían contado con ayuda. Sin embargo, y según pudo saber El Territorio mediante investigadores del caso, la falta de mayores pruebas y de testimonios que apunten a ese escenario desestimaron tal hipótesis. El expediente continúa, con foco en reconstruir y determinar el rol que se presume ocupó el par de menores de edad. Medida tutelar Más allá de que la pareja de adolescentes está siendo investigada como presuntos responsables del crimen, ambos son menores de edad y, por lo tanto, permanecen alojados en dependencias del Centro Modelo de Asistencia y Seguimiento de Niños, Niñas y Adolescentes en conflicto con la Ley Penal (Cemoas) hasta tanto avancen las pesquisas. Justamente, en este centro de contención fue que el adolescente se autoincriminó y dijo haber sido el único responsable del hecho. Según fuentes del caso que consultó El Territorio, el joven vivió hasta los 13 años en la provincia de Buenos Aires, hasta que decidió instalarse en Jardín América. Durante una entrevista que tuvo a mediados del mes pasado con autoridades del Juzgado Correccional de Puerto Rico -en el que también estuvieron presentes su novia y los padres de esta menor- el adolescente contó que actualmente se mantiene económicamente con changas en la tarefa y que no cuenta con un núcleo familiar o adultos que cuiden de él. Narró haber tenido una crianza complicada dentro de su seno familiar, lo que lo llevó desde hace varios años a trabajar en la calle. En ese mismo encuentro, y aunque buscó culparse del crimen, aclaró que nunca antes había tenido conflictos con la ley.
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