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  • El asesino que mató a su mujer y cobraba su pensión

    » Diario Cordoba

    Fecha: 02/10/2025 12:03

    Mató a su mujer, Valentina, en su casa de Collado Villalba (Madrid) la noche del 26 de mayo de 2017. David José Arellano la golpeó y la asfixió con una bolsa de plástico en la cabeza. La mujer tenía 38 años y una hija de seis. En 2023, el hombre fue condenado a 22 años de cárcel por el crimen. Y se fugó. La Sección de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional lo buscó en casas okupas y campeonatos de trial durante los últimos dos años. El pasado mes de julio, el asesino fue detenido en un taller clandestino cerca de Lisboa (Portugal). Valentina Chirac murió asesinada el 27 de mayo de 2017 en su casa de Collado Villalba (Madrid). / SUCESOS Dos condenas David José Arellano había sido casi una obsesión para los investigadores del Grupo II de Fugitivos. Era un criminal con suerte. En 2020, después de ser detenido, juzgado, y condenado por matar a Valentina, el juicio se declaró nulo y tuvo que repetirse por la mala actuación de uno de los jurados. Volvió a celebrarse, con otro jurado, en junio de 2023 y Arellano fue condenado de nuevo, esta vez a 22 años de cárcel. Entonces se fugó. Desde entonces lo buscaban. Primero, en varias casas okupadas de la sierra de Madrid. Arellano había pasado temporadas en dos de ellas y algunas informaciones hablaban de que podía estar oculto de nuevo en otra. Pasión por los turbo La afición y pasión del asesino, mecánico especialista en turbocompresores, los componentes que aumentan la potencia del motor del coche, fue otra de las pistas principales para los policías. En la sierra de Madrid descubrieron tres talleres clandestinos con trabajadores que cobraban en negro. Pero allí tampoco estaba Arellano. Los agentes de Fugitivos vigilaron también varias competiciones de trial y motocross, otra de las pasiones del asesino de Valentina. De hecho, durante los juicios contra él mantuvo que era inocente y que la noche del crimen él se había ido de la casa familiar temprano, con su mujer dormida, para acudir a una ruta motera. Al final, la operación Turbo, como se llamó la caza del asesino de Valentina, iba a tener éxito siguiendo la pista de esa pasión por los turbocompresores, un mundo muy especializado y reducido. Arellano era bueno en lo suyo, de los mejores en España. Y los investigadores vigilaron a media docena de los principales especialistas: sus empresas, sus amigos, sus conocidos… esperando que Arellano o su sombra contactaran con alguno de ellos. Lewis Hamilton escribe Así fue como un tipo que firmaba con el nombre de Lewis Hamilton (el piloto británico de Fórmula 1) empezó a utilizar una aplicación de compraventa de turbos. Los análisis de las IP de los ordenadores desde donde ese tal Hamilton se conectaba a la aplicación para apasionados del motor revelaron que lo hacía desde las afueras de Lisboa, en Portugal. Los investigadores de la Policía Nacional comprobaron que Lewis Hamilton aparecía también en Wallapop. El pasado mes de julio, agentes de la policía portuguesa recibieron la información de sus colegas españoles y acudieron a un taller clandestino de turbos en Seixal, cerca de Lisboa. Allí detuvieron a David Arellano. Junto a él estaba su aprendiz en el taller, un ciudadano angoleño que dijo llamarse... Lewis Hamilton. Dos pensiones Arellano, que ahora tiene 57 años, ha pasado casi dos huyendo de la justicia. Hace más de ocho que mató a su mujer. A raíz de su detención, la Policía ha averiguado cómo ha vivido durante este tiempo. Ganaba un dinero dedicado a su pasión, los turbo. Pero además, los primeros días de mes, el asesino recibía un pago de algo más de mil euros. Lo hacía el mismo día que su hija, que ahora tiene 14 años y vive lejos de él, recibía un ingreso de unos doscientos euros. La investigación ha revelado que ese dinero mensual corresponde al cobro por dos pensiones. Según las fuentes consultadas por este medio, la menor de edad estaría recibiendo, con justicia, la pensión de orfandad que le corresponde por la muerte de su madre. Y su padre, el asesino, habría estado cobrando la pensión de viudedad por la mujer a la que él mismo mató. Otros asesinos Otros asesinos de mujeres cobraron durante años la pensión de viudedad en España. El diario Faro de Vigo, de Prensa Ibérica, desveló en 2011 el caso de Nemesio Pisonero, un profesor que asesinó en 1998 a su mujer y su hijo en Laguna de Duero (Valladolid) y que cobró durante 13 años la pensión de viudedad de su mujer, y víctima. Para evitar que se repitieran casos como ese, en 2015 se hizo una reforma legal que prohibía expresamente a condenados por homicidio o asesinato cobrar la pensión de viudedad de sus víctimas. La prohibición se ampliaba incluso a personas que estuvieran imputadas mientras los tribunales resolvieran sus casos. La viuda negra Así, en 2018 la Seguridad Social retiró de oficio la pensión de viudedad que estaba cobrando María Jesús Moreno, alias Maje, la viuda negra de Valencia, entonces en prisión a la espera de juicio y acusada de ordenar el crimen de su marido. La mujer pidió cobrar la pensión dos meses después del asesinato de su esposo, Antonio Navarro. Desde entonces recibía 1.137,08 euros al mes. Nadie sabe qué ha ocurrido con el asesino de Valentina Chirac para que el hombre siguiera cobrando hasta que fue detenido. Muy posiblemente se tratara, según las fuentes consultadas, de un fallo de comunicación entre administraciones. Si nadie ha solucionado ese fallo después de la detención y el ingreso en la cárcel de David Arellano, estos días cobrará de nuevo la pensión correspondiente al mes de octubre.

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