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» La Capital
Fecha: 02/10/2025 08:58
En un mundo donde cada vez más la inteligencia artificial agiliza todos los procesos, donde los diseños pre establecidos son muy utilizados por algunas marcas, Clara Churruarin optó por diferenciarse y crear una marca propia pensada para dar soluciones de diseño gráfico a marcas pequeñas y medianas. Su proyecto, Kyra Design, combina creatividad con servicios accesibles para quienes buscan identidad visual, packaging o piezas gráficas sin recurrir a grandes imprentas ni a presupuestos imposibles. “Mi idea siempre fue estar del lado del emprendedor, entender lo que necesita y que pueda acceder a algo lindo, prolijo y profesional , aunque recién esté arrancando”, resume Clara sobre su diferencial. Clara se recibió hace cinco años de arquitecta en la UNR pero su pasión por el diseño gráfico fue muy fuerte: “Yo siempre tuve un costado artístico, me gustaba dibujar, hacer cosas manuales. En la facultad, mientras estudiaba arquitectura, ya me pedían que diseñe flyers, tarjetas o logos”, recuerda. Esa práctica que parecía secundaria fue ganando espacio y el encierro de la cuarentena en épocas de la pandemia terminó de acelerar el proceso. “Empecé a diseñar para conocidos que vendían tortas, ropa, cosmética. Vi que había un montón de emprendedores que necesitaban una identidad, un packaging o aunque sea una tarjeta de presentación en un contexto donde primaban los envíos. Hoy digo que brindo soluciones gráficas para emprendimientos que se quieren diferenciar con su marca” , resume. Kyra Design hoy se organiza en tres grandes líneas de trabajo pensadas para cubrir las necesidades gráficas de cualquier negocio pequeño. La primera es la papelería impresa personalizada, donde se destacan los stickers para packaging, vinilos, portaaccesorios y tarjetas personales. Un set de 75 stickers en tamaño Super A3 tiene un valor de $5.600, mientras que las tarjetas personales de 9x5 cm en impresión simple faz se comercializan a $27.000 las 100 unidades. La estrategia que tiene por delante es la de crear una comunidad entre sus clientes, que se conozcan e intercambien productos y servicios. La segunda pata está en los diseños digitales, con planes de identidad de marca que incluyen logo, paleta de colores, variantes de tipografías y plantillas para redes sociales. El plan base arranca en $98.000 y el más completo, que suma plantillas personalizadas para redes, tiene un valor de $180.000. Dentro de esta categoría, también ofrece flyers, invitaciones digitales y diseños de patrones para estampas. La tercera línea son las propuestas para fechas especiales, que le dieron un diferencial a la marca. Se trata de paquetes de papelería pensados para ocasiones como el Día de la Madre o Navidad, con presentaciones más pequeñas y accesibles: “El emprendedor no necesita stockearse de un montón para una fecha especial y después quedarse con sobrantes que no puede volver a usar”, explica Clara. Allí aparecen opciones como tarjetas con frases especiales, planchas de stickers o tags de ropa con formas especiales en sets de 30 unidades por $5.600. Como novedad, este año Kyra Design también sumó una línea de encuadernación artesanal, con agendas que Clara produce todos los años y que su público fiel espera con ansias. Embed Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por KYRA® | Diseño & Papeleria (@kyra.design) Crecer junto a otros emprendedores Para Clara, el diferencial de su marca está en el vínculo cercano con cada cliente: “Me gusta acompañar el proceso de crecimiento. Si el emprendimiento va sumando necesidades, como una identidad después de un packaging, me gusta que pueda volver a confiar en mí”, dice. Esa lógica le permitió construir una red de clientes que mantienen servicios mensuales con ella. Entre sus casos más recientes, Clara destaca el de una pastelería que empezó con un pedido de etiquetas para cajas y terminó encargando toda la comunicación digital: “Arrancamos con lo básico y cuando vieron que les funcionaba, fuimos sumando más cosas. Hoy tienen una identidad clara y eso se nota en sus ventas”, agrega la fundadora de la marca. Como muchos otros proyectos, Kyra Design enfrentó desafíos organizativos que hoy son un viejo recuerdo: “Al principio era todo prueba y error. Tenía que calcular costos, aprender sobre proveedores e imprentas. A veces cobraba poco porque no sabía cómo presupuestar. Con el tiempo fui ordenándome y entendiendo que esto es un negocio, además de un espacio creativo”, reflexiona sobre esos comienzos. También tiene muy en claro cuál es su lugar y qué puede aportar desde allí: “Las agencias grandes trabajan con empresas grandes. Yo estoy en otro lugar, con el que vende remeras, el que hace cosmética natural o el que abre un café. Eso me encanta, porque siento que crecemos juntos”, dice con ilusión. Proyecciones y comunidad De cara al futuro, Clara quiere que Kyra Design siga consolidándose como un aliado estratégico para emprendedores y pequeñas marcas: “Me gustaría armar una comunidad, que los clientes también se conozcan entre ellos y se recomienden. Siento que hay mucha energía en este ecosistema emprendedor de Rosario y que todos nos potenciamos”. Además, piensa en diversificar servicios sumando productos de librería y ampliando el equipo de trabajo para apuntar a clientes más corporativos. Lo que nació como una salida laboral en plena pandemia, hoy es un proyecto full time en crecimiento. Con una vidriera como es su Instagram, donde muestra el detrás de escena de sus producciones y un boca en boca que le trae nuevos clientes, Clara surfea los desafíos del emprendedor mientras piensa cómo seguir ayudando con soluciones gráficas a sus colegas.
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