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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/10/2025 08:37
El pase de comedia entre Nico Vázquez y Mario Pergolini El estudio de El Trece se convirtió, por un instante, en un escenario donde lo íntimo y lo absurdo se cruzaron de frente. Todo ocurría en pleno aire de Otro Día Perdido, el programa nocturno que conduce Mario Pergolini, y el clima apenas sugería que algo se saldría de su cauce. Allí estaba Nico Vázquez como invitado, estrella indiscutida del teatro con la obra Rocky en cartel, junto a Agustín Aristarán y Laila Roth, los compañeros habituales del ciclo. Un intercambio en apariencia inocente —la pregunta del conductor a todos, sobre si alguna vez intentaron hablar con un protector bucal de boxeo puesto— marcó el disparador de salida para una secuencia inusual. Una asistente entregó el protector a cada uno en el estudio: conductor, invitado y el resto del equipo, sumándose al juego propuesto. El ambiente, hasta ese momento distendido, cambió de tono en segundos. De la nada, el propio Mario, que desde el principio había avisado que evitaría cualquier referencia a la situación sentimental de Vázquez, giró el timón y lanzó una frase cargada de sentido: “Yo quiero decirte… yo quiero decirte… que siempre estuve de tu lado”. Con el protector calzado en la boca, la declaración adquiría un matiz risueño, aunque nadie se confundió: aludía sin rodeos al final de la relación entre Nico Vázquez y Gimena Accardi. La reacción fue inmediata. El actor sorprendido y visiblemente exaltado, no dejó pasar la indirecta. Alzó la voz, cortando de raíz cualquier intento de abrir debates privados: “No hay lados. No hay lados. Es la vida misma. Fin”, afirmó, al elegir no exponer más de lo que considera necesario sobre su intimidad. Esa frase —seca, definitiva— suspendió el aire del estudio. Nico Vazquez y Mario Pergolini protagonizaron un momento de risas en el estudio Pero la respuesta no frenó a Pergolini, que, sin bajar la guardia, respondió: “Pero yo creo que hay lados”. En ese momento, la dualidad entre lo público y lo privado, entre lo humano y lo mediático, quedó desnuda y la conversación pareció virar a otros horizontes. El ambiente en el piso amenazaba con tornarse aún más tenso. Nico, astuto, decidió disipar la incomodidad con una dosis de humor físico. Dejó su asiento y, ante la mirada de todos, comenzó a imitar el caminar de un chimpancé alrededor del estudio. Un instante que podría haber resultado forzado se transformó en catarsis colectiva: Agustín Aristarán lo imitó enseguida, y la risa recorrió filas y cámaras. La secuencia tuvo su punto cúlmine cuando el mismísimo Pergolini aceptó la invitación al juego y con mucha audacia, se puso también a caminar de la misma forma. En ese momento insólito, el conductor, ya parte de la broma, pronunció una nueva sentencia que desató un estallido de risas: “Este programa va a dejar memes de mí que voy a odiar toda mi vida”. Los presentes volvieron a reír, la tensión se disipó, el tema de fondo estaba fuera de discusión a partir del oficio de dos personajes con un amplio recorrido en el mundo del espectáculo. En definitiva, en apenas unos minutos, la televisión mostró su cara más imprevisible. Un comentario inesperado sobre la vida personal de un actor se volvió el punto de partida para la creación de un momento inolvidable, absorto en el desparpajo y la honestidad. Nico Vázquez, fiel a su estilo frontal, resolvió el dilema con firmeza y frescura, al dejar atrás cualquier intento de ahondar en heridas recientes, y apostando por el humor como escudo. Los límites entre la risa y la incomodidad, una vez más, se borraron en el aire, y el ciclo suma otro episodio a su historial de momentos virales e imprevisibles.
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