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» El Sur Diario
Fecha: 02/10/2025 07:58
En el segmento La otra cara de la Luna, emitido en el programa Cámara Abierta de Sur Multimedios, la periodista Luna Vilar Guidi entrevistó a Fernanda Del Carlo, integrante de Salvemos los Humedales Villa Constitución, organización que desde 2021 sostiene un vínculo cercano con la escuela Nº 61 “Pancho Ramírez”, una institución educativa enclavada en plena Reserva de Usos Múltiples de Victoria, en jurisdicción entrerriana. Fernanda explicó que este establecimiento funciona como un verdadero puente entre la isla y la ciudad: “Es el medio de contacto más fuerte que tienen las familias de la comunidad. Allí no sólo se educan 12 niños y niñas, sino que también se generan encuentros culturales, sociales y comunitarios que fortalecen la vida insular”. Una escuela que resiste La ubicación de la escuela es particular: si bien pertenece a Entre Ríos, está mucho más cerca de Villa Constitución por agua, lo que genera un vínculo cotidiano con la ciudad. Los docentes viajan semanalmente desde Victoria hasta Villa, dejan sus vehículos y desde allí cruzan en lancha para instalarse durante la semana en la isla y dar clases. “El esfuerzo que hacen es enorme, recién hace dos años lograron tener internet, y en pandemia sostuvieron la educación con muchísimo sacrificio”, relató Del Carlo. La escuela, construida como flotante para poder trasladarse según las necesidades demográficas, hoy no cumple esa función debido a problemas de infraestructura. Aun así, es el corazón de una comunidad que se organiza entre la isla Irupé y Villa Constitución. Vínculo con Villa Constitución Allí asisten niños que, aunque formalmente pertenecen a la jurisdicción de Victoria, tienen lazos permanentes con la ciudad santafesina por cuestiones de trabajo, salud y servicios. Desde 2021, Salvemos los Humedales acompaña con distintas propuestas: talleres de música, literatura, juegos, intervenciones artísticas y proyectos ambientales. También impulsaron la llegada de periodistas, artistas e investigadores que visibilizaron la realidad de la comunidad. “Queremos que se conozca la situación, porque es gente que trabaja mucho y vive con mucha precariedad. La lucha por el ambiente no puede separarse de la justicia social”, señaló Fernanda. Cómo ayudar desde la ciudad Consultada sobre cómo colaborar, destacó que más allá de las gestiones para mejorar la infraestructura, existen necesidades concretas y simples: “La primera vez que preguntamos qué necesitaban, lo que pidieron fue nafta para poder trasladarse. Algo tan sencillo como un bidón ya marca la diferencia”. El sueño de docentes y familias es contar con un espacio comunitario que permita ampliar la escolaridad y recibir servicios básicos como atención médica. “Sería más fácil que un médico venga desde Villa que organizar el viaje de toda la comunidad hasta Victoria”, ejemplificó Del Carlo, aludiendo a las dificultades que imponen las divisiones jurisdiccionales entre Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires en la zona de islas. Proyectos que miran al futuro Actualmente, el grupo junto a la escuela trabaja en un proyecto de banco de semillas, con la mirada puesta en la reforestación tras los incendios y en la soberanía alimentaria. “Si a la ecología la separás de lo social, la convertís en jardinería. Lo que buscamos es que todos tengan acceso a los recursos y a derechos como la educación”, concluyó.
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