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  • La vida del galán que desafió a Hollywood: de los esfuerzos para ocultar su homosexualidad a su voluntad para que se hable del sida

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 02/10/2025 03:22

    Roy Harold Scherer Jr., tal el verdadero nombre de Rock Hudson, murió a los 59 años (Captura de video) En los últimos días de julio de 1985, Rock Hudson sufrió un desmayo en su suite del hotel Ritz de París, un episodio que anticipó la gravedad de su condición y la cercanía de su final. La noticia no tardó en atraer la atención mediática internacional, con periodistas y cámaras apostados en los alrededores del hotel, lanzando preguntas sobre el estado de salud del actor. “Tengo sida”, fue el mensaje que Hudson pidió transmitir a través de su amiga y publicista Yanou Collart. Según indicó el propio Hudson, ese era el dato esencial que los medios querían recibir. Más tarde se confirmó que además de haber contraído el VIH, el actor padecía un cáncer de hígado inoperable, lo que hacía su final inevitable. Rock Hudson había nacido el 17 de noviembre de 1925 (Captura de video) Para regresar a Los Ángeles desde París, Hudson pagó USD 250.000 por el traslado exclusivo en un vuelo de Air France, donde fue el único pasajero. A su llegada, un helicóptero lo llevó al hospital UCLA, donde fue recibido por su médico, Michael Gottlieb. Ante la consulta del especialista sobre si la información sobre su padecimiento de HIV debía hacerse pública, Hudson respondió: “Si creés que ayudará en algo, sí. Adelante”. El actor participó en una media centena de películas (Captura de video) El 30 de julio de ese año, el actor y amigo de Hudson, Burt Lancaster leyó el mensaje que había querido que se transmitiera: “Estoy harto de sostener una vida que no es la mía. No estoy feliz por tener sida, pero si estas palabras pueden ayudar a otros, al menos sabré que mi desgracia tiene un valor positivo”. Su muerte ocurrió dos meses más tarde, el 2 de octubre de 1985, a los 59 años de edad. El actor no logró superar una enfermedad a la que todavía llamaban “La Peste Rosa”, identificada por primera vez en 1981 y erróneamente asociada solo a la comunidad homosexual de San Francisco. Desde el momento en que se conoció la existencia de la enfermedad, cálculos oficiales estiman en 40 millones de personas murieron por enfermedades relacionadas con el sida. Rock Hudson se casó con su secretaria para tapar los rumores que circulaban sobre su homosexualidad (Captura de video) La muerte de Hudson, sucedida hace 40 años, impactó no solo por la figura pública que era, sino porque evidenció que ni la fama ni el reconocimiento brindaban inmunidad ante la enfermedad. El verdadero nombre de Hudson era Roy Harold Scherer Jr., nacido el 17 de noviembre de 1925 en Winnetka, Illinois. En la pantalla y ante el público internacional, representó el prototipo del galán de la comedia romántica estadounidense de las décadas del cincuenta y sesenta, junto a figuras como la legendaria Doris Day. La dupla se consagró en títulos como Confidencias de medianoche (1959), Pijama para dos (1961), Su juego favorito (1963) y No me mandes flores (1964), bajo la dirección de cineastas como Michael Gordon y con la colaboración permanente del comediante Tony Kendall. Antes de convertirse en estrella, la vida de Hudson estuvo marcada por empleos diversos y constantes rechazos en castings hasta que un productor de Universal Studios reconoció en él un potencial aún sin pulir. Rock Hudson junto a su amiga Doris Day (Captura de video) Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en la Marina de Estados Unidos, y después vivió en Los Ángeles, California, donde trabajó como cartero, camionero y taxista. Tras su descubrimiento, atravesó rigurosas jornadas de entrenamiento para suplir, con disciplina, la falta de talento natural frente a cámaras. Tomó clases de interpretación con Sophie Rosenstein quien le hizo cambiar de nombre. La elección de Rock Hudson la tomó del río Hudson y de la roca de Gibraltar. Hudson era, sin dudas, un “muchacho muy pintón” y aunque no alcanzó el reconocimiento como gran actor, participó en más de cincuenta películas de géneros diversos como bélico, western, policial, drama, tragedia y espionaje. Participó, por citar apenas dos, en Escuadrón de combate (1948), uno de sus primeros largometrajes, y en Embajador en Oriente Medio (1984), el último que rodó antes del agravamiento de su salud. Actuó bajo las órdenes de directores destacados, como Raoul Walsh, Anthony Mann, George Stevens y Howard Hawks, y compartió escenas con superestrellas como James Stewart, Lauren Bacall, James Dean, Elizabeth Taylor, Ernest Borgnine, Julie Andrews, Mia Farrow, Tony Curtis y Robert Mitchum. Rock Hudson ocultó su elección sexual en el mundo de Hollywood (Captura de video) Entre sus logros, se cuenta una única nominación al Oscar por su papel en reparto en la película Gigante (1956). Durante el rodaje de este film, compartió elenco con Elizabeth Taylor y James Dean, quien murió en un accidente en 1955. En la década de 1970 decayó su participación en cine y tuvo un paso por la televisión donde actuó en varias series. Una de ellas fue la exitosa Dinastía: se estima que el actor se enteró de que padecía sida durante la grabación de esa serie durante 1984. Se había contagiado años antes. Paralelamente, desde 1954, comenzó a circular en la prensa amarilla información acerca de su homosexualidad, lo que en ese momento representaba un riesgo para la carrera de cualquiera en Hollywood. En un intento de desacreditar los rumores, Rock Hudson contrajo matrimonio el 9 de noviembre de 1955, en una boda secreta con su secretaria Phyllis Gates. Aquella situación brindó más material a los periodistas que publicaban chismes de la farándula. Hubo luna de miel feliz en Jamaica, pero la relación matrimonial terminó en divorcio silencioso cuatro años después, luego de que Gates descubriera que Hudson había mantenido relaciones con hombres. Rock Hudson con Lee Garlington, con quien estuvo en pareja, pero sin que nadie supiera Luego del divorcio, Phyllis Gates escribió un libro titulado Mi esposo: Rock Hudson, en el que denunció el engaño continuo, extrañas llamadas de hombre, violencia conyugal y ausencia. Al mismo tiempo confesó que había estado realmente enamorada de Hudson. Décadas después de la muerte de Hudson, Lee Garlington, corredor de Bolsa jubilado, reveló haber sido pareja del actor entre 1962 y 1965. Garlington había dicho: “Él era un amor, y yo lo adoraba. Estuvimos unidos desde 1962 hasta 1965. Cuando lo conocí, yo estaba muy nervioso, pero él me ofreció una cerveza… ¡y entonces sucedió! Pasé la noche con él y me fui a las seis de la mañana. Rock nunca me pidió que mantuviera lo nuestro en secreto, pero un día entró un fan y nos encontró durmiendo juntos. Desde entonces empezamos a ser más cautelosos. Íbamos juntos a los estrenos de los films, pero siempre con compañía femenina. Tiempo después supe que dijo: ‘Mi madre y Lee fueron las únicas personas a las que realmente amé’”. En sus últimos años trabajó en series de televisión como Dinastía En los últimos meses de su vida, el miedo al contagio del sida provocó el alejamiento de la mayoría de sus amigos, salvo excepciones como Elizabeth Taylor, quien lo visitó en el hospital sin temor y lo besó en la boca, vestida y maquillada como si se preparara para enfrentar una escena ante las cámaras. Hudson peleó contra una enfermedad prácticamente desconocida y estigmatizada, cuya mención resultaba aterradora incluso para quienes formaban parte de su círculo íntimo. La sola pronunciación de la palabra sida generaba miedo y rechazo, lo que explica la actitud de parte de su entorno y el aislamiento que vivió en los meses finales de su vida. La noticia de la muerte de Rock Hudson en un diario de Estados Unidos. La segunda foto que ilustra la nota lo muestra demacrado por el efecto de su enfermedad Al momento de su despedida, fotografías suyas mostraban un cambio físico drástico; el hombre de 1,96 m de altura, considerado un símbolo de atractivo y virilidad en la meca del cine, era apenas una sombra debilitada por la enfermedad. Esas imágenes recorrieron el mundo, documentando la crudeza del sida en una época previa a los tratamientos actuales que permiten convivir con el virus. La noticia de su muerte ocupó portadas y titulares en numerosos medios, mientras la industria del entretenimiento procesaba el impacto de haber perdido a uno de sus emblemas. Hace 40 años fallecía Rock Hudson, una estrella cuya vida y muerte quedaron ligadas para siempre al avance del sida y a la transformación de la percepción pública sobre la enfermedad.

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