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Federal » Retorica Federal
Fecha: 01/10/2025 21:41
Como ya hemos dicho, los argentinos, cuando tenemos una solución, le creamos un problema. Se generó una oleada de resquemores, denuncias de contubernios y maniobras oscuras, creando la sensación de que se había perjudicado al sector productivo, en beneficio exclusivo de los exportadores. Esto quedó instalado, y fue tomado por muchos políticos (incluidos algunos gobernadores) en el medio del debate electoral. Todo muy dañino. Es el momento de calmar las aguas, intentando poner las cosas en su lugar. Primero: es fantástico que el país cuente con un sector que, nuevamente, puede sacar las papas del fuego. La vaca viva, un concepto que se robusteció y viralizó en estos días, cuando lo tomó el secretario general de Redacción Adjunto de Clarin, Ricardo Roa. ¿A qué otro sector se puede apelar cuando las papas queman? No es la primera vez que se le piden dólares adelantados a la agroindustria. Ya lo había hecho Macri, en enero de 2016, cuando su gobierno recién arrancaba, y sorprendía con el levantamiento del cepo que había dejado CFK. Ingresaron 4.000 millones de dólares cruciales para empezar a acomodar el desquicio, con la recordada venta de dólares en el mercado de futuros para mantener a raya a la divisa. Segundo: la medida tomó por sorpresa a todos los operadores. Empezando por los propios exportadores. Me consta. El principal de una de las grandes se enteró el lunes a las 8 de la mañana, cuando lo alertó un amigo productor. Zafarrancho de combate. Tras verificar que se había dispuesto la eliminación temporaria de las retenciones hasta el 31 de octubre o hasta alcanzar los 7000 millones de dólares de liquidación, había que convencer a las casas matrices. Para colmo, apareció en simultáneo el mensaje del secretario del Tesoro de los EEUU, que le había prometido 20.000 millones de dólares a Milei/Caputo: es para que terminen con el “tax holiday” a los exportadores de commodities. Es decir, que presionaba al gobierno para que diera marcha atrás con la medida. Por eso todo el mundo se apuró para aprovechar la ventana, liquidando, anotando declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) y comprando mercadería para cubrir esas ventas. En tres días, se cubrió el cupo de 7000 millones y el gobierno cerró la canilla, tal como estaba estipulado. Tercero: “el beneficio no llegó a los productores”. No fue así. Los precios subieron y se pusieron por encima de los que cobran los productores de Uruguay, Paraguay o Brasil, donde no hay retenciones. El mayor poder de compra de los exportadores, gracias a la retención cero, se trasladó al mercado. Algunos piensan que no totalmente. Pero ayer, la soja valía 60 dólares más que antes de la medida (20% de aumento, muy cerca del efecto de la quita). Nada es lineal, sobre todo cuando media el riesgo país. Traer dólares, venderlos y recibir pesos es para corajudos. El ruido mediático con todo este asunto no hizo más que incrementar ese riesgo. Si la relación entre todos los actores de la cadena se daña, el riesgo es mayor aún. Hubo muchos dirigentes que se dieron cuenta que estaban escupiendo contra el viento y amainaron en sus quejas. Cuarto: lo que trasunta, por sobre todas las cosas, es la extraordinaria competitividad del complejo agroindustrial argentino. El temor y la presión de los farmers para que no se eliminen los derechos de exportación, refleja claramente lo que todos en el sector saben: cuando la Argentina entra al mercado, todos se tienen que hacer a un lado. Esto es fantástico. El gobierno debe dar una fuerte batalla diplomática para defender esta competitividad y no claudicar, a pesar de la necesidad de apoyo económico. Quinto: el Gobierno sacrificó ingresos fiscales con esta eliminación temporaria de los derechos de exportación. Unos 1500 millones de dólares. Es una buena noticia, porque ese dinero ahora está en manos de una cadena competitiva. Un camino de mil millas se inicia con un primer paso. El siguiente, debería ser la eliminación definitiva y en el menor plazo posible del total de las retenciones. La respuesta va a ser inmediata y va a permitir recuperar ingresos fiscales por la cascada de impuestos que genera el vuelco al mercado de ese mejor ingreso. Y además, hay mecanismos financieros que, desde el propio sector, podrían ayudar a cubrir algún agujero fiscal coyuntural. Como lo que venimos proponiendo, y lo pasó bien en limpio FADA. AUDIO RELACIONADO. Carlos Etchepare: “El productor está caliente con lo que le hicieron; el próximo año van a faltar 5 o 6 mil millones de dólares que ya se gastaron ahora” Carlos Etchepare: “El productor está caliente con lo que le hicieron; el próximo año van a faltar 5 o 6 mil millones de dólares que ya se gastaron ahora” Carlos Etchepare, analista agropecuario, dialogó con Willy Kohan y equipo en Somos Nosotros sobre las últimas medidas del gobierno con respecto al campo. “La transferencia de dinero a los sectores concentrados generó bronca en el campo” Pablo Benetti, ingeniero agrónomo que trabaja en el norte entrerriano con pequeños y medianos productores, dialogó con el programa El Séptimo Día en Radio Plaza este domingo, analizó la crítica situación del sector, de las cooperativas lecheras y la dificultad para vender productos a precios rentables. El ingeniero agrónomo Pablo Benetti, integrante de la Federación Nacional Campesina, trabaja a diario con pequeños y medianos productores del norte entrerriano: La Paz, Feliciano, parte del norte de Federal y parte del norte del Departamento Paraná. En diálogo con el programa El Séptimo Día (Radio Plaza) este domingo, describió la difícil situación del sector. Apuntó a la baja del consumo y las políticas gubernamentales dirigidas a los grandes exportadores, la falta de liquidez en cooperativas lecheras y la dificultad para vender productos a precios rentables, así como los problemas de infraestructura y la preocupación por la eliminación de programas nacionales y provinciales de apoyo, lo que impulsa a familias a abandonar las zonas rurales. “Andamos en toda esta zona centralmente con los pequeños y medianos productores, asesorando a cooperativas. Estamos con la Federación Nacional Campesina y con algunos municipios viendo cómo acompañar distintos procesos productivos y a las familias en el medio rural para que no se vayan, y cómo cubrir algunos baches que dejó este gobierno nacional con la eliminación de un montón de institutos y programas que existían para acompañar a los productores y que hoy no existen”, dijo Benetti. —¿Cómo es la situación para que tengas que convencerlos de que no se vayan del campo? —Muchas veces se produce, y se produce muy bien. El tema es poder vender. Con la baja del consumo, que ha sido importante, una cooperativa tambera en la zona de Hernandarias hoy está abarrotada de queso porque no tiene dónde colocarlo. Han tenido que bajar el precio de la leche que le pagan al productor, en consenso con ellos, justamente para poder paliar esta situación. Es más, todavía no se ha terminado de pagar la leche de agosto, y estamos ya terminando septiembre. Se va pagando a mes vencido; la leche del mes anterior se paga al mes siguiente, pero siempre para el 15 del mes ya estaba pagado todo. Hoy, a veintipico de septiembre, todavía no se ha terminado de pagar la leche de agosto. La cooperativa es chica, mueve la plata a medida que va cobrando y no tiene espalda para bancar uno o dos meses de leche, y se le está complicando. Así les pasa a todos los pequeños y medianos productores de verdura o carne. El gobierno provincial lanzó un crédito suplantando la ley que el gobierno nacional eliminó. Pero hablando con los productores, te dicen: "Bueno, yo produzco más cordero, pero un cordero hoy hay que cobrarlo entre 5.000 y 7.000 pesos el kilo para poder cubrir parte de los costos". Estamos hablando de 100.000, 120.000 o 150.000 pesos un cordero, y es complejo que haya clientes que puedan pagar esos 150.000 pesos de una sola vez. Y así se complica con todas las producciones. Las medidas que toma el gobierno nacional no son justamente para sostener o fomentar, sino que están dirigidas a los grandes productores y a los grandes exportadores. Lo que sucedió esta semana fue tremendo: la transferencia de dólares del sector público al privado fue de cerca de 1.500 millones de dólares directamente a las exportadoras. Hicieron un negocio fenomenal porque, es muy probable, todo indica que sabían que la medida de retenciones cero se iba a lanzar el lunes. Si no, no se explica cómo en tres días lograron vender por 7.000 millones de dólares mercadería que ya tenían y que habían comprado a un precio con un 23% de retenciones. A la vez, vendieron soja y granos que no tienen, o sea, que van a salir a comprar ahora con las retenciones que volvieron. Fue un negocio fenomenal de diez grandes exportadoras, entre ellas las chinas y Bunge. —¿Las autoridades locales saben de la real dimensión de la crisis que contás que vive el sector? —A mí me consta en los lugares en los cuales uno trabaja. En el Departamento La Paz, con la municipalidad de Piedras Blancas, con las comunas de Ombú; en Feliciano, con la comuna de la Colonia 3 y 14 y la municipalidad de Feliciano, están muy preocupados y buscan alternativas para acompañar a esos productores, buscando financiamiento, dando créditos blandos, buscando alternativas para poder vender lo que se produce. Por ejemplo, acabamos de terminar la feria que se hace todos los viernes en la plaza de la Municipalidad de Piedras Blancas, donde los productores y emprendedores traen verduras, dulces y otras producciones para vender, buscando una alternativa para llegar al vecino. La provincia lanza ahora esta línea de crédito para ovinos pero, por otro lado, nos enteramos —y tengo entendido que no es oficial, pero es lo trascendido— que está por cerrar la Coordinación de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar, que justamente tendría que estar abocada a acompañar a los pequeños productores y agricultores familiares para sostenerse y mejorar su producción. Hoy eso no lo vemos desde la provincia; al contrario, el organismo que tendría que estar dedicado a eso lo están por eliminar, como eliminó Nación el Instituto Nacional de Agricultura Familiar, el Prohuerta y la Ley Ovina y Caprina. Tampoco se ha puesto presidente en el Instituto Nacional de la Yerba Mate para fijar el precio y que los pequeños productores yerbateros puedan tener un precio justo y el que cosecha pueda cobrar lo que corresponde. Hoy, los tres molinos más grandes fijan el precio de la yerba, y así sucede con la fruta, el limón y los cítricos. Se busca impulsar a los grandes productores y, el pequeño, si se puede sostener, se sostiene, y si no, como dijo el presidente, tendrá que hacer otra producción o se morirá. —Hablabas de contener a la gente para que no se vaya de su terruño. Recordaba una nota de Tirso Fiorotto sobre la "Entre Ríos que está afuera", con la cantidad de entrerrianos en distintos puntos del país. Muchos se fueron a buscar el sueño de Buenos Aires para habitar una villa e intentar subsistir, dejando pueblos casi vacíos. Lamentablemente, no se pone el foco en fomentar que uno se quede y pueda progresar en su lugar. —Sí, eso es tremendo. Desde la Federación Nacional Campesina planteamos que no es solamente el tema productivo, que busca que los compañeros y compañeras puedan desarrollar sus producciones de la mejor manera, sino también el tema de la conectividad, los caminos y la educación. Hoy el gobierno provincial está planteando cerrar 300 escuelas rurales. El número dos de Vialidad provincial (Alfredo Bel) decía que el 60% de los caminos están en situación crítica o deplorable. La Paz es el Departamento con mayor cantidad de kilómetros de caminos de tierra y son lamentables, ripios que se hicieron hace muchos años, nunca tuvieron mantenimiento y hoy están destrozados. Vialidad provincial no responde a las necesidades del productor. Los compañeros de la Colonia 3 y 14 están produciendo horticultura y tienen para vender, pero llueve y están cinco o seis días sin poder salir del lugar, no pueden llegar a San Gustavo a vender lo que producen, y eso se echa a perder. Es necesario mejorar los caminos, la educación, la conectividad. Hay que generar todo un plan sistemático que busque mejorar las condiciones para que el joven y la familia puedan quedarse en el medio rural, ni hablar de las cuestiones culturales y deportivas, que son muchas veces inalcanzables. —¿Y la salud? Porque llegar a un hospital con alguna enfermedad o una situación de urgencia debe ser difícil. —Tener que sacar a un enfermo en andas, caminando kilómetros para llegar a un lugar donde pueda acceder una ambulancia es algo común de escuchar en la zona rural. Los centros de salud existen, pero con los caminos en mal estado, los doctores o enfermeros no pueden llegar. También se siente la quita de medicamentos a nivel nacional y provincial, y de insumos. Por ejemplo, el tema del dentista o controles que se hacían antes y que hoy no existen más. Es todo un combo que lleva a que la familia, y más que nada los jóvenes, piensen en irse a las ciudades para encontrar otras alternativas que en el campo no encuentran. Hoy muchos se sustentan, y lo decimos con mucho dolor porque no es una cuestión que se buscó, gracias a la caza del ciervo Axis o de jabalíes silvestres, que se han multiplicado de una forma exponencial. Si no existiera ese ciervo, no tendrían acceso a carne para comer. Y muchos lo comercializan porque con eso también juntan un mango. Pero no tendría que ser así, ellos tendrían que vivir de su producción. Entonces, se complica la situación. —El campo o el interior apoyó masivamente en las elecciones 2023 a Javier Milei. Hoy, a menos de un mes de las elecciones, ¿cómo está el clima político o el ánimo para lo que van a ser los comicios del 26 de octubre?
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