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  • De cuánto es el saldo negativo de la tarjeta SUBE en octubre 2025

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 01/10/2025 15:09

    Vista de una tarjeta SUBE utilizada para abonar pasajes en colectivos y trenes urbanos (Télam) Desde hace años, la tarjeta SUBE constituye la herramienta central para el pago de viajes en el transporte público argentino en numerosas localidades urbanas y suburbanas. El sistema incluyó desde su lanzamiento un mecanismo de saldo negativo, definido como un margen de crédito ante emergencias o imprevistos que impiden realizar recargas. Este beneficio continúa vigente y desde octubre 2025 opera con montos específicos para cada tipo de servicio y para distintas regiones del país. Este crédito adicional, conocido también como saldo de emergencia, resulta fundamental para quienes viajan asiduamente en colectivos, trenes y subtes, ya que brinda la posibilidad de completar un trayecto cuando el saldo disponible en la tarjeta resulta insuficiente. El mecanismo solo se activa cuando el monto cargado baja de cero y permanece completamente operativo mientras el viaje solicitado no supere el límite del descubierto autorizado por el sistema. Montos permitidos de saldo negativo según servicio Para el mes de octubre de 2025, la Secretaría de Transporte fijó nuevos topes de saldo negativo para los diferentes modos de transporte del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y del resto del país. Según información oficial de la Secretaría y publicada en canales institucionales, los valores aplicables son los siguientes: $1.200 pesos para colectivos en todas las localidades que hayan adoptado el sistema SUBE, subtes en la ciudad de Buenos Aires y servicios de transporte público fluvial ofrecidos en el Delta dentro de la provincia de Buenos Aires (solamente en boleterías habilitadas). $650 pesos para las líneas de trenes metropolitanos del AMBA: Mitre, Sarmiento, Roca, San Martín, Belgrano Norte, Belgrano Sur y el Tren del Valle en Neuquén. $480 pesos específicamente para la línea de tren Urquiza, que mantiene este margen mientras se efectúan reemplazos tecnológicos en los molinetes de sus estaciones. La posibilidad de contar con saldo negativo se mantiene de manera uniforme en toda la red, aunque existen diferencias para adaptarse a las características y actualizaciones tecnológicas de cada ramal y región. Funcionamiento del saldo de emergencia en SUBE El mecanismo es claro: siempre que el valor del boleto requerido no supere el límite del saldo negativo habilitado, el sistema autoriza el acceso al transporte. Cuando el usuario efectúa la siguiente recarga, el sistema descuenta primero la deuda acumulada y habilita el nuevo saldo para viajes posteriores. El objetivo central del saldo negativo es evitar que los usuarios queden imposibilitados de viajar en situaciones de apuro o ante la imposibilidad de recargar la tarjeta, algo que puede ocurrir por múltiples razones técnicas o logísticas. El sistema utilizado por SUBE tiene alcance federal, con aplicación en capitales y ciudades del interior del país que hayan adherido a esta tecnología. En ciertos casos, cuando la tarifa mínima local supera el margen de $1.200 debido a sucesivas actualizaciones de precios, el descubierto no siempre cubre el costo total de un viaje, aunque persiste la intención de ofrecer ese crédito básico a todos los usuarios del sistema. Modernización tecnológica y nuevas herramientas digitales En los últimos años, el sistema SUBE ha pasado por distintas etapas de modernización, impulsando medios digitales y nuevas tecnologías para mejorar la experiencia y ampliar las alternativas de pago. Uno de los cambios más destacados fue la incorporación de la SUBE Digital, una opción disponible para teléfonos con sistema operativo Android 8 o superior, que posibilita el pago del pasaje apoyando el celular en los lectores mediante tecnología NFC. El sistema acepta nuevas formas de pago digital, aunque no cuentan con beneficios de SUBE En los dispositivos que carecen de NFC, el sistema permite generar códigos QR que luego se escanean en los validadores ubicados en colectivos y estaciones, agregando una capa de usabilidad adicional para quienes no disponen del plástico físico. La aplicación oficial SUBE también habilita la recarga del saldo empleando tarjetas de débito, transferencias bancarias o billeteras electrónicas, junto con la consulta en tiempo real del crédito disponible y la gestión de beneficios o descuentos. El usuario puede definir desde la misma aplicación si los subsidios como la Tarifa Social o descuentos por combinación serán aplicados a la tarjeta física o a la versión digital. En paralelo, la red de subterráneos de Buenos Aires incorporó progresivamente el pago con tarjetas bancarias y billeteras digitales, acompañando la tendencia internacional que promueve la diversificación de los métodos de pago y la disminución en el uso del dinero en efectivo o tarjetas físicas. Opciones vigentes para recargar la tarjeta SUBE Se mantienen diferentes alternativas para cargar saldo en la tarjeta, tanto de manera presencial como virtual. Los puntos físicos tradicionales, como los kioscos, estaciones y centros de atención habilitados, continúan operativos como la opción preferida por muchas personas. No obstante, registran un crecimiento constante las recargas electrónicas realizadas a través de cajeros automáticos, homebanking y aplicaciones móviles. El saldo abonado desde estos medios no se acredita de manera automática en la tarjeta, sino que requiere un paso adicional: la validación del importe en una Terminal Automática, un celular con tecnología NFC compatible, o directamente dentro del transporte mediante el apoyo de la tarjeta en la máquina del colectivo. La aplicación “Carga SUBE”, disponible actualmente para celulares Android, agiliza este proceso para usuarios que cuentan con la tecnología adecuada, ya que combina la recarga y la validación del saldo sin obligación de acercarse a una terminal, facilitando el acceso inmediato al crédito adquirido. Factores y limitaciones en el uso del saldo negativo El saldo negativo de SUBE cumple un rol de respaldo operativo, pero no se debe considerar una extensión habitual para el uso diario. Su función está limitada a resolver emergencias o circunstancias imprevistas, y la política oficial reafirma la recomendación de no abusar del recurso. En las localidades donde la tarifa mínima del transporte supera el margen del saldo negativo disponible, el crédito de emergencia no siempre alcanza para cubrir un viaje en su totalidad, por lo que los usuarios podrían necesitar recurrir de inmediato a una recarga para completar sus traslados. Esta situación se evidencia especialmente en ciudades del interior que hayan experimentado incrementos tarifarios recientes. Recorridos y tarifas vigentes en el transporte público del AMBA El valor del saldo negativo y su utilidad real pueden analizarse también en función de las tarifas que rigen para colectivos, trenes y subtes en el Área Metropolitana de Buenos Aires y otras localidades que utilizan SUBE. Las tarifas para colectivos, diferidas entre Ciudad y Provincia de Buenos Aires, presentan escalas según la distancia recorrida y el tipo de tarjeta utilizada (registrada o sin registrar). Los valores mínimos para recorridos cortos arrancan en $526,15 para colectivos urbanos en la ciudad, con SUBE registrada, y ascienden a $725,88 para recorridos de más de 27 kilómetros en la Provincia. Para los colectivos nacionales, la tarifa mínima parte de $451,01 y la máxima se ubica en $618,35 con SUBE registrada. En trenes, los boletos de la Sección 1 cuestan $280,00 con SUBE registrada y $560,00 con SUBE sin registrar, mientras la Sección 2 llega a $360,00 con SUBE registrada y $720,00 con SUBE sin registrar. El pago con dinero en efectivo se mantiene en $900,00 para ambos segmentos. La red de subte de Buenos Aires, por su parte, utiliza un esquema de tarifa variable según la cantidad mensual de viajes realizados, con el valor inicial fijado en $1.071,00 para los primeros 20 viajes y descuentos progresivos para trayectos adicionales. El Premetro fija el mismo valor para todos los usuarios, sin importar la cantidad de recorridos, y el boleto arranca en $374,85 con SUBE registrada. Diversificación de métodos y tendencias futuras Además de la creciente digitalización, las autoridades reafirman la vigencia de la tarjeta SUBE física, manteniendo operativos todos los canales de carga, acreditación y consulta. Sin embargo, la tendencia apunta hacia un uso cada vez mayor de métodos digitales que simplifican el acceso y ofrecen mayor flexibilidad en el pago del transporte. Las nuevas alternativas digitales como la SUBE Digital y el pago con QR posicionan al sistema argentino en la misma línea que otras grandes urbes del mundo, que adoptan soluciones tecnológicas para los desplazamientos urbanos. La estrategia continúa siendo ofrecer tanto medios tradicionales como electrónicos, asegurando acceso para todos los segmentos de la población. El saldo negativo, como crédito de emergencia ajustado periódicamente, constituye un recurso vigente en el sistema y funciona en sincronía con la modernización y diversificación de medios que atraviesa el transporte público argentino.

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