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» Nova Entre Rios
Fecha: 30/09/2025 22:03
Dueña de un canto único y de un plumaje brillante, esta especie típica de la Argentina se asocia a la vida en el campo, pero también sufre amenazas que ponen en riesgo su conservación. Entre las aves más emblemáticas del paisaje rural argentino, el jilguero dorado (Sicalis flaveola) destaca por su voz melodiosa y su colorido plumaje. Presente en casi todo el territorio nacional, excepto en sectores de la Patagonia, este pequeño pájaro de tan solo 13 centímetros es históricamente valorado tanto por su presencia sonora como por su belleza. También conocido como jilguero amarillo o botoncito de oro, el macho se distingue por su vibrante plumaje: una combinación de amarillo intenso en el pecho, garganta y vientre, con una frente que tiende al amarillo anaranjado. La hembra, en cambio, presenta tonos mucho más apagados, sin la característica coloración dorada del macho, lo que evidencia un marcado dimorfismo sexual. ¿Qué hace especial al jilguero amarillo? El jilguero dorado es un ave social, que suele moverse en pareja o formar pequeños grupos, incluso junto a otras especies como gorriones, tordos y mistos. Durante la época reproductiva, los machos pueden estar acompañados por varias hembras, un comportamiento que ha sido registrado por ornitólogos en diferentes zonas del país. A nivel sonoro, su canto es uno de los más reconocibles del campo argentino. Con trinos claros y variados, estas aves llenan el aire con una musicalidad que acompaña las estaciones cálidas. Su dieta se basa en semillas, especialmente de gramíneas, aunque también incluye insectos.
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