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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/09/2025 02:33
Hugo y Pablo Moyano, el 9 de julio pasado, en su último encuentro público Hugo Moyano está más activo que nunca. A los 81 años, el líder del Sindicato de Camioneros desafía a los que quieren jubilarlo anticipadamente con fuertes jugadas que está haciendo en varios frentes decisivos. Por un lado, presiona a sus colegas de la CGT para mantener en el futuro triunvirato a Octavio Argüello o ubicar a su hijo Jerónimo, como secretario de Juventud de la central obrera que se elegirá el 5 de noviembre, mientras, por otro, desplazó a dos dirigentes de Camioneros por motivos que estarían vinculados con la feroz interna de su gremio. Lo “peor” que le pasó en los últimos días, sin embargo, es haber tenido que festejar un resonante triunfo de su hijo Pablo, con quien sigue peleado desde que se enfrentaron en 2021 por el papel de una empresa de su esposa Liliana Zulet en el gerenciamiento de la obra social. Es que el sábado pasado salió campeón el club Deportivo Camioneros en la Primera C y de esa forma ascendió a la Primera B Metropolitana. Esa entidad deportiva está presidida por Pablo Moyano, actividad a la que se dedica a tiempo completo desde que renunció a la CGT y dejó de ir al sindicato. El equipo de fútbol Pablo le ganó por 3 a 1 a Ituzaingó en el estadio Hugo Moyano y en su formación jugaron dos de sus hijos, Facundo y Nicolás. Logró de esta manera ascender dos categorías en once meses. Y le está yendo mucho mejor en este club que cuando con su papá presidieron Independiente, al que dejaron con millonarias deudas y pésimos resultados deportivos. Pablo Moyano, en el festejo de Deportivo Camioneros En las redes sociales, el hijo mayor del líder de Camioneros celebró el campeonato ganado desde un video en el que incluyó también un mensaje político. “Esto nos da más fuerza en la parte deportiva en año que viene y nos da más fuerza para seguir confrontando a un gobierno gorila que tanto daño está haciendo al país, a los trabajadores, a los jubilados y a los discapacitados”, afirmó. Propuso a continuación “seguir peleando, luchando y militando para que el peronismo vuelva a ganar el 26 de octubre y que en 2027 tengamos un compañero o compañera al frente del país para empezar a darle soluciones a todos los argentinos”. Mientras Pablo Moyano celebraba, su papá llevaba adelante sus jugadas en la CGT y en Camioneros para no ceder posiciones y reforzar su poder. Deportivo Camioneros celebró en las redes el campeonato ganado En las negociaciones para la futura central obrera, que se elegirá el 5 de noviembre, Hugo Moyano apuesta a que Argüello, uno de sus dirigentes de confianza, siga en el próximo triunvirato, aunque esta posición choca con la que mantienen sus aliados en la CGT (“Gordos” e independientes), que promueven a sindicalistas más jóvenes como Cristian Jerónimo (empleados del vidrio) y Jorge Sola (seguros) para integrar el esquema de 3 cotitulares. El indicio más claro lo dio el propio líder de Camioneros cuando habló el 18 de este mes ante el Comité Central Confederal de la CGT y elogió en sugestivos términos a su representante en el triunvirato: “Muchas veces se destaca la actuación del compañero (por Argüello), pero quiero decir algo que es muy importante. El compañero viene de la actividad más humilde que tiene nuestra actividad, la recolección de residuos y, sin embargo, ha logrado ser diputado provincial, diputado nacional y hoy llega a la CGT. Porque conoce más que muchos de nosotros la realidad de lo que es vivir cuando el sueldo no alcanza”. Los conocedores de la interna gremial dicen que Hugo Moyano decidió el respaldo a Argüello luego de haber desistido de impulsar a su hijo menor, Jerónimo, para que sea secretario de la Juventud de la CGT, cargo que hoy ocupa Sebastián Maturano (La Fraternidad). Hugo Moyano, con su hijo Jerónimo y Octavio Argüello Sus aliados de la alianza “Gordos”-independientes no están de acuerdo y advierten: “A Hugo ya le pagamos bien apoyando a su hijo Huguito para que sea candidato a diputado nacional en estas elecciones, así que debería conformarse con otro puesto en la CGT”. Algunos dirigentes interpretan, en cambio, que Moyano presiona ahora por Argüello en el nuevo triunvirato sólo para lograr la Secretaría de la Juventud para Jerónimo, que está muy disputada: el hijo de Omar Maturano aspira a seguir en ese lugar y desde el barrionuevismo postularían a Gustavo Vila, el hijo de Daniel Vila, líder del gremio de Carga y Descarga. En estos días se intensificarán las tratativas entre los sectores sindicales para diseñar la nueva CGT, pero todo indica que Moyano dará pelea para mantener a Argüello o bien para nombrar a su hijo menor. Claudio Balazic, dirigente del Sindicato de Camioneros Mientras, el jefe de Camioneros hizo una maniobra en los últimos días que se asocia con su interna: desplazó a dos dirigentes de la comisión directiva del sindicato: el secretario Administrativo, Claudio Balazic, y el secretario Tesorero, Paulo Villegas. No está tan claro el porqué de la decisión, aunque fuentes que conocen la “patria camionera” deslizan que podría estar relacionada con manejos de fondos del gremio hacia el club Deportivo Camioneros. Según esta versión, que circula con insistencia, el detonante habría sido la supuesta crítica de Zulet hacia los dirigentes que habrían permitido que el club presidido por Pablo Moyano se convierta “en una vidriera de lo que es una buena gestión”. Las agitadas asambleas de trabajadores de recolectores de residuos que dejaron secuelas en Camioneros No son los únicos movimientos en Camioneros. También aseguran que estaría pasando un mal momento un dirigente clave dentro de la estructura moyanista que en su momento estuvo alineado con Pablo: se trata del secretario de la Rama de Recolección del sindicato, José “Teta” Garnica. Ya en noviembre pasado, Garnica estuvo en la mira porque lo acusaron de no haber contenido a los trabajadores de recolección de residuos de la Ciudad de Buenos Aires que promovieron asambleas en algunas empresas, sin el aval de los delegados, para protestar a los gritos y entre insultos por el acuerdo alcanzado entre Hugo Moyano y el gobierno de Jorge Macri por el cual no se pagarán indemnizaciones a los 6.000 empleados de la actividad. Ese entendimiento marcó el final de la llamada “Ley Moyano”, como le dicen coloquialmente a esa norma no escrita por la cual Camioneros lograba desde 1998 que cada vez una empresa ganaba una concesión de servicios o cambiaba de accionistas, despidiera al personal, lo indemniza y lo volviera a contratar. Hugo Moyano, en el Comité Central Confederal de la CGT El problema comenzó cuando Pablo Moyano, fiel a su estilo confrontativo, había advertido meses antes que “cuando se termine el contrato de la recolección, las empresas de la Ciudad de Buenos Aires van a tener que pagar la indemnización”, pero eso no sucedió por el acuerdo entre el gremio y el Gobierno porteño y, llamativamente, nadie se los anunció a tiempo a los trabajadores del sector, muchos de los cuales ya habían gastado a cuenta pensando en el resarcimiento económico que les correspondía. Por eso los gritos de “Pablito traidor” en boca de trabajadores de una empresa de CABA abrieron un conflicto inédito en donde Garnica finalmente encontró protección en Hugo Moyano. Pero ahora habría perdido posiciones en la interna de Camioneros y el número 3 del sindicato, Marcelo Aparicio, lo estaría marginando para favorecer al ascendente Ariel Cimino, delegado de Recolección de Residuos. Por ahora, ya desentendido de este complejo juego de poder e intrigas, el único que festeja algo en la periferia de Camioneros es un exiliado del sindicato como Pablo, alguien que terminó encontrando en el fútbol el reconocimiento que su papá le negó.
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