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» Diario Cordoba
Fecha: 30/09/2025 01:01
Conseguir que una empresa ordinaria contrate a personas con una discapacidad es difÃcil. Si la discapacidad es intelectual, el reto es aún mayor, ya que la mayorÃa de contrataciones que se realizan son para quienes sufren una discapacidad fÃsica. Sin embargo, no hay nada imposible, como llevan demostrando desde hace más de dos décadas en la asociación SÃndrome Down de Córdoba. En 2002, consiguieron que una empresa privada contratara por primera vez a uno de sus usuarios y aunque algunos de los que empezaron ya no están trabajando por distintas circunstancias, actualmente son quince las personas con sÃndrome Down que cada mañana se levantan en Córdoba para acudir a su puesto de trabajo. Empresas como Decathlon, Obramat, cafeterÃas Roldán, Clece, el colegio Alzahir o Cafento, entre otras, han dado el paso de incorporar a su plantilla, la gran mayorÃa con contratos indefinidos de media jornada, a personas con este perfil. Según Fabián Cámara, presidente de la asociación, «en SÃndrome Down consideramos que nuestros usuarios deben trabajar en un entorno normalizado, pero somos conscientes de que no se puede soltar a una persona en una empresa sin más y esperar que todo funcione sin problema». Para asegurar el éxito de la experiencia, la entidad cuenta con un equipo de preparadores laborales acreditados que se encargan de acompañar a sus usuarios en las empresas que los contratan para adaptar el puesto a sus necesidades y asegurarse de que puedan cumplir el trabajo asignado sin problema. «No hay un tiempo predeterminado porque cada persona es diferente, pero estamos con ellos el suficiente hasta que trabajan de forma autónoma», señala Cámara, «a partir de ese momento, hacemos un seguimiento de cada caso y si surge algún tipo de dificultad, acudimos para resolver el problema que sea». Padre de un hijo con sÃndrome Down que lleva seis años trabajando en la cafeterÃa del hospital Reina SofÃa, asegura que «tenemos una metodologÃa de apoyo laboral que implica la formación previa en actitudes como la puntualidad, la higiene correcta, enseñarles que tu jefe no es tu amigo y que no tiene que haber una relación de amistad o que tienen que acudir de forma autónoma a su puesto de trabajo con transporte público». Patricia Torrico es preparadora laboral en la asociación y ha trabajado, entre otros, con Daniel Manzano, de 32 años, el primero de los tres empleados con sÃndrome Down de cafeterÃas Roldán. «Antes, habÃa trabajado en la panaderÃa de Carrefour, es un chico que está muy motivado», explica, «fue aprendiendo las tareas a la vez que trabajaba y enseguida encajó con el resto de compañeros». Según Torrico, «el clima laboral gana mucho con nuestros trabajadores, son muy positivos, formales y muy productivos y constantes, se toman su trabajo muy en serio y a la vez son muy alegres», afirma, «las empresas que prueban están encantadas con ellos». Una norma clave es que solo el preparador laboral interactúa con la empresa, nunca la familia del usuario. En los últimos años, nuevas empresas se han animado a probar. El boca a boca ha hecho que otras compañÃas los busquen. «Nosotros nos encargamos de captar a empresas interesadas, pero cada vez más vienen ellas», señala convencido Fabián Cámara, «cualquier empresa tiene puestos adaptables a personas con discapacidad».
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