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  • REVIEW | Towa and the Guardians of the Sacred Tree - Un roguelite muy anime

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 29/09/2025 12:45

    Towa and the Guardians of the Sacred Tree, de Brownies. Con el paso de los años, el roguelike se consolidó como uno de los géneros más populares, ofreciendo decenas de títulos que, aunque con variaciones, comparten la misma premisa: partidas breves donde la derrota implica empezar de nuevo. Para mantener el interés, muchos juegos del género recompensan al jugador tras cada partida, incluso en la derrota, con mejoras que impactan en futuras partidas. En este contexto llega Towa and the Guardians of the Sacred Tree, un roguelite que logra construir una identidad propia dentro de un terreno dominado por nombres como Hades o The Binding of Isaac. Towa and the Guardians of the Sacred Tree, de Brownies. Una historia con peso mitológico El juego nos pone en la piel de Towa, una guardiana divina encargada de proteger la aldea de Sinju de Magatsu, un dios oscuro capaz de alterar la realidad. En esta batalla contará con la ayuda de los “hijos de la oración”, guerreros atemporales que desafían el paso de los años. La trama se nutre de viajes en el tiempo, lazos personales y sacrificios que buscan darle épica al enfrentamiento contra la oscuridad. La aventura gira en torno a nueve protagonistas: Towa —jugable a partir de cierto punto de la historia— y los ocho hijos de la oración, disponibles desde el inicio. Cada uno posee atributos, habilidades y ataques únicos, lo que abre un abanico de estrategias desde la primera partida. Towa and the Guardians of the Sacred Tree, de Brownies. Un sistema dual de combate Uno de los elementos más originales es la dinámica de llevar dos personajes en cada partida: el Tsurugi, responsable del combate cuerpo a cuerpo, y el Kagura, que actúa como soporte mediante magia ofensiva y defensiva. Ambos comparten una barra de vida y pueden ser controlados de forma independiente, aunque este control es opcional. En caso de no manejar al Kagura, seguirá automáticamente al Tsurugi, lo que a veces resulta injusto al recibir daño involuntario. El Tsurugi, además, cuenta con dos espadas: la Honzashi, especializada en daño directo, y la Wakizashi, más efectiva contra grupos de enemigos. Ambas se desgastan con el uso, obligando al jugador a alternar entre ellas para mantener la efectividad en combate. Towa and the Guardians of the Sacred Tree, de Brownies. La aldea como núcleo de progreso La aldea de Sinju funciona como centro de operaciones. Allí controlaremos a Towa, interactuaremos con los habitantes, avanzaremos en la historia y mejoraremos a nuestros personajes. Los recursos obtenidos en cada jugada pueden invertirse en objetos que aumentan las estadísticas individuales de cada héroe, o en la reconstrucción de edificios que facilitan las partidas. También es posible cumplir misiones secundarias o incluso probar suerte en un minijuego de pesca para conseguir materiales adicionales. La herrería merece mención aparte: a través de un minijuego en el que debemos calentar, afilar y trabajar las armas, es posible forjar y potenciar espadas con mejores estadísticas, un detalle que refuerza la inmersión y le da personalidad propia al sistema de progresión. Towa and the Guardians of the Sacred Tree, de Brownies. Un loop desafiante Al finalizar cada área de la partida recibiremos recompensas como runas —mejoras temporales que solo aplican durante esa partida—, objetos para potenciar a los personajes o recursos para la aldea. Periódicamente nos esperan jefes intermedios que otorgan premios de mayor valor, hasta llegar al jefe principal de la zona: derrotarlo implica completar la misión. La jugabilidad se destaca por su dinamismo: el cambio de espadas, la combinación con la magia del Kagura y la posibilidad de desatar un Fatal Blow al llenar la barra de energía hacen que cada enfrentamiento resulte intenso y variado. Towa and the Guardians of the Sacred Tree, de Brownies. Diseño de enemigos y balance En cuanto a enemigos, el juego presenta una buena diversidad tanto en criaturas menores como en jefes, aunque algunos patrones de ataque se sienten injustos, en especial porque el personaje de apoyo tiende a recibir daño involuntario. Este desbalance puede generar frustración en ciertos combates. Por el contrario, el apartado visual es uno de los puntos más fuertes: un estilo artístico que emula con precisión la estética de un anime, acompañado por escenas ilustradas y secuencias breves que refuerzan la narrativa y transmiten la sensación de estar dentro de una serie animada. Otro aspecto positivo es la opción de elegir dificultad. Además del modo normal, el modo fácil ajusta la resistencia de los enemigos tras cada intento fallido, algo poco común en el género y que permite a quienes priorizan la historia disfrutar de la experiencia sin tanta exigencia. Towa and the Guardians of the Sacred Tree aporta frescura a un género saturado gracias a su propuesta visual, su sistema dual de combate y la importancia de la aldea como eje de progresión. Sin embargo, el desbalance entre personajes y el papel del acompañante —que a menudo entorpece más de lo que ayuda— le impiden alcanzar su máximo potencial. Además, aunque la historia presenta momentos interesantes, en ocasiones recurre a ciertos clichés que le restan fuerza a su desarrollo narrativo. 7 Un roguelite que destaca A pesar de sus tropiezos, Towa and the Guardians of the Sacred Tree logra destacar entre las propuestas roguelike gracias a su propuesta visual, su combate y su progresión. Revisado en PlayStation 5 Plataformas: Nintendo Switch PC PlayStation 5 Xbox Series S Xbox Series X

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