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  • Triple femicidio: las consecuencias de un Estado ausente

    Parana » AIM Digital

    Fecha: 29/09/2025 08:39

    El brutal asesinato de Brenda, Morena y Lara expuso la fragilidad de los barrios más postergados frente al avance del narcotráfico y el retiro de las políticas públicas. En La Matanza, donde las jóvenes fueron vistas por última vez antes de ser halladas sin vida, vecinos y organizaciones sociales describen un panorama atravesado por el miedo, la desprotección y la ausencia del Estado. “Cuando el Estado se retira, aparece el narco” Desde la rotonda de La Tablada, epicentro de los primeros reclamos, una vecina recuerda las palabras del papa Francisco: “Cuando el Estado se retira, está presente el narco”. En las calles del barrio, el silencio convive con la bronca: “Estamos muy desprotegidas. No hay organizaciones que defiendan a las mujeres”, dicen. Otra vecina agrega: “Nos han abandonado hace rato. El barrio era bonito, hoy es un desastre”. Ajuste y abandono El complejo habitacional muestra rejas y murales, pero carece de mantenimiento. Allí crecieron las tres chicas. “El que mal anda, mal acaba”, dice un hombre, a lo que otro vecino retruca: “Nadie se merece eso”. El trasfondo es el mismo: falta de Estado y el avance de economías ilegales que suplen necesidades básicas. La Red de Docentes, Familias y Organizaciones del Bajo Flores lo advirtió hace tiempo: “Cada paso atrás que da el Estado en materia de políticas públicas es territorio cedido al narcotráfico, que hace años dispone de los cuerpos de las jóvenes como mercancía”. “Financia el narco” Victoria, trabajadora sociocomunitaria de La Matanza, describe la crudeza cotidiana: “Hoy en nuestros barrios no entran ambulancias porque tienen miedo. Si precisás un plato de comida, el que lo garantiza es un narco. Si hay que asfaltar una calle, lo hace el narco. Financian la vida cotidiana de los vecinos, entonces los terminan aceptando”. Margarita Zubizarreta, trabajadora social, añade: “Cuando el Estado desaparece, se borra el límite que ponía. Ahora las familias sobreviven en redes de narcotráfico y prostitución. Es una ola de violencia que rompe el lazo social”. Políticas desfinanciadas La psicóloga Florencia Fuertes coordina la Casa Esquina Libertad en la Villa 31, uno de los centros comunitarios que perdió financiamiento estatal. “Con dispositivos es una batalla acompañar a los jóvenes, peor aún si no los tienen. No es una elección. Se los culpa como si lo eligieran, pero es supervivencia”, cuestiona. Un Estado cómplice En Ciudad Evita, el párroco Daniel Echeverría resume: “El femicidio de estas tres chicas es muestra del fracaso de una sociedad que no sabe defender la vida. Si el Estado se corre, entra el narcotráfico. Donde no gobierna el Estado, gobierna un Estado paralelo. Y lo que no hagamos, en alguna medida, es complicidad”. El Episcopado argentino también reclamó “más presencia del Estado” frente al avance narco. Mientras tanto, en los barrios, queda el dolor y la certeza de un mensaje urgente: un Estado ausente se convierte en un Estado cómplice. Fuente: Tiempo Argentino

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