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Parana » AIM Digital
Fecha: 29/09/2025 05:00
Benito Spinoza, filósofo holandés de origen sefardí, fue expulsado de la comunidad judía de Amsterdam a los 23 años por sostener que la ley judía no es verdadera, que dios es asunto de la filosofía y que no hay vida después de la muerte. Por atreverse a pensar con su cabeza, la "herem" o excomunión que sufrió Spinoza es ejemplar: "Maldito sea de día y maldito sea de noche; maldito sea cuando se acuesta y maldito sea cuando se levanta; maldito sea cuando sale y maldito sea cuando regresa. Que el Señor no lo perdone. Que la cólera y el enojo del Señor se desaten contra este hombre y arrojen sobre él todas las maldiciones escritas en el Libro de la Ley. El Señor borrará su nombre bajo los cielos y lo expulsará de todas las tribus de Israel abandonándolo al Maligno con todas las maldiciones del cielo escritas en el Libro de la Ley". Los rabinos justificaron su decisión en la imposibilidad de "corregir" las "horribles herejías" en que incurría Spinoza, que a sus ojos empeoraban en vez de mejorar a pesar de los consejos. En su obra principal, la "Etica demostrada al modo geométrico", publicada post mortem, y en el "Tratado Teológico Político", que publicó anónimo, Spinoza analizó con rigor estos temas. El pueblo elegido Otra cuestión, que tiene actualidad ante la matanza en curso en Gaza, es la noción de "pueblo elegido". Spinoza afirma que dios no otorgó una elección especial y caprichosa a Israel, sino que la revelación bíblica es para un tiempo y lugar específico. El particularismo judío sería el que habría perpetuado la existencia judía a través del odio de otros, odio que sería el resultado de dicho particularismo. En el Deuteronomio, el quinto libro del Pentateuco bíblico, Yahvé reclama de Israel que ande sus caminos, observe sus leyes y mandamientos y que le obedezca. A cambio, en una especie de trueque, promete mantenerlo como su pueblo, exaltarlo en fama, renombre y gloria sobre todas las naciones; y convertirlo en un pueblo consagrado a él. En el Génesis 12:3 promete a Abraham bendecir a quienes lo bendigan, maldecir a quienes lo maldigan y, por su intermedio bendecir a todas las familias de la tierra. Este es el llamado "pacto abrámico", por el que Abraham debe convertirse en una bendición para todas las naciones. La tierra de Canaán, prometida a Abraham, fue conquistada con gran crueldad por Josué tras el éxodo de Egipto; la promesa de Yahvé era un "Gran Israel" que se extendía entre el Eufrates, en el actual Iraq, y el Nilo en Egipto. Según una interpretación, las dos bandas azules de la bandera de Israel representarían esos ríos. Religión, control y obediencia Spinoza considera que el valor de la fe no reside en la verdad de lo que afirma, sino en la obediencia a la que conduce. La fe religiosa, entonces, tiene una función de control social en manos de los sacerdotes, que comparten con los gobernantes. Los seres humanos tienden a actuar de acuerdo con sus creencias, que a lo largo de la historia han sido aseguradas en la mente de cada uno por la religión, con los instrumentos del miedo y la esperanza; y por los gobernantes mediante la persuasión o la coacción. Por eso las religiones han tenido una importancia preponderante como instrumentos de control social, que hoy están siendo complementados con otros de más sofisticación tecnológica. Las élites religiosas o políticas necesitan retener el poder de intermediación entre dios y los creyentes: Cualquier intento de llegar a la divinidad directamente, sin intermediación de una casta, ha tenido la reacción descalificadora de ésta. Política, control y obediencia La actual campaña militar contra los palestinos en Gaza y en Cisjordania, justo cuando las potencias occidentales empezaron a reconocer al estado palestino, trata de justificarse en las promesas de dios en la Biblia, que además de los sionistas tienen la adhesión de grupos de evangélicos cristianos sobre todo estadounidenses, que apoyan un genocidio entendiendo que el destino de Israel está vinculado con la segunda venida de Jesús. Los evangélicos creen que la existencia del Estado de Israel es un requisito para el regreso del mesías. Israel está gobernado actualmente por Benjamín Natanyahu, miembro del partido Likud, ultraconservador y supremacista. El origen del Likud es el partido revisionista o derechista Baitar, fundado por el ucraniano Vladimir Zeev Jabotinsky, que tuvo simpatías fascistas y se opuso al socialismo inicial de la colonización judía de Palestina. El Likud (Consolidación) considera que Israel, bajo la protección divina, no necesita respetar normas meramente humanas, como el derecho internacional, y puede ser injusto o algo peor a la vista de todos porque así lo quiere Yahvé, como lo demostró en el libro de Samuel respecto de los amalecitas. En esa ocasión, dios mandó a Saúl a matar a todos los hombres de Amalec (1 Samuel 15), las mujeres, los niños incluso los bebés, los asnos, las ovejas y los camellos. Netanyahu recordó esa orden cuando lanzó la campaña contra Gaza. Netanyahu practica una política de violencia, injusticia, irrespeto por las normas internacionales, desconocimiento de los marcos de acción frente al uso de la fuerza y violación abierta de los derechos humanos. Ha sostenido abiertamente un relato en el que reivindica a Israel como pueblo elegido y lo ha usado en su política contra los palestinos. Elegidos para controlar A pesar de que los dirigentes sionistas pretenden exclusividad, ha habido muchos pueblos y grupos religiosos que se han considerado y se consideran "elegidos de dios". Los más obvios fueron los monarcas antes del ascenso burgués en Europa, cuando decían ejercer un poder que les había conferido la divinidad, lo que establecía una diferencia abismal con la población común. La historia muestra castas políticas divinas, hijos de dios, linajes escogidos, sacerdocio real, hijos de la luz, etc, porque si se trata de justificar el poder necedades e ilusiones para formular doctrina de un lado y para creerla de otro no han faltado nunca. Los seres humanos sostienen como la evidencia misma la idea de su superioridad sobre el resto de los animales que pueblan la Tierra, idea en que la Biblia vuelve a tener parte. Pero también se aplican esas ideas dentro de la humanidad misma, como resultado de los complejos de superioridad y del egocentrismo La idea de "pueblo elegido" es un ancho camino al supremacismo, ya sea blanco o negro, judío, cristiano o musulmán. De la Redacción de AIM.
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