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» Diario Cordoba
Fecha: 28/09/2025 19:18
Vista Alegre volvió a vestirse de gala para recibir al campeón de Liga y el duelo no defraudó en intensidad, aunque sí en resultado (1-6). El Córdoba Futsal se encontró con un Jimbee Cartagena que llegó a la cita con toda su artillería -sumamente afinada, además-, decidido a confirmar su condición de vigente dominador del fútbol sala nacional. Y es que los blanquiverdes, aún con el recuerdo fresco del duro varapalo encajado en Son Moix, afrontaban la cita con el objetivo de rehacerse ante su gente, pero la pegada visitante acabó marcando la diferencia en todas las facetas. El choque nació vibrante, con intercambio constante de golpes y ocasiones en ambas áreas, hasta desembocar en una montaña rusa que tuvo de todo: madera, intervenciones decisivas y goles de calidad. Al final, la lógica se impuso y los de Emanuel Santoro terminaron castigados por la eficacia demoledora de un rival que no perdonó, abanderado por el exblanquiverde Muhamad Osamanmussa, que tampoco tuvo piedad y se apuntó un triplete. Máxima igualdad Tanto el rival como la ocasión, acrecentada en términos de ansiedad tras la goleada sufrida semanas atrás en Son Moix, pedían personalidad y Emanuel Santoro tomó buena nota de la demanda, así que salió con todo. Y es que el preparador argentino, que parecía haber encontrado su quinteto de confianza en citas anteriores, revolucionó el cinco inicial con la entrada de nuevas piezas a escena. En esa línea, el arco siguió siendo encargo de Fabio Alvira, con Murilo Duarte como principal escudero, si bien, salvo Javi Aranda -que se ha hecho fijo en este arranque de Liga-, para el resto de la receta tiró de novedades, con las irrupciones de Zequi y Nacho Gómez. Por el bando rival, el despliegue de estrellas internacionales también fue menudo. Bajo palos, el primer ejemplo, con Chispi -incluso antes que Chemi, meta de la selección española-, que saltó con Jesús Izquierdo, Miguel Ángel Mellado, Darío Gil y Waltinho por delante. Además, en la segunda unidad quedó reservado un viejo conocido: el pívot tailandés Muhamad Osamanmussa, que hace apenas dos mercados estivales cambió la casaca blanquiverde por la del combinado melonero. Porque la carta de presentación cartagenera era intimidante… Campeón de las dos últimas Ligas, campeón de las dos últimas Copas de España y, hasta el choque, también líder de la categoría. Así que tocó hilar fino desde bien temprano. Un disparo lejano de Víctor Areales a los segundos de encuentro -entró rápidamente para comandar la primera posesión- confirmó esa premisa. Con ciertos apuros embolsó Chispi, al igual que poco más tarde Fabio, ya de nuevo en el arco, deteniendo por abajo un potente disparo de Jesús Izquierdo. Otro le tocó al madrileño sacarle a Waltinho, que había salido enchufado por el perfil izquierdo visitante. Ni cinco minutos se habían cumplido en el reloj y la sucesión de ocasiones ya había sido menuda. Eso sí, sin cristalizar, o al menos hasta el momento. Un disparo cruzado de Zequi se marchó silbando la madera, precisamente, aunque más suerte tuvo Gon Castejón, que encontró en el cuerpo de Titi del Rey el camino para transformar su centro-chut en el primero de la tarde, obra del ala ex de San Lorenzo en propia portería. Lance del encuentro entre el Córdoba Futsal y el Jimbee Cartagena en Vista Alegre. / Manuel Murillo Había ritmo y los golpes volaban de un lado a otro, casi como si el encuentro fuera a acabarse antes del descanso. Al travesaño la mandó Osamanmussa, deshaciéndose de la marca de Murilo con un gran reverso. Calcada fue la que tuvo lances más tarde Carlos Gómez, en el otro arco, sacando un zapatazo directo al palo tras revolverse en una baldosa. Y Nacho Gómez, por su lado, no pudo dar dirección al envío de Titi para poner el empate en el marcador cuando Chispi ya se encontraba semi batido. Mucha ocasión y poco control era el argumento principal del primer acto, que no se movió de esos cauces. Murilo, en otro intento cruzado, cerca estuvo de reponer la igualdad, al igual que Darío, en clave contraria, que después de una acción personal volvió a encontrarse con la madera en lo que alguno ya cantaba como el 0-2 en Vista Alegre. Nada más lejos de la realidad, porque le tocaba castigar a los de Santoro: robó Tomás Pescio en una transición y definió con un trallazo en el mano a mano para poner el 1-1 que se mantuvo hasta la marcha a vestuarios. No perdona el Jimbee, ni Muhamad La reanudación no trajo más calma. Es más, todo lo contrario. Y es que en apenas un minuto de juego, Pablo Ramírez volvió a encender las alarmas con un disparo al travesaño tras ganarle la espalda a Murilo. Poco después fue Motta quien obligó a Fabio a intervenir con un potente lanzamiento en una jugada de estrategia. Pero el más acertado resultó Osamanmussa, que con un misil lejano a balón parado, desviado por Tomaz, acabó batiendo la portería cordobesa. De hecho, el propio tailandés volvió a golpear instantes después, cazando un rechace en otra acción de pizarra para firmar a placer el 1-3 frente a su antiguo equipo. La reacción cordobesa llegó rápidamente. Dos ocasiones relámpago dejó Nacho Gómez. La primera de ellas, además, con un posible gol fantasma que ni subió al electrónico ni se revisó en la mesa arbitral. Pero quedó en nada el asunto ante la pegada del cuadro melonero… Juninho se inventó un golazo de espuela para ensanchar la brecha, Muhamad rozó la red en un par de llegadas peligrosas, Tomaz firmó el quinto tras asistencia del asiático y el propio pívot, en estado de gracia, completó su triplete para colocar el 1-6 en su segundo regreso como rival a Vista Alegre. Los futbolistas del Jimbee Cartagena celebran uno de sus goles ante el Córdoba Futsal. / Manuel Murillo A partir de ahí, el desenlace fue escrito por la inercia. El Córdoba Futsal intentó al menos maquillar el resultado, pero el tanto del honor nunca llegó. Ni en acciones aéreas, ni a ras de suelo, ni en el mano a mano, ni siquiera a base de transiciones. El castigo, con todo, resulta evidente: los de Santoro, que encadenan ya dos derrotas seguidas, llevan la friolera de 14 tantos encajados entre el último par de compromisos.
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