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  • CABA vs Provincia de Buenos Aires: cómo el triple crimen de Florencio Varela expuso recelos y negocios

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 28/09/2025 13:28

    Los narcos operaban desde una villa porteña: levantaron a las tres mujeres en La Tablada y las masacraron en Florencio Varela. Otro dealer, domiciliado en Barracas, fue asesinado en Merlo. Otra banda ocultaba cocaína en una fosa de General Rodríguez, la trasladaba a un departamento cercano al Obelisco y desde allí generaba un estropicio en todo el Conurbano. Los ejemplos se acumulan y contradicen a los políticos que durante días volcaron las responsabilidades por delitos y cadáveres al otro lado de la General Paz: funcionarios bonaerenses acusando a los porteños y porteños respondiendo con las mismas recriminaciones. Pero el área metropolitana es un universo por el que circulan millones de personas y mercaderías cada día, marcado por recelos entre las autoridades y peleas por negocios entre la policía bonaerense y la Metropolitana, destaca un informe del periodista Hugo Alconada Mon publicado en el diario La Nación. “La connivencia entre la Policía metropolitana y los narcos es innegable”, dice un alto funcionario del Ministerio de Seguridad bonaerense al diario La Nación. “¿Vos querés que un operativo antidrogas fracase? Hacelo con la Policía bonaerense”, retruca un veterano del Ministerio de Seguridad porteño ante este diario. Pero ambos, pese a todo, coinciden en un punto: falta trabajo conjunto; falta confianza. “Empecemos por lo evidente”, plantea un exfuncionario porteño de peso. “La ciudad de Buenos Aires es como un acordeón en el que viven 3 millones de personas y al que entran y salen 3,5 millones de personas más todos los días. Hacés un retén en algún punto estratégico y podés terminar secuestrando 3 o 5 kilos de droga. ¡Imaginate la que circulará!”. No exagera. En febrero, un auto pasó una luz roja y la policía metropolitana lo persiguió hasta que chocó en Belgrano; en el baúl llevaba cinco kilos de cocaína. Un mes antes, un retén policial en Almagro detuvo una camioneta con 14 panes de cocaína y 130 dosis listas para su comercialización. ¿Total? 17 kilos. Notable o patético –o ambas cosas a la vez–, funcionarios, jueces, fiscales, expertos y académicos consultados por al diario La Nación coinciden al identificar los fuelles del “acordeón”. Son las avenidas y autopistas que ingresan y salen de la ciudad, con el Camino del Buen Ayre y, sobre todo, la autopista Presidente Perón señalada como la gran “ruta de la droga” del área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Un informe reservado de la Policía bonaerense desgrana esa autopista en cuatro tramos, según consta en la copia que obtuvo al diario La Nación. ¿Tramo 1? Ituzaingó, Merlo y La Matanza (Virrey del Pino, González Catán, Ciudad Evita y Laferrere). ¿Tramo 2? Ezeiza (Spegazzini, Tristán Suárez, Santa María y San Andrés). ¿Tramo 3? Cañuelas, San Vicente y Presidente Perón. ¿Tramo 4? Florencio Varela (Ingeniero Allan, Villa Brown, San Rudecindo, Barrio Pepsi, Pico de Oro y Santa Rosa) y Berazategui (Gutiérrez, El Pato y Hudson). Las rutas narco en el AMBA y el triple crimen Fuente: Datos de los ministerios de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires y de la Provincia de Buenos Aires, y del Ministerio Público Fiscal de la Nación / Diario La Nación. El triple crimen que acaparó la semana tuvo momentos clave en los tramos 1 y 4. Los sicarios de la banda que actúa desde la villa 1.11.14 del porteño Bajo Flores salieron de la ciudad, fueron a buscar a las tres mujeres junto a una rotonda de La Tablada, en La Matanza, y consumaron la masacre en Villa Vatteone, en Florencio Varela. Pero ese episodio no fue el primero de semejante crudeza. En octubre de 2023, por ejemplo, Alberto Maycoll Guzmán Sánchez, un peruano domiciliado en Barracas, apareció muerto, semidesnudo y atado de manos y pies con precintos y alambres, en un descampado de Merlo; lo mataron a golpes en lo que se calificó como una venganza narco. Al igual que en el triple crimen reciente, aquel asesinato incluyó una fase previa en la villa 1.11.14 y negocios ilícitos protagonizados por peruanos. Dos años y dos meses antes, en agosto de 2021, Florencio Varela registró cuatro muertos en un enfrentamiento entre bandas narco por el control territorial que alguna vez tuvo “Los Paisa”. La disputa se resolvió en minutos y con más de 50 balazos, en el barrio San Rudecindo, a siete kilómetros del lugar donde ocurrió la masacre más reciente. La “ruta de la droga” “La autopista Presidente Perón es la clave para entender el narcotráfico en el AMBA, con sus nodos para el mercado ilegal, por las bajadas clandestinas que tiene a lo largo del recorrido, y porque en varios tramos no tiene luces, ni cámaras de vigilancia”, resume el alto funcionario del Ministerio de Seguridad bonaerense, que apuntó contra la Casa Rosada. ¿Por qué? Porque el presidente Javier Milei suspendió todos los proyectos de obra pública, incluida la necesario para concluir esta autovía, y tampoco cede a la provincia la responsabilidad para terminarla. Desde el Ministerio de Seguridad que lidera Javier Alonso también se descargan contra los porteños. “Nos miran mal a nosotros, sí, pero ellos tienen el nivel delictivo más alto del país”, desafían, lo que es parcialmente cierto. La ciudad registra la tasa más alta de robos (2232) cada 100.000 habitantes, pero Santa Fe y Chaco lideran la tasa de homicidios en función de su población, según datos que compulsó el portal Chequeado en mayo. El exfuncionario porteño de peso dirige críticas a los bonaerenses, aunque admite sus propios problemas: “La ciudad es donde probablemente más cocaína se consume de todo el país; entre otros motivos, por el poder adquisitivo que tienen sus habitantes, en un contexto donde no hay una montaña o un mar que separe a la ciudad de la provincia: apenas una autopista”, planteó. “Las bandas son interjurisdiccionales, con hermanos, primos y amigos que viven de uno y otro lado, mientras que CABA y provincia no coordinan políticas públicas, tareas de inteligencia criminal, ni operativos”, reconoció. Los recelos entre las huestes de Axel Kicillof y Jorge Macri no impiden, sin embargo, las pesquisas de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), que conduce el fiscal Diego Iglesias. Procunar participa ahora en la investigación del triple crimen y ya intervino en la pesquisa que, hace poco más de una semana, motivó allanamientos en la Ciudad de Buenos Aires, en La Plata, en el Conurbano y en las cárceles de Sierra Chica y Florencio Varela. Entre las fuerzas, las desconfianzas sólo ceden en casos puntuales. Ocurrió esta semana cuando efectivos de la Policía bonaerense ingresaron en la villa 21-24 de Barracas con agentes de la Metropolitana como “acompañantes”, sin intervenir en los operativos. Pero lo habitual es que una y otra fuerza actúen a espaldas —o casi— de la otra. ¿Ejemplo? En mayo de 2022, la Policía porteña secuestró más de 100 kilos en Lomas de Zamora, bajo las órdenes del juez federal Ariel Lijo. Los cortocircuitos políticos, los recelos y las disputas por negocios entre fuerzas son apenas tres de los factores que explican el avance narco en el AMBA, entre muchos otros. “La constante ausencia del Estado en sus distintos niveles permite que esta cultura de la destrucción y la muerte crezca y avance sin freno”, lamentó el obispo de San Justo, Eduardo García, al frente de la diócesis donde viven las familias de las tres mujeres asesinadas. “La falta reiterada de políticas públicas se convierte, en la práctica, en complicidad”. Ese vacío comenzó a ser ocupado por el narco, advirtió el equipo de sacerdotes que trabaja en villas y barrios populares como el que albergaba a las tres mujeres asesinadas. “Empieza a tomar un lugar protagónico en la vida de nuestros barrios, con prestamistas, trata, soldaditos y muchas otras realidades”, desgranó. “Necesitamos un Estado presente, inteligente y efectivo”.

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