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  • Madre e hijo montaron una estafa piramidal que afectó a más de 100 personas

    Parana » Entreriosya

    Fecha: 28/09/2025 09:33

    En un caso que sorprendió a toda la provincia de Corrientes, una madre y su hijo serán juzgados por haber montado una estafa piramidal que afectó a más de 100 personas en la ciudad de Goya, dejando un saldo de alrededor de US$100.000 robados. La denuncia, que data de 2022, señala que los acusados, Gabriela Elizabeth Wihte (50 años) y Cristian Sebastián Dening (30), convencieron a los inversores de que su negocio era legítimo y seguro, cuando en realidad se trataba de un fraude diseñado para enriquecer a los estafadores. El juicio por esta causa está programado para comenzar el 20 de octubre, y será la oportunidad para que las víctimas que lograron acceder a la Justicia puedan enfrentarse a los responsables de este esquema Ponzi, que se extendió entre 2021 y 2022. A pesar de que solo un tercio de los afectados se animaron a denunciar la situación, la magnitud del fraude y las pruebas recabadas hasta el momento permiten un proceso judicial que podría tener repercusiones importantes para ambos acusados. El fraude: promesas de altas ganancias y vida lujosa El inicio de la estafa se remonta a cuando Cristian Sebastián Dening comenzó a presentarse en sus redes sociales como un supuesto “CEO” y “fundador de Tradeking”, un nombre de empresa que no tenía ningún tipo de respaldo legal. A pesar de no contar con ninguna formación oficial en finanzas ni ser reconocido por la Comisión Nacional de Valores, Dening se presentaba como un experto trader y asesor financiero, con un máster en comercio internacional y otras credenciales fabricadas. De hecho, el Banco Central lo había calificado como “persona de alto riesgo de solvencia”, lo que no detuvo a los inversionistas. A fin de ganar credibilidad, Dening alquiló unas oficinas cerca de la costanera de Goya, donde comenzó a recibir clientes y ofrecerles supuestas oportunidades de inversión. Sin embargo, los contratos eran completamente informales, sin ningún tipo de respaldo legal. La situación se agravó cuando los inversores comenzaron a recibir pagos iniciales que generaron confianza, lo que atrajo a más personas a participar en la estafa. A medida que la máquina de esquema Ponzi iba sumando nuevos participantes, también les ofrecían un 10% de comisión por cada persona que trajeran al negocio. La complicidad de la madre y la fuga internacional Lo que inicialmente parecía ser un engaño orquestado por Dening solo, pronto se descubrió como un esfuerzo conjunto con su madre, Gabriela Wihte, quien actuaba como intermediaria entre los inversores y su hijo. Mientras que Dening se encargaba de las maniobras financieras, Wihte organizaba reuniones tanto en su casa como en las oficinas alquiladas, donde lograba convencer a los posibles clientes de que su dinero estaba siendo invertido con éxito. A medida que los pagos a los inversores se fueron reduciendo, el flujo de dinero comenzó a declinar y Dening desapareció. Primero viajó a Charata, Chaco, y luego a España, donde permaneció hasta hace pocas semanas, cuando regresó a Goya para enfrentar el juicio. Por su parte, su madre también será juzgada como coautora del fraude, ya que participó activamente en la captación de inversores. Fuente: La Nación Podes comentar y leer comentarios sobre esta noticia mas abajo

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