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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/09/2025 04:40
El momento en que se intentó atentar contra Cristina Kirchner El juicio por el intento de asesinato de la ex presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner terminará el próximo 8 de octubre, fecha prevista para el veredicto de la Justicia sobre Fernando Sabag Montiel y Brenda Uliarte, quienes recientemente pidieron ser absueltos alegando condiciones psiquiátricas. La entonces vicepresidenta al momento del atentado puede pedir permiso para dejar la prisión domiciliaria en San José 1111 y asistir a la última audiencia del proceso. Infobae consultó con allegados si tiene intenciones de hacerlo, pero de momento lo descartaron. Es un capítulo en su vida que “necesita dejar atrás”, explicaron. El Tribunal Oral Federal N° 6 escuchará las últimas palabras de los acusados y luego pasará a deliberar. Durante el debate oral se discutieron los hechos ocurridos en la noche del 1 de septiembre de 2022, cuando Sabag Montiel y Uliarte se infiltraron entre una multitud de militantes que acompañaban a Fernández de Kirchner en Juncal y Uruguay, Recoleta, donde vivía la exmandataria. La segunda parte del caso, que apunta a determinar si existieron autores intelectuales detrás de los ejecutores, todavía está bajo investigación en el Juzgado Federal N° 5 de María Eugenia Capuchetti. Un reciente peritaje de Gendarmería favoreció al diputado nacional Gerardo Milman, a quien un testigo señaló luego de -supuestamente- escuchar que dijo: “Cuando la maten yo voy a estar camino a la costa”. Fernando Sabag Montiel en la sala de audiencias de Comodoro Py (Foto: Maximiliano Luna) Uliarte y Sabag Montiel están presos en el Complejo Penitenciario Federal de Ezeiza. En sus días de detención, el hombre que le apuntó en la cabeza a la expresidenta nunca recibió visitas, solo atendió unos pocos llamados al teléfono fijo que tiene en el Hospital Central, donde se encuentra aislado del resto de la población. Desde ese lugar concedió una entrevista a Infobae, a días de conocerse la sentencia: “Cuando salga voy a ser el presidente de los argentinos”, dijo. El juicio El debate comenzó el 26 de junio de 2024, y contó con sorpresas y jornadas atípicas desde la primera audiencia. Sabag Montiel se había negado a declarar durante la instrucción, pero eligió romper el silencio el primer día de juicio. “Yo la quería matar y Brenda quería que muera”, confesó ante los jueces Sabrina Namer, Adrián Grünberg e Ignacio Fornari. Luego le preguntaron en qué consistía el atentado, y ratificó -con sorna, por la obviedad de la consulta- que el plan en todo momento fue “matar a Cristina”. “Yo la quería matar y Brenda Uliarte quería que muera”, dijo durante el juicio No obstante la confesión, su defensora María Fernanda López Puleio desarrolló una estrategia doble para pedir que lo absuelvan. Por un lado, la abogada pidió que lo declaren inimputable por sus condiciones mentales, al entender que fue “esclavo de su delirio”. Por otro, argumentó que se está juzgando un “delito imposible”, dado que la pistola Bersa calibre 32 que usó en el atentado “nunca tuvo bien colocado el cargador, ni bala en la recámara”. Para sostener que el disparo nunca pudo haber salido, la defensora mostró en sus alegatos una foto del arma en el suelo, justo después de que la militancia detuviera y entregara a la policía a Sabag Montiel. En la misma se puede ver el cargador salido. La foto del arma que la defensa de Sabag Montiel presentó durante el juicio Infobae consultó a fuentes judiciales con acceso al expediente respecto de esta imagen, y sostuvieron que la misma no está incorporada formalmente a la causa. Pocos días después de la confesión de Sabag Montiel, fue el turno de la indagatoria de Brenda Uliarte. Aceptó responder preguntas, pero se arrepintió a los pocos minutos. Aquel día se la vio mareada, definió a su exnovio como un “manipulador” y un “convicto”, y tuvo problemas para recordar dónde trabajaba y cuántos años tenía. Su entonces abogado, Alejandro Cipolla, le preguntó para orientar su declaración: “¿En qué consistió el suceso que se discute, qué participación tuvo?”. Brenda contestó: “Partícipe y encubridora… Pero, no soy, eh…”, luego hizo un silencio e interrumpió su relato. Tras una deliberación del Tribunal con las partes, Uliarte pidió no seguir declarando. Sus comportamientos extraños volvieron a aparecer varias veces. La jueza Namer le llamó la atención a Uliarte en varias oportunidades Mientras transcurría el debate hizo ademanes, gesticulaciones, y risas fuera de contexto. También agredió físicamente a Gastón Marano, el letrado del “jefe de los Copitos”, Nicolás Carrizo -a quien le retiraron la acusación y será absuelto-. Por esta razón, Brenda afrontó un peritaje psiquiátrico del que participaron ocho expertos, cuyo informe fue avalado por todas las partes. Los especialistas definieron su comportamiento como un “cuadro sucio”, que no se asimila a ninguna patología definida. Indicaron también que Uliarte tenía una “propensión a conductas de actuación”. Pese a esto, el actual defensor de la acusada, Eduardo Chittaro, insistió con que debe ser absuelta por sus condiciones psiquiátricas. Durante sus alegatos, el abogado de Uliarte también defendió otra hipótesis para exculparla: “¿No será que Uliarte se sorprendió de lo que hizo Sabag?”, propuso a los jueces. La idea de que ella llegó a Juncal y Uruguay sin saber del plan criminal ya había sido postulada en un escrito que presentó durante la instrucción, pero que tampoco se incluyó como prueba al expediente. En ese documento apuntó contra Sabag Montiel y lo vinculó al diputado Milman y a su asesora, Carolina Gómez Mónaco. Una de las fotos de Brenda Uliarte armada que se encontró en el celular secuestrado Para la Fiscalía, las pruebas acreditaron suficientemente el rol de Brenda Uliarte. Se pudo confirmar que estuvieron juntos el día previo, cuando él fue al domicilio de la exmandataria para “estudiar el panorama”, y también durante el atentado. La acusación la ubicó a escasos metros de Sabag Montiel cuando gatilló, y según se sostuvo en los alegatos, ella estaba grabando con su celular para “inmortalizar” el magnicidio. En varios chats hablaron de “pegarle un corchazo” a la vicepresidenta. El 30 de agosto, Sabag fue a la esquina de Juncal y Uruguay con sus algodones de azúcar y vio que estaba firmando libros sin vallado. Cuando se lo contó a su novia, ella respondió: “Era el momento de ir y pegarle un corchazo”. La fiscal general Gabriela Baigún pidió condenas de 15 y 14 años respectivamente para Fernando Sabag Montiel y su expareja, Brenda Uliarte. Discurso de odio y violencia de género Cuando declaró como testigo, en agosto del año pasado, Cristina Kirchner empezó su testimonio con el contexto que rodeó al intento de magnicidio: “Es público y notorio, inclusive después de la pandemia, que los episodios fueron in crescendo. Pusieron guillotinas en la Plaza de Mayo, a mi casa venía gente que ponían marchas militares e insultaban”, expresó. La declaración de Cristina Kirchner en Comodoro Py A esto le sumó lo que, según consideró, fue un detonante: el alegato del fiscal federal Diego Luciani en la causa Vialidad, por la que hoy está presa. El acusador concluyó su exposición ante el Tribunal Oral Federal N° 2 diez días antes del atentado. “Luciani contribuyó a la violencia política. Tuvo prime-time durante 22 días cuando acusó de corrupción, no a mí, al peronismo. Eso motivó manifestaciones en la puerta de mi casa que finalmente concluyó con el tiro fallido, con la bala que no salió”, sostuvo la expresidenta. Esta interpretación de los hechos fue ratificada por la defensa de Fernando Sabag Montiel. Para la abogada López Puleio, el alegato de Luciani “se inscribe en un momento de creciente violencia política”, ya que existía “una rueda cada vez más grande de discursos de odio, que venían de agrupaciones anticuarentena y antivacunas”, desde donde “proclamaban la muerte de los K”. La defensora del principal acusado incluso presentó en su alegato una línea de tiempo con las palabras de Luciani como punto de partida. La defensa mostró una línea de tiempo y habló de una insistencia permanente de Sabag Montiel para que lo defienda el fiscal Luciani Durante el juicio también se comprobó que Uliarte había participado en manifestaciones de la organización de ultraderecha Revolución Federal. Tenía la idea de que “para limpiar Argentina hace falta que corra sangre”, según expresó en mensajes de texto. Respecto de Sabag Montiel, entre sus pertenencias encontraron material sobre ideología nazi. Un informe del Museo del Holocausto concluyó que la mayoría de sus tatuajes e imágenes en su celular eran compatibles con el nazismo y grupos de ultraderecha. En su indagatoria reconoció que pudo prever que el asesinato de Fernández de Kirchner desataría “una desestabilización, una guerra civil”. En todo este marco es que la fiscal Baigún pidió condenar a ambos con el agravante de haber sido perpetrado mediando violencia de género en su modalidad de violencia política. Esa calificación fue discutida por ambas defensas. “Esperamos que vuestras excelencias no tengan el privilegio de ser los primeros jueces de la República Argentina en condenar a una mujer por un femicidio, en este caso en grado de tentativa”, reclamó el defensor Chittaro ante el TOF N° 6 en la última audiencia. Sabag Montiel habló desde la cárcel Fernando Sabag Montiel Durante un cuarto intermedio en una de las últimas jornadas del juicio, Infobae accedió a la sala de audiencias para tomar fotografías y fue entonces cuando el principal acusado mostró un papel con un número escrito. Era el teléfono a través del cual, días más tarde, dialogaría con este medio. Sabag Montiel atendió el llamado desde el Hospital Central Penitenciario de la cárcel de Ezeiza, donde contó que permanece “secuestrado, aislado del resto de los presos, sin celular y mirando la televisión todo el día”. La absolución de Carrizo despertó en él la teoría de que van a asesinarlo. Según contó, hay un supuesto complot orquestado por la expresidenta para vengarse de él. — ¿Qué querés contarnos? — A mí me quieren mandar a Brasil, me quieren desaparecer. Cristina le pagó a Carrizo para plantar un arma. Él es kirchnerista, prácticamente todo su entorno es kirchnerista. Y los jueces también son kirchneristas. La fiscal Biagún es kirchnerista. Lo que quieren hacer es que la policía me mate, me desaparezcan y decir que el arma era de Milman. Milman es un perejil, ¿se entiende? Me matan a mí con esa arma y se la plantan a Gerardo Milman, como hicieron con Alberto Nisman. Es la misma fórmula, el mismo modus operandi que usaron con Nisman y Diego Lagomarsino. Quieren decir que yo fui un sicario de Milman, pero a mí no me pagó nadie. Esto lo hice solo con Brenda. — Contame mejor esto del arma. ¿Por qué decís que te quieren desaparecer? Porque Cristina quiere venganza. O sea, Milman no tiene razones para matarme porque es un perejil, pero Cristina sí. — ¿Y por qué con un arma de Carrizo y no de cualquier otra forma? (NdR: Nicolás Carrizo será absuelto. No se pudo demostrar que alguna vez haya tenido una pistola) — Porque esta es la forma más fácil de inculpar a otro y quedar ella exenta. Si a mí alguien me mata de frente, como hice yo, que fui y le quise disparar de frente, el problema me lo como yo. Pero si yo involucro a terceros, Cristina se lava las manos... — No termino de entender por qué alguien querría matarte exactamente con esa pistola y no de cualquier otra forma. — Porque la Policía, si te mata con su propia arma, van presos, y la Policía no quiere ir presa. Si yo te mando matar, no te mando matar con un arma que está a nombre mío. Te mando a matar con el arma de un boludo, entonces va preso el boludo. Fernando Sabag Montiel muestra un mensaje que dice "Me tienen secuestrado" en el comienzo del juicio. REUTERS/Tomas Cuesta — ¿Sentís que te traicionaron Brenda y Carrizo? — Coimearon a todo mi entorno. Brenda era libertaria, eso es verdad. Pero el padre y la familia era toda kirchnerista. Brenda está del lado de ellos también. Quieren usar a Brenda y Carrizo para culpar a Milman. Todos están en contra mío y comprados por Cristina. — ¿Por qué hay un complot en tu contra? — A ver, capaz que el hecho de atentar contra una persona es como... Me ven como una persona demonizada, ¿no? Una persona ruin, que no es digna, ¿viste? Entonces, capaz que por esa razón ellos se terminan vendiendo, simplemente porque son pobres. Yo no soy pobre. ¿Entendés? Ellos tienen necesidad. Carrizo vive en Morón, Brenda vive en San Miguel, en una villa. O sea, ellos no tenían plata. — Entonces tu entorno, los jueces, los fiscales, ¿todos están comprados? Todos, todos. Vos no podés ir contra el poder del Estado. ¿Quién se va a poner en contra de Cristina? ¿Quién va a estar del lado de un chabón como yo? Brenda Uliarte, en los tribunales de Comodoro Py. REUTERS/Tomas Cuesta — La fiscal Biagún tomó en cuenta tu falta de arrepentimiento para agravar el pedido de pena. ¿No te arrepentís? — Mirá, la motivación de esto es que yo soy parte de la profecía del Hombre Gris, alguien que iba a ser el futuro presidente de los argentinos. Mucha gente habla de eso y cree que es Milei el Hombre Gris. La fiscal me quiere hacer pasar por loco, como que lo del Hombre Gris es un invento, es una mentira, una falacia, un delirio crónico. La profecía dice: “El hombre gris va a fallar su misión”. O sea que el disparo no va a salir. Y dice que el hombre es apolítico. La fiscalía nunca lo va a tomar como prueba, entonces te quieren vender la mentira de Gerardo Milman o que yo tengo que ver con algo de la política. — ¿Por qué crees que no salió el disparo? — Por eso, porque la profecía dice: “El Hombre Gris va a fallar su misión”. Imaginate si yo la mataba, no me podía convertir en el presidente de la Argentina después. — Entonces no solo creés en la profecía. Vos mismo serías el Hombre Gris. — Sí, porque es mi misión. Es lo que estoy llamado a hacer. A ver, ¿quién va a salvar a la Argentina? Ni Milei ni Cristina lo pueden hacer. Todos los que están en la Libertad Avanza son todos menemistas. Están todos investigados, están todos en el horno. ¿Quién va a salvar a la Argentina? Nadie. La Argentina va a seguir en un ciclo de decadencia y no se va a curar nunca. — Y querés hacerlo vos cuando salgas y seas presidente. — Sí, obviamente. Cuando salga voy a ser presidente, la gente lo va a aceptar. Pero quiero dejar todo en claro esto, que Cristina me quiere matar. Yo por eso quiero parar y anular el juicio, que tenga nulidad. Porque está todo comprado. A ellos no les importan los 15 años. Ellos prefieren verme muerto, no preso. — Vos también la querías a Cristina muerta y no presa. — Eso ya pasó, ya está, ya quedó. No tuvo efecto. En cambio, conmigo, lo siguen intentando, lo siguen planeando. Yo corro un riesgo de muerte, ella no. — Lo último que quiero preguntarte es por el reseteo de tu celular. ¿Qué había ahí? ¿Qué opinás de que no conozcamos esas pruebas? — A Alberto Nisman le hackearon el celular para que no aparezca que él recibía amenazas telefónicas. Digamos, se cumplió el mismo modus operandi. Se rompió el teléfono para que yo no pueda demostrar mi inocencia y que no tengo vínculo con nadie. Múltiples exámenes periciales, incluyendo los del Cuerpo Médico Forense (CMF), concluyeron que Sabag Montiel no presentaba alteraciones psicopatológicas que configuraran un trastorno que lo volviera inimputable. Seis profesionales más de la Unidad Federal de Perfil Criminal y de la querella arribaron a la misma conclusión. Sin embargo, los peritos de la Defensoría General de la Nación presentaron una opinión que difería. Dijeron que padece un “trastorno delirante crónico con ideas polimorfas” y que sostiene ser “el hombre gris” de las profecías de Benjamín Solari Parravicini. Los peritos que rechazaron el delirio explicaron que Sabag presentaba rasgos compatibles con una personalidad narcisista, con afán de notoriedad, y que su sistema de creencias no tenía el carácter irreductible propio de un trastorno delirante, sino que podía rectificar sus dichos para buscar aprobación. El celular de Sabag Montiel El momento de la apertura del sobre para peritas el teléfono de Sabag Montiel Cuando Sabag Montiel fue detenido en Juncal y Uruguay, tenía el teléfono apagado. Un policía retiró el porta SIM y las tarjetas Micro SD y SIM, colocándolos en un sobre de papel madera. Este, a su vez, fue introducido en un bolso Faraday para inhibir cualquier señal que pudiera emitir o recibir el dispositivo. El primer peritaje fue realizado por el cabo Alejandro Heredia, de la PFA, en el Juzgado Federal N° 5 de Comodoro Py. Mientras el celular cargaba su batería, el perito logró realizar la extracción forense de la tarjeta MicroSD y la tarjeta SIM, obteniendo información de ambos elementos. De ahí se recuperaron algunos mensajes, fotos y videos. Una vez que el celular tuvo suficiente batería, Heredia intentó la extracción forense del contenido principal, pero el software UFED 4PC no pudo desbloquearlo, ya que no logró sortear la clave por patrón. Entonces se decidió trasladarlo a las oficinas de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Allí empezarían los supuestos problemas en la cadena de custodia. El teléfono fue colocado en un sobre por un secretario de la jueza Capuchetti y luego entregado a la cabo Priscila Santillán para su traslado. Heredia declaró haber entregado el teléfono apagado. Sin embargo, al llegar a la PSA, el personal notó que el sobre que lo contenía estaba abierto y que el celular se encontraba encendido. Además, el teléfono presentaba en la pantalla el error “Warning: CMDLINE Parameter”, lo que implica que el dispositivo estaba imposibilitado de finalizar su encendido, quedando “congelado”. Para intentar sortear este error y poder realizar el peritaje, los expertos de la PSA llevaron a cabo prácticas forenses que provocaron el reseteo a valores de fábrica del teléfono. Esta acción resultó en la pérdida total de la información. Un especialista que declaró en el juicio explicó que este reseteo pudo no haber sido intencional, ya que con la manipulación durante una pericia o a la interacción con la herramienta UFED los expertos “juegan al límite para intentar sortear las medidas de seguridad”. El pasado mes de julio la Cámara Federal de Casación Penal confirmó el sobreseimiento de los peritos involucrados y cerró la causa que investigaba la pérdida de información del celular de Sabag Montiel.
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