25/09/2025 16:45
25/09/2025 16:44
25/09/2025 16:43
25/09/2025 16:42
25/09/2025 16:42
25/09/2025 16:41
25/09/2025 16:41
25/09/2025 16:40
25/09/2025 16:39
25/09/2025 16:39
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 25/09/2025 14:32
Hay que haber estado ahí cuando arrancaba la democracia en la Argentina. Hay que haber tenido que tomar decisiones sobre quienes habían violado los Derechos Humanos de manera horrorosa y tomarlas mientras se gobierna el país que quedó. Hay que haber estado ahí cuando un grupo de militares se alzó contra esa democracia en pañales. Todo eso le pasó a Horacio Jaunarena. Y lo cuenta en La casa está en orden, un libro que ahora se edita como un ebook gratuito. La casa está en orden Por Horacio Jaunarena eBook Gratis Descargar A partir de su rol como ministro de Defensa de Raúl Alfonsín, Jaunarena reconstruye desde adentro episodios clave como los juicios a las Juntas, el debate sobre la Ley de Punto Final y la crisis de Semana Santa. El relato pone en foco las contradicciones de una transición cargada de desafíos inéditos: la exigencia de justicia frente a los delitos de la represión, la presión de los sectores castrenses y la apuesta por salidas democráticas frente a viejas lógicas de violencia e impunidad. Estas ocho frases seleccionadas del libro permiten acceder al pensamiento del autor sobre la dificultad de juzgar el pasado, el costo de la normalización institucional y el aprendizaje político tras el ciclo de dictaduras y gobiernos civiles. De “La casa está en orden” 1) Excesos “¿Cómo sancionar a quien había cometido un exceso cuando el exceso estaba implícito en la misma orden? ¿Qué se penaba, el exceso más allá del exceso? Naturalmente, existían unas acciones infinitamente más repugnantes que otras dentro de lo que eufemísticamente se denominaba ‘metodología de lucha contra la subversión’, pero todas –por ejemplo, allanar una casa sin orden y secuestrar una persona– en el plano jurídico serían caracterizadas como excesos." 2) Juzgar a las Juntas “Si nos propusiéramos escribir la historia de las violaciones a los derechos humanos a lo largo del tiempo, veríamos que éstas terminaron invariablemente impunes, confiando en la fuerza inevitable del olvido. El gobierno de Alfonsín se encontró con un pasado atroz e inmediato. Y ensayó un modo diferente de suturar las heridas y procurar que estas tragedias no volvieran a repetirse en Argentina: implementó el juzgamiento a los responsables de tanta muerte, tanto de los que comandaron las Fuerzas Armadas durante la represión como de los que condujeron las organizaciones guerrilleras de aquella época.» 3) Qué deben hacer la Fuerzas Armadas “Durante el transcurso de los intensos años de la transición a la democracia se ha podido observar que desde los gobiernos civiles se tiene muy claro lo que las Fuerzas Armadas no deben hacer, y esta realidad ha sido asumida también por los hombres de uniforme. Pero con la misma claridad debe planificarse lo que sí deben hacer, y cómo deben hacerlo. Ésta es una tarea pendiente en Argentina, que debe abordarse dejando de lado prejuicios y atavismos que tienen que ver con escenarios ya superados por un mundo dinámico y en permanente cambio.» El Juicio a las Juntas, un momento fundamental para la democracia argentina. (EFE/ArchivoTelam) 4) El fracaso del Punto Final “La llamada Ley de Punto Final era un fracaso absoluto y había producido los efectos exactamente inversos a los esperados. El gobierno pagó un enorme costo político con una normativa que, lejos de serenar los ánimos y encauzar las causas judiciales, reavivó los malestares y colocó la situación en un lugar peor del que estaba antes de su sanción.» 5) Una transición difícil “La experiencia de la transición a la democracia en Argentina no estaba previamente escrita ni tenía un curso inevitable. Fue un camino que recorrimos tramo a tramo, abriéndonos paso en territorios desconocidos, con la convicción de que debíamos encontrar respuestas nuevas para los tremendos desafíos que afrontábamos y que habríamos de afrontar antes de entregar el gobierno a un nuevo presidente elegido libremente por la ciudadanía.» Alfonsin con Horacio Jaunarena, su viceministro de Defensa 6) ¿La casa estaba en orden? “La frase fue dicha con la emoción y la satisfacción de un hombre que había vencido una amenaza institucional a ese gobierno, su gobierno, después de tantos años de dictaduras y tutelas autoritarias. Un hombre que, a pesar de los contratiempos, había logrado rendir a los militares amotinados sin violencia y sin armas: con el solo poder de la palabra y de la legitimidad de ser el elegido por el pueblo argentino para llevarlo definitivamente por el camino de la democracia.» 7) Perder para ganar “Nuestra derrota electoral era nuestro mayor triunfo. Con la muerte de Raúl Alfonsín, veinte años más tarde, una multitud salió a las calles a despedirlo y me pareció reconocer en ese episodio algo de aquellos primeros sueños.» 8) Una época difícil “He pretendido despojar este relato de todo carácter sensacionalista o autocomplaciente para que el lector pueda juzgar desapasionadamente nuestros aciertos y nuestros errores. Sólo pido que, cuando lo haga, los considere y los mida con los parámetros y las realidades de la época en que ellos sucedieron, teniendo en cuenta que el camino que estábamos recorriendo era nuevo, con pocas señales para orientarnos, y muchas veces en el medio de oceánicas soledades.»
Ver noticia original