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» Elterritorio
Fecha: 25/09/2025 13:21
Nicolás Ramón Vera fue hallado culpable del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia y amenazas coactivas contra la hija de su ex pareja. Los abusos fueron cometidos en 2022 en San Vicente. miércoles 24 de septiembre de 2025 | 15:00hs. Vera se dijo inocente hasta último momento. //Fotos: Cristian Valdez. El Tribunal Penal Uno de Oberá condenó este miércoles a 15 años de prisión a Nicolás Ramón Vera, hallado culpable del delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la convivencia y amenazas coactivas contra la hija de su ex pareja, de apenas 8 años. La sentencia fue leída cerca de las 14 tras una extensa jornada de debate, y coincidió de manera exacta con lo solicitado por la fiscalía. Tras escuchar el fallo, Vera fue esposado y trasladado de inmediato a la Unidad Penal II para comenzar a cumplir la condena. El tribunal estuvo integrado por los jueces Horacio Paniagua, Julio Carvallo y Jorge Villalba, los últimos en calidad de subrogantes, quienes deliberaron por más de una hora luego de escuchar los alegatos ofrecidos por el fiscal David Ezequiel Milicich y por los defensores Hugo Da Silva y Nélson Moreno. Intervención clave de una maestra El caso tuvo origen en una alerta escolar ocurrido en 2022. Según relató el fiscal, fue una maestra quien recibió la primera confesión de la niña, lo que resultó decisivo para iniciar la investigación. "Era tímida, le costaba hablar, pero aquel día fue directa al afirmar que había sido violada por el padrastro", señaló Milicich. La madre de la víctima ratificó esta mañana la acusación, la denuncia, e impactó al revelar ante los jueces que la pequeña falleció hace algunos meses, pero esperaba que se hiciera justicia Alegatos contrapuestos En su alegato, sin titubeos el fiscal Milicich pidió 15 años de prisión y argumentó que "el relato de la menor fue coherente, lineal y no fabulaba, según establecieron las pericias". Recordó que las evaluaciones psicológicas hechas en 2024 concluyeron que "lo que contó y denunció le pasó realmente, no fue inducida ni coaccionada por terceros". Además, destacó la importancia de la perspectiva de género: "Estamos en un caso donde se da la violencia de género y en una niña menor de edad, lo que debe ser tomado como agravante". También respondió a las dudas sembradas por los abogados defensores, sobre algunos aspectos de la vivienda donde vivían en ese entonces víctima y victimario, junto a la denunciante, al considerar que "la pequeña pudo haberse equivocado al decir que el hombre la sacaba por el cielorraso, porque la casa no tenía; pero en realidad hablaba de una pared interna de 1,70 metros de altura, con un espacio considerable entre la pared y el techo, que podía ser atravesada por una persona. Pero eso no quita que el abuso haya existido, y es lo que nos tiene aquí". En cambio, la defensa insistió en la falta de pruebas, solicitando absolución para el imputado. El abogado Hugo Da Silva sostuvo que "las pruebas son débiles e insuficientes para arribar a una sentencia condenatoria. No hay testigos, no hay huellas, nadie escuchó ni vio nada". También cuestionó el informe ginecológico, en el sentido que si bien "informa desfloración de larga data, eso no se vincula con nuestro defendido, ni significa que haya abusado". Por su parte, Nélson Moreno fue aún más duro, al considerar "casi cómico el modo en que sucedieron los hechos según la acusación", poniendo énfasis en que "en dos camas dormían seis chicos, la casa era de madera, con cielorraso solo en una parte, pero nadie escuchó ni vio nada. Es imposible que alguien suba por una pared, rapte a una criatura dormida, la abuse y la vuelva a colocar en el mismo lugar sin que nadie lo note". El fallo Finalmente, los jueces rechazaron los planteos defensivos y dieron por acreditados tanto los reiterados abusos como las amenazas. Así, resolvieron imponer la pena solicitada por la fiscalía: 15 años de prisión efectiva. La defensa de Vera anticipó que apelarán la condena. El ahora condenado, al momento de declarar por última vez, previo al veredicto, se dijo inocente, y trató de desviar la carga de responsabilidad en un pariente directo de la denunciante. "Si yo era culpable iba a asumir mi responsabilidad, pero estoy acá sin tener motivos, sin saber por qué me están acusando, y ella sabe perfectamente quien agredió a mi hijastra", manifestó.
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