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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/09/2025 04:32
Milei y el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, el 14 de abril en Buenos Aires En el peor momento para el Gobierno y una situación de muy difícil salida, toda la expectativa está puesta en la posibilidad de recibir un megapréstamo del Tesoro. Según pudo averiguar Infobae, el paquete llegaría a los USD 30.000 millones, una cifra lo suficientemente grande como para alejar cualquier duda sobre la capacidad de pago del Gobierno en los próximos dos años y frenar la corrida cambiaria. Sobre el cierre de la semana tanto Luis “Toto” Caputo como el Presidente adelantaron que estaban negociando para asegurar a los bonistas que estarán disponibles los fondos para cumplir con los pagos de deuda. Luego fue el propio Javier Milei quien confirmó las charlas con el Tesoro americano. La bilateral que mantendrá Milei con el presidente norteamericano, Donald Trump, en el marco de la reunión anual de la ONU en Nueva York, apuntala la idea de un apoyo de Washington. La administración republicana considera a la Argentina su principal aliado en la región. Esta negociación llega en el momento más complicado para el Gobierno y en plena campaña electoral. Al ministro de Economía les salieron todas bien en 2024, cuando consiguió bajar drásticamente la inflación, el dólar y el riesgo-país. Fue un proceso casi milagroso, teniendo en cuenta que se heredaron reservas netas negativas por mas de USD 11.000 millones y un nivel de inflación descontrolado. Pero en los últimos meses la magia desapareció por completo. Igualmente, el equipo económico y el Presidente confían en que haber equilibrado la macro, en especial las cuentas públicas, permitirá atravesar exitosamente la crisis cambiaria. Pero los mercados no piensan lo mismo y la pulseada se espiralizó en la última semana. Cuánto tiempo Luego de ventas de dólares del Banco Central que el viernes llegaron a USD 678 millones, la pregunta obvia es cuánto tiempo podría aguantar con semejante drenaje de reservas. No luce sencillo “bancarse” otras cinco semanas a un ritmo parecido, considerando que en solo tres días la intervención en el techo de las bandas cambiarias superó los USD 1.100 millones. Lo paradójico es que la corrida contra el dólar se desató no por un mal diseño de política económica, sino por la victoria kirchnerista en la elección legislativa de la provincia de Buenos Aires. Los fantasmas de un derrumbe del mercado, posterior cepo y default tras la victoria de Alberto Fernández rápidamente volvieron a la memoria de los inversores. Nadie quiere quedarse de brazos cruzados esperando que suceda lo mismo. Caputo, en uno de los "streamings" en que defiende la política económica. El jueves aseguró que está dispuesto a vender ]"hasta el último dólar" en defensa de la banda cambiaria En el streaming de los jueves, Caputo explicó están dispuestos a “vender todos los dólares que nos demanden”. Y no hay dudas que el mercado lo puso a prueba con una descomunal demanda de divisas. La palabra del ministro dejó de tener el peso de otras épocas para los inversores. Aunque es cierto que el Central tiene cerca de USD 20.000 millones líquidos para intervenir, nadie piensa que todo ese dinero es “usable”. La prueba es que a solo tres días de perder reservas, tanto Caputo como Milei se vieron obligados a anunciar que están en plena negociación con el Tesoro norteamericano para poder garantizar los pagos de la deuda del año que viene. Tener que recurrir a fuentes excepcionales de financiamiento marca la gravedad de la situación. Sin contar con que el anuncio efectivo, si es que llega, podría demorar semanas o incluso meses. Es demasiado tiempo para las urgencias que enfrenta el Gobierno. La situación es endeble por donde se la mire. En primer lugar, porque existe una enorme incertidumbre sobre el resultado de la elección legislativa. Incluso en el oficialismo se conforman con la idea de mejorar la presencia en el Congreso. “Con ningún resultado obtendríamos mayoría en las cámaras. Y aún perdiendo tendríamos mayor presencia a la actual”, explican. Con la corrida ya desatada, hay otros elementos que juegan en contra. El primero es que una vez que se toca el techo, la banda cambiaria se vuelve poco creíble. Con un ajuste mensual de apenas 1% es lógico que el mercado no piense que podrá mantenerse por mucho tiempo. La situación no es muy diferente a marzo, cuando el Gobierno sostenía un ajuste mensual de apenas 1% del tipo de cambio oficial. Ese mes el Central vendió USD 2.800 millones y poco tiempo después se anunció la salida del cepo para el público junto a la flotación del dólar. Ahora se volvió a una dinámica similar a marzo. El dólar dejó de flotar y la expectativa de una enorme mayoría es que en breve se eliminará el techo de la banda. Por eso, la sensación es que correr al Banco Central en estas condiciones es gratis. O al menos tiene poco riesgo. Reapareció la brecha Por otra parte, la reaparición de la brecha cambiaria aunque sea menor también conspira contra las reservas. Esto se debe a que muchos inversores arbitran y consiguen negocios gratis y seguro. La razón es que el Central vende dólares a $ 1.475, en el techo de la banda, y luegose dan vuelta y venden esos mismos dólares en el dólar MEP, a 1.530 pesos. Más allá de la nueva brecha y la incertidumbre electoral, el otro aspecto que juega en contra es que la expectativa muy mayoritaria es que después del 26 de octubre se va a salir del esquema de bandas. Es un panorama casi idéntico a lo que sucedía en marzo y el mercado no se equivocó: se terminó abandonando el “crawling peg” del 1%. La buena noticia en aquel momento es que el tipo de cambio no se descontroló, sino todo lo contrario. El argumento esbozado por Caputo y el resto del equipo económico respecto a la dinámica de la venta de dólares por parte del Central luce endeble. El argumento es que se absorben pesos del mercado, lo que tarde o temprano llevará a los individuos a vender sus dólares para hacer las compras o pagar sueldos. Pero hace más de un año que insisten con el proceso de “dolarización endógena” y por ahora no sucede. Nadie parece dispuesto a usar sus dólares para los gastos de la vida cotidiana. Y mucho menos a venderlos aun cuando precisen pesos. “Las PYMES prefieren endeudarse al 80% anual que desprenderse de los dólares que vienen acumulando”, explicaba resignado a fines de la semana pasada el gerente comercial de una importante ALYC local. Además, no sirve mirar exclusivamente la base monetaria para estimar cuántos pesos podrían correr al dólar. La mayor parte de esos recursos salen de plazos fijos o posiciones de bonos en pesos que se desarman, por lo que el volumen de pesos que potencialmente podría presionar sobre el tipo de cambio es enorme. Milei y Trump, en un encuentro a fines de 2024 REUTERS/Carlos Barria Lo que sí parece inevitable es el impacto negativo sobre el nivel de actividad, que dejó de crecer en marzo y sufrió un fuerte deterioro a partir de junio. Hoy la economía ya está técnicamente en recesión, afectada por altas tasas de interés, caída del consumo interno y dificultades para competir con la apertura importadora. La caída de la rentabilidad es transversal en prácticamente todos los sectores. Mejor futuro Sin embargo, y a pesar de todo, las proyecciones no lucen negativas. El tipo de cambio real aumentó 20% en los últimos tres meses. Significa que la economía se abarató en dólares e implica una ganancia de competitividad. Para el año que viene hay excelentes proyecciones de ingreso de dólares por la cosecha y también por el superávit energético. Esto ayudaría a equilibrar el mercado cambiario partiendo de un dólar real mucho más elevado. Se viene otra semana en la que el Banco Central estará sometido a fuertes presiones. Ahora todas las miradas apuntan al encuentro que Javier Milei tendrá con Donald Trump el martes en Nueva York. Una simple declaración de apoyo del presidente norteamericano posiblemente no alcance o incluso sería contraproducente en este contexto crítico. El Gobierno precisa un aporte monetario significativo del Tesoro norteamericano para salir de la encerrona en la que se encuentra.
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